domingo, 30 de octubre de 2022

El Archivo DCCLXXXII

La Paz se Logra Luchando
Cuando apelábamos a buscar la Paz, por lo menos en nuestro mundo iberoamericano, no estábamos sugiriendo rendimiento de ideales democráticas, todo lo contrario, lucha por rescatarlos.

La fórmula es sencilla: unificación de valores, honestidad en los propósitos, patriotismo y, por sobre todo, respeto al derecho por discrepar. No es unión de "robots", es una suma de ideales, dentro del principio democrático de libertad de criterios.

Es indispensable al unir esfuerzos, conocer nuestras hojas de vida, pues delinquir, no es lo mismo que errar, lo cual es humano. No podemos guiarnos por falsas apariencias, lo cual ha sido nefasto para el desarrollo y bienestar de nuestros países.

Es necesario tomar las precauciones que demanda cualquier empresa, más aún, tratándose de una empresa pública de magnitud país, por pequeño que sea.
Es importante tomar en consideración todos los sectores que forman un país y que estos estén representados en todos los poderes de una República, pues solo así podremos poner en práctica ese principio de la democracia, un "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".

Es urgente que los miembros de las diferentes diásporas de nuestros países se organicen y presenten un frente unido de lucha por restablecer la democracia. No estoy sugiriendo, ni recomendando gobiernos en el exterior, como el caso de Venezuela, lo cual ha sido un ejemplo de fracaso, tampoco estoy sugiriendo organizar fuerzas armadas, con las que tenemos en nuestros sufridos países es más que suficiente, pues son ellos los llamados a resguardar los derechos cívicos y humanos de sus conciudadanos, no sus verdugos. Son ellos a los que es necesario incentivar, para que cumplan con su sagrada misión, hacer respetar la constitución y proteger a los pueblos de los déspotas y corruptos mandamases.
Nuestras diásporas, todos ellos, dignos ejemplos del trabajo, profesional o laboral, son los llamados a atesorar fondos, para mantener una constante presión publicitaria que desenmascare los abusos y presione a los gobiernos democráticos a unirse en castigar con sanciones económicas y políticas a los gobiernos que encarcelan, torturan y obligan al éxodo a sus conciudadanos, creando uno de los crímenes más inauditos de nuestros tiempos.

Las Naciones Unidas fueron creadas concretamente para mantener la paz y aunque tiene un ejército para este objetivo, conocido como los "cascos azules", muy pocos han sido los resultados positivos de sus misiones, ya que existe el "veto" de los cinco principales países vencedores en la Segunda Guerra Mundial, que anulan cualquier esfuerzo a nivel mundial por defender los derechos cívicos y humanos de los pueblos dominados por dictadores y autócratas, tan criminales como los regímenes nazis-fascistas que ellos derrotaron.
Único ejemplo del mandato de Naciones Unidas en apoyo a la justicia en las Américas, fue adoptada por el Consejo de Seguridad en abril 13 de 2017, creando una misión estabilizadora de la paz para Haití con 351 miembros del personal civil, hasta siete Unidades de Policía Constituidas (UPC) con 980 miembros y 295 agentes de policías ajenos a las unidades constituidas, para un período inicial de seis meses, de octubre 16 de 2017 a abril 15 de 2018. Así mismo, las Naciones Unidas, presta apoyo al Gobierno de Haití para un ulterior desarrollo de la Policía Nacional de Haití (PNH); para el refuerzo de las instituciones de justicia y de las prisiones; y para fomentar y proteger los derechos humanos, esfuerzo para mejorar la vida cotidiana de los haitianos.

Lamentablemente el resultado no ha sido el esperado, no es posible pacificar con ese número de guardianes de la paz a un país turbulento y hambriento. ¿Y qué decir del resto de países de nuestras Américas, donde el sufrimiento es tanto o más que Haití, donde anida la tortura y el hacinamiento en mazmorras, donde éxodos desestabilizan a los países vecinos? constante problema para el sistema migratorio de Estados Unidos, Canadá y Europa.
Por eso es que nuestras diásporas deben organizarse, y unidas presionar al sistema internacional creado exactamente para mantener la paz, a contribuir a que la paz sea una realidad y no una palabra más en el léxico burócrata internacional.

domingo, 23 de octubre de 2022

El Archivo DCCLXXXI

Busquemos la Paz
Luchemos, unidos y sin discriminación alguna, por eliminar la incapacidad de cumplir con las leyes y con el respeto a los derechos humanos. Nuestro bienestar y progreso depende de la educación, el coraje y, como planteamos el domingo anterior, de la ética y la moral.

Recuerdo que hace unos años pregunte en Nicaragua a un grupo de políticos ¿Qué sistema habían usado para encontrar al "líder" que los había regresado al poder? Y su respuesta fue que se habían guiado por dos atributos: "Era buen orador y tenía una increíble memoria para retener los nombres" y ¡BINGO!, como dicen en los juegos de azar, salió electo. Y aunque usted, estimado lector, no lo crea, la elección fue libre y democrática.
Pero, así como fue de "rápida" la vuelta al poder del partido en cuestión, también fue la salida, ya que en aquella ocasión, no buscaron los atributos sobre la ética y la moral del líder en cuestión, y fue casualmente eso lo que causo la debacle que ese país está lamentando hoy día.

Lo relato porque, a 15 días por cumplir 97 años de vida, veo que seguimos sin tomar en serio el proceso de escogencia de quienes puedan construir los puentes que se necesitan para lograr el "cambio" hacia eficientes gobiernos y dar así comienzo a la pacificación que nuestros países necesitan para lograr progreso y bienestar. No menciono nombres propios, pues no viene al caso, solo es que no se trata de oradores, ni de populistas, sino de ciudadanos con experiencia, educación, ética y moral, que amen a su lar nativo, o sea patriotas.
Felizmente hay ciudadanos con influencia social y económica, así como con ética y moralidad, para incentivar a ciudadanos que puedan tomar la responsabilidad de liderar el tan necesitado proceso de paz. Todo se hace si hay voluntad.

Nuestros países no pueden seguir dependiendo solamente de factores económicos, es elemental respetar los derechos humanos, la justicia y en especial nuestros valores, y eso es DEMOCRACIA. No podemos seguir apoyando, ni aun solapadamente, a gobiernos autócratas, solo por seguir enriqueciendo actividades económicas privadas, ya que, los "dictadores" en su endiosamiento de poder, terminan destruyendo la economía.

Los resultados han sido fatales y no me digan que esto solo afecta a los desposeídos o clase media, no es así. Lo de Nicaragua y sus aliados o mentores apesta, avergüenza, seas millonario o simple trabajador, pues el asedio, la prisión, la tortura, el asesinato, o el mero confinamiento de un ciudadano, ya no digamos de los miles que enlutan la larga historia de nuestra vida republicana, es horrendo.
Este escrito conlleva un grito de dolor, pues creo que ha llegado el momento de que los gobernantes honestos de Latinoamérica, unidos –he aquí la llave– comiencen el proceso curativo de ese cuerpo enfermo y en descomposición, que ya ha destruido países como Argentina, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Encarcelar ciudadanos por disentir, o solo no estar de acuerdo con que "x" o "z" grupo se haya adueñado del poder político, social y económico de cualquier nación, es un abuso que afecta la dignidad humana. El haber padecido "dictaduras" anteriores y que hayan sido menos o más crueles, tampoco viene al caso, ya que los "abusos" han sido, son y serán, crímenes de lesa humanidad.
Nuestro propósito debe ser comenzar el proceso de un cambio patriótico a la situación actual, a ese distanciamiento de familias, a esa fuga de valores, a la pérdida de vidas. Se trata de encontrar un entendimiento para que la PATRIA, MADRE de todos, pueda asegurar a sus hijos el derecho a convivir en paz y libertad, pues como escribió, y desde una cárcel, Miguel de Cervantes: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los seres humanos".

¡Debemos comenzar a vivir en paz, para poder morir en paz!
* Agracecemos las fotos que obtubimos de pexels.com


domingo, 16 de octubre de 2022

El Archivo DCCLXXX

Moral y Ética
La Ética y la Moral son las que más nos ayudan a enfrentar las vicisitudes de la vida, sus normas se adquieren a través de la educación, parental y escolar.

Nacemos con inalienables derechos, por lo que todo lo demás son normas que regulan y limitan esos derechos para no transgredir los derechos de los demás, esas normas se convierten en valores que llevan el nombre de ética y moral.

La ética es un valor individual y la persona que la pone en práctica puede aplicarla a su propia vida o no, mientras que la moral es algo que no pueden elegir los individuos, ya que pertenecen a una sociedad.
La relación entre ética y moral estriba en que ambas guían la conducta del ser humano, determinando su carácter, su altruismo y sus virtudes. Enseña la mejor manera de actuar y comportarse en sociedad, que, al regularla como seres humanos es muy importante, llevar esa estabilidad política y social tan necesaria para los iberoamericanos, y así lograr el bienestar y progreso de nuestros países. Es vergonzoso que hasta el día de hoy no hayamos podido controlar el abuso a la ética y la moral, en especial, de parte de los gobernantes autócratas.

La ética significa "forma de ser" o "carácter". La ética estudia los principios que deben regir la conducta humana, explica las reglas morales de manera racional, como el respeto, que debemos tenerle a los demás. El respeto es uno de los principios éticos fundamentales para la convivencia social y del que más abusan nuestros "dictadores", metiendo en prisión o encerrando a ciudadanos por disentir, un crimen que no debe quedar impune.
La justicia es un principio ético que se aplica respetando los "derechos ciudadanos", inexistentes en países corruptos.

La honestidad requiere actuar con rectitud. Una persona honesta dice y hace lo correcto, respetando con tolerancia las ideas, opiniones y creencias contrarias o distintas a las propias.

La verdad es la base de relaciones interpersonales y sociales sólidas, es un principio ético indispensable. Se aprende desde niño y, además, forja el coraje.

La equidad implica dar a cada individuo lo que le corresponde según su condición o sus méritos.

La libertad es un principio ético que se manifiesta en la capacidad de las personas para expresarse y actuar según sus convicciones, respetando claro, la libertad de los demás.
En la administración pública, la transparencia es un principio ético y democrático, implica dar acceso a la información, sobre todo de las decisiones de los funcionarios, lo que no se cumple en muchos países, aunque se digan democráticos.

La empatía es compasión, ya que, al ponernos en el lugar del otro, podemos ayudarlo de manera más eficiente a aliviar su sufrimiento y carestías básicas.

Ser imparcial requiere actuar con justicia y de forma objetiva, siempre teniendo en cuenta el bien común. La igualdad es un derecho humano universal y es una de las bases de la justicia. Si queremos que sean honrados con nosotros, debemos mostrar honradez en nuestras acciones.

A diario somos testigos de situaciones en las que otras personas están en una situación de vulnerabilidad emocional, física, económica, etc... Una forma de poner en práctica la moral es brindar nuestro apoyo, en la medida de nuestras posibilidades.
Toda sociedad tiene sus propias instituciones gubernamentales, sociales, religiosas y unas autoridades que las representan, las cuales deben servir para el beneficio de la sociedad y no para lesionar los derechos humanos fundamentales.

Los espacios y bienes públicos (plazas, parques, escuelas, bibliotecas, hospitales, etc.) fueron diseñados para promover el bienestar social. Cuando alguien daña el patrimonio público, le está quitando la posibilidad a otra persona de utilizarlo, por eso es importante mantener los bienes públicos en buen estado.

Cuando utilizamos espacios públicos estamos expuestos a contraer alguna enfermedad. Si tienes una enfermedad infecciosa que puede ser contagiada fácilmente a otros, ¡permanece en casa! hasta que pases el período infeccioso, así te proteges a ti mismo y a la comunidad.

¿Cuántos, de nosotros, cumplimos con los principios de ética y moral? ¡Es hora de comenzar!

* Agracecemos las fotos que obtubimos de pexels.com


domingo, 9 de octubre de 2022

El Archivo DCCLXXIX

La Ignorancia
La "ignorancia" es la falta de conocimientos en particular o de cultura en general, o sea la persona que ignora algo, que no lo conoce o no lo quiere conocer. Google, nos permite citar al francés duque de La Rochefoucauld (1613-1680), filósofo y moralista, quien nos advirtió que hay "tres clases de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse". Lo que nos explica sobre los seres que deambulan por nuestro mundo con menos inteligencia que los animales, quienes se interesan por acercarse al ser humano, pues encuentran protección y amor, aunque nos superan por no ser conocidos animales que odien, a menos que tengan rabia, y hay muchos humanos que, sin padecer de rabia, odian y se odian a sí mismos.

Hace falta saber por qué seguimos sufriendo esta plaga y creo que la definición de Isaac Asimov, escritor de origen ruso nacionalizado estadounidense, nos ayuda al decirnos que "el anti intelectualismo es el culto a la ignorancia, debido a la falsa idea de que la democracia consiste en que 'mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento'".
Esto nos lleva al poeta y novelista nicaragüense, José Coronel Urtecho (1906-1994), un intelectual polifacético quien mantuvo siempre la bandera de "La Importancia del Conocimiento", de esa falta de intelectualismo que ha mantenido a nuestra Latinoamérica en la ignorancia y el subdesarrollo político y social.

Coronel Urtecho recibió educación jesuita en su Granada natal, enamorado de la poesía, fan de Edgar Allan Poe, Walt Whitman, Ezra Pound, Carol Sandburg, Jean Cocteau y Guillaume Apollinaire, todos de poesía vanguardista. Con su talento los tradujo al español. Viajó a San Francisco, California, donde recibió su grado en Filosofía y Letras.

Coronel se encuentra con el profesor Luis Alberto Cabrales cuando éste regresa a Nicaragua desde Francia en 1928, impregnado de ideas monárquicas. Ante el fracaso de la lucha de liberación y el asesinato de Sandino, Coronel junto con sus compañeros intelectuales fundan los "Camisas Azules" y lanzan un manifiesto proponiendo la idea de un gobierno fuerte y único que pusiera fin a las luchas intestinas que vivía el país, para salir del marasmo en que se hallaba sumergido, ya que para ello, necesitaría, según sus criterios, un hombre fuerte, capaz de gobernar con autoridad y entusiasmo. Eliminado Sandino, la persona indicada era Anastasio Somoza, jefe entonces de la Guardia Nacional. Aunque Coronel no era partidario del autoritarismo, su interés por la política revestía un carácter de reto a la inteligencia, a su creación literaria, a su labor de maestro de generaciones.

Al ver que la dinastía Somoza se prolongaba en el poder y la economía del país seguía manejada por un reducido número de familias, decidió, en su afán ambiciosamente cívico, conversar con una elite de empresarios, muchos de ellos formados en universidades de Estados Unidos, quienes, según sus perspectivas, desarrollarían la economía de mercado en el país centroamericano, ayudando a superar el impasse económico en que se encontraba. Se comunicó con ellos públicamente, en tres conferencias: "Los intelectuales y los hombres de empresa", "El hombre de empresa, el intelectual y la cultura en Nicaragua" y "Realidad y perspectiva de la cultura nicaragüense", los que deberían reproducirse en estos momentos en que varios países de Iberoamérica, están en un callejón sin salida y sobre todo para que la "Empresa Privada" contribuya a producir no sólo dinero, o bienes materiales, sino también cultura, educación y que las universidades no sigan siendo un artefacto, una fábrica de empleados de la "Empresa Privada" y las entidades del Estado.

Personalmente lo conocí, acompañando a mi padre lo visité en su finca, a orillas del Río San Juan, haciendo frontera con Costa Rica, departí con él y María (Kautz Gross), su extraordinaria esposa, ejemplar madre y hacendada. Nunca olvidare el amor que unía a esa pareja, donde lo intelectual, el trabajo del agro y la mística, retaban a la ignorancia, que nos hace incompletos.

Recomendamos la lectura de la obra de Coronel Urtecho, pueden encontrar abundante material en Amazon: https://amzn.to/3MbdzcN

domingo, 2 de octubre de 2022

El Archivo DCCLXXVIII

El Odio
Es el peor sentimiento del ser humano, incita el causar mal, destruir, herir, dañar, etc... Es el antónimo de amor, del que tratamos el domingo pasado y que uno de nuestros lectores lo comento como Divino.

En el desbarajuste del mundo actual, Putin, el "mandamás" ruso, empecinado insiste en su odiosa aventura invasora de Ucrania, aun a sabiendas que ha fracasado y difícilmente habrá revés a las consecuencias de tan grave error. Ahora amenaza con "armas nucleares", algo sumamente peligroso, pues no solo él las tiene, y quizás las de los otros sean más precisas, por lo que lo aconsejable, en su caso, es replegarse a sus fronteras y no estar armando charadas de anexiones, ya que ninguno de sus llamados aliados está en la posición de unirse a su aventura, únicamente lo apoyan tímidamente.
Y en cuanto a su amigo en USA, Trump, quien con sus seguidores sigue empecinado en destruir la confianza de la ciudadanía en el proceso electoral de la democracia, no creo que pueda seguir ayudándole, pues el Departamento de Justicia le investiga y de encontrarse más pruebas de su culpabilidad, podría ser encarcelado, además Putin, debería revisar su historia, y entender que fue Estados Unidos, paladín de la democracia, quien ayudó a los rusos a repeler la invasión nazi.

En Latinoamérica hay también autócratas que siguen ese sentimiento diabólico del "odio", empecinados en mantener la persecución, restringiendo a sus conciudadanos y sus actividades, encarcelando, torturando y obligándoles a emigrar o exiliándolos al prohibirles el ingreso a su país natal, acusándolos de traidores y conspiradores.
El lunes pasado, Humberto Belli Pereira, columnista de La Prensa digital de Nicaragua, escribió sobre el tema de la "amnistía" y dice que en lo que va del Siglo XXI, no ha habido amnistía, o sea que los "mandamás" de antes, eran prolíficos en decretarlas, aunque también en regresar a los conflictos armados. Pero los tiempos cambian y la verdad es que los encarcelados, auto exiliados o forzados al exilio en la actualidad, no han cometido ningún delito que merezca una amnistía, por lo que lo único recomendable es que los "mandamás" de hoy, que no tienen un ápice de idiotas, ordenen liberarlos y permitirles el ingreso al país a quienes quieran regresar, ya que la historia está llena de tristes fines de quienes se creían dueños de vidas y haciendas.

El respetar los derechos ciudadanos —entre ellos el derecho a disentir— es positivo, hay docenas de países donde se respetan los derechos ciudadanos y se administran los bienes públicos honesta y responsablemente, los cuales progresan dentro del proceso político conocido como Democracia.
Humberto Belli Pereira, quien además es un intelectual y valiente humanista, ha activado sin duda, al recordar la palabra Amnistía, un proceso de paz, ya que el gobernante que libera, culpables o inocentes, no lo hace por sentirse derrotado, sino por apagar el "fuego", que destruye el progreso de la nación a su cargo y lo distancia de la convivencia internacional, pues con la bandera de la paz, se abren oportunidades que beneficia a todos por igual.

Si ambos lados antagónicos prolongan el enfrentamiento, seguirá la triste realidad de la lucha, y con ella el sufrimiento, el desarraigo y la incertidumbre, ya que gobernar por la "fuerza de las armas", tiende a provocar en los gobernados "defenderse por las armas", y todos sabemos adónde lleva este desesperado acto de una población que ya no tiene nada que perder, pues vivir en temor, no es vivir.
Si, en El Archivo somos pacifistas, creemos en el amor, creemos que el odio es nocivo y destruye, y más al que odia que al odiado. Agradecemos a todos aquellos que acogieron el mensaje de la semana pasada sobre el papel del amor, que al despertar sentimientos humanitarios, hace un llamado a garantizar bienestar y paz en el mundo.