Hay un rincón en nuestra América, Nicaragua, donde los que han llegado a la bendita edad de la jubilación o retiro de actividades laborales, deberían de tener su casa de invierno –especialmente para aquellos que residen en lugares fríos y húmedos-, y en general, para todos aquellos que buscan un lugar donde la vida es placentera, sabrosa y menos costosa.
En Nicaragua se puede comprar una casa con todas las amenidades de la vida moderna, de tres dormitorios, tres baños, más dormitorio de empleada y con área verde amplia, por unos cien mil dólares.
Una pareja de retirados, pueden pasarla bien y sin ninguna limitación, creando unos dos a tres empleos por hogar, por unos dos mil quinientos a tres mil dólares mensuales, todo depende del estilo de vida que deseen darse.
Los comentarios que he recibido, me hacen ver que me quedado corto en los atributos naturales de Nicaragua y su población. La verdad es que debemos admitir que todavía somos un país en desarrollo, así como de que nuestros "políticos" siguen haciendo todo lo posible por mantenernos en la oscuridad y la pobreza, lo cual cada día se les hace más difícil.
La razón de lo anterior, en cuanto a los “políticos”, es que soy un convencido de que hay un despertar de los trabajadores, empresarios (pequeños, medianos y grandes), y profesionales, de trabajar unidos por el progreso del país, a sabiendas que solo dentro de un Estado de Derecho, donde la propiedad privada es respetada, puede haber desarrollo y futuro para sus hijos.
Los jubilados que actualmente residen en Nicaragua, son la mejor garantía de que han encontrado un bello paraje de clima tropical sabroso y que además, es seguro y amistoso, por lo tanto, deben ser de citados en nuestras promociones.
Aquellos coterráneos que se fueron jóvenes al exterior, buscando como mejorar sus vidas y otros, por nuestras vicisitudes políticas, han logrado triunfar y con creces, por lo tanto, necesitamos que regresen y se radiquen en sus lares nativos a compartir sus experiencias de perseverancia en el trabajo con sus familiares, amigos y vecinos.
Los jubilados que regresan del exterior, son fuentes de empleos y consumidores de nuestros productos, para lo cual utilizan sus mensualidades de jubilación que significan, además, entrada de divisas al país, sin contar las posibilidades de inversiones que pueden realizar con sus ahorros.
No hay duda de que estos nuevos residentes, tienen en los países que los acogieron, amigos de diferentes orígenes étnicos y por lo tanto, con solo el hecho de haber regresado a su país nativo y residir en el, son nuestros mejores promotores, por lo que tenemos que dedicarnos a convencerlos de regresar.
Hay algo muy interesante en cuanto al trato que el nicaragüense le da al extranjero en general con ese don de gente y amabilidad que uno percibe en todo el territorio nacional, lo cual es nuestra mejor bandera de amistad y afecto que podemos ofrecer al mundo. Para quienes hemos sido migrantes, sabemos que Nicaragua y su gente, ofrece un nuevo valor de vida, muy importante cuando se llega a la cuarta edad.
Rehúso comentar sobre las vicisitudes de nuestra política, ya que la historia nos dice que todo es pasajero, en especial, cuando un pueblo despierta y progresa por sus propios esfuerzos, por eso es que admiramos la gesta del hermano pueblo hondureño y estamos seguro, que con el apoyo de los demócratas libres del mundo, lograran preservar su Democracia y Estado de Derecho, lo cual ya es un ejemplo de dignidad ciudadana a nivel mundial.
No olvidemos de combatir la basura, necesitamos una Nicaragua limpia, sin ello, todo esfuerzo que hagamos para convertir nuestro país, en una meta de jubilados y turistas, será en vano.
Semana del 30 de Junio al 5 de Julio – Hasta EL ARCHIVO XLVII de la próxima semana.
alejandrojosesr
En Nicaragua se puede comprar una casa con todas las amenidades de la vida moderna, de tres dormitorios, tres baños, más dormitorio de empleada y con área verde amplia, por unos cien mil dólares.
Una pareja de retirados, pueden pasarla bien y sin ninguna limitación, creando unos dos a tres empleos por hogar, por unos dos mil quinientos a tres mil dólares mensuales, todo depende del estilo de vida que deseen darse.
Los comentarios que he recibido, me hacen ver que me quedado corto en los atributos naturales de Nicaragua y su población. La verdad es que debemos admitir que todavía somos un país en desarrollo, así como de que nuestros "políticos" siguen haciendo todo lo posible por mantenernos en la oscuridad y la pobreza, lo cual cada día se les hace más difícil.
La razón de lo anterior, en cuanto a los “políticos”, es que soy un convencido de que hay un despertar de los trabajadores, empresarios (pequeños, medianos y grandes), y profesionales, de trabajar unidos por el progreso del país, a sabiendas que solo dentro de un Estado de Derecho, donde la propiedad privada es respetada, puede haber desarrollo y futuro para sus hijos.
Los jubilados que actualmente residen en Nicaragua, son la mejor garantía de que han encontrado un bello paraje de clima tropical sabroso y que además, es seguro y amistoso, por lo tanto, deben ser de citados en nuestras promociones.
Aquellos coterráneos que se fueron jóvenes al exterior, buscando como mejorar sus vidas y otros, por nuestras vicisitudes políticas, han logrado triunfar y con creces, por lo tanto, necesitamos que regresen y se radiquen en sus lares nativos a compartir sus experiencias de perseverancia en el trabajo con sus familiares, amigos y vecinos.
Los jubilados que regresan del exterior, son fuentes de empleos y consumidores de nuestros productos, para lo cual utilizan sus mensualidades de jubilación que significan, además, entrada de divisas al país, sin contar las posibilidades de inversiones que pueden realizar con sus ahorros.
No hay duda de que estos nuevos residentes, tienen en los países que los acogieron, amigos de diferentes orígenes étnicos y por lo tanto, con solo el hecho de haber regresado a su país nativo y residir en el, son nuestros mejores promotores, por lo que tenemos que dedicarnos a convencerlos de regresar.
Hay algo muy interesante en cuanto al trato que el nicaragüense le da al extranjero en general con ese don de gente y amabilidad que uno percibe en todo el territorio nacional, lo cual es nuestra mejor bandera de amistad y afecto que podemos ofrecer al mundo. Para quienes hemos sido migrantes, sabemos que Nicaragua y su gente, ofrece un nuevo valor de vida, muy importante cuando se llega a la cuarta edad.
Rehúso comentar sobre las vicisitudes de nuestra política, ya que la historia nos dice que todo es pasajero, en especial, cuando un pueblo despierta y progresa por sus propios esfuerzos, por eso es que admiramos la gesta del hermano pueblo hondureño y estamos seguro, que con el apoyo de los demócratas libres del mundo, lograran preservar su Democracia y Estado de Derecho, lo cual ya es un ejemplo de dignidad ciudadana a nivel mundial.
No olvidemos de combatir la basura, necesitamos una Nicaragua limpia, sin ello, todo esfuerzo que hagamos para convertir nuestro país, en una meta de jubilados y turistas, será en vano.
Semana del 30 de Junio al 5 de Julio – Hasta EL ARCHIVO XLVII de la próxima semana.
alejandrojosesr
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