Inmigración es Democracia y Desarrollo
La "migración" no solo es un derecho humano, sino un nivelador, tanto de oportunidades como de fuerzas laborables, siempre y cuando sea dentro de normas que permitan a los países receptores absorber el flujo en forma ordenada.
Hay países limítrofes que reciben mano de obra durante tiempos de cosechas y otros que la incentivan para reforzar o suplir la mano de obra de sus cultivos. La experiencia nos dice que han trabajado exitosamente y debería incentivarse, ya que mantienen la estabilidad hogareña y da continuidad educacional a los menores en sus países de origen.
La migración desordenada es la que perjudica y desestabiliza, especialmente a niños y adolescentes, desubicándoles de su contorno ambiental, creando traumas que les perjudican.
Constantemente leemos y vemos tragedias que causan éxodos, debido a la inercia de gobiernos irresponsables, pues "ellos" incumplen con la obligación, a través de una administración honesta de los impuestos, factor clave, de unir esfuerzos con la empresa privada, para la creación de fuentes de trabajo debidamente remunerados, a la par de programas educacionales y de salud.
El gran enigma migratorio es: ¿por qué no existe un plan regulador a nivel mundial?
Hay países que necesitan para su desarrollo esa fuerza laboral que busca oportunidades para su bienestar, como lo vimos en el crecimiento de Estados Unidos, Australia y otros, al recibir ordenadamente cientos de miles inmigrantes europeos, asiáticos y africanos. En esa época Latinoamérica, con excepción de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, no era anfitrión de inmigrantes, aunque México en el Siglo XX, fue destino como consecuencia de la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, debido al caos, millones de ciudadanos venezolanos han emigrado "informalmente" hacia los países vecinos, especialmente a Colombia y Bolivia. Iván Duque, Presidente Colombiano, consciente que de los casi dos millones de venezolanos que inmigraron al país, el 90% vive de la economía informal y el 56% no cuenta con un estatus migratorio regular, impulse la regularización de estos, con un registro claro y certero de sus nombres y apellidos, edades, lugares de residencia y condiciones socioeconómicas, con el fin de, entre otras cosas, brindarles servicios sociales y económicos, empleo formal y digno, puedan arriendar un inmueble, abran cuentas en bancos, accedan al sistema de salud público, y, cuando se dé la oportunidad, sean vacunados contra el Covid-19. Ejemplo a seguir por los otros países del área.
En porcentajes en cuanto a su población, la región que más ha recibido inmigrantes es Oceanía con un 16.8%, seguido por América del Norte con el 14.2 % y Europa con el 9.5%, y a mucha distancia, se ubican, África con el 1.9%, Asia y América Latina con el 1.3%.
En los últimos años se ha multiplicado la cantidad de niños y niñas migrantes en el corredor de "América Central - México - Estados Unidos", siendo sus principales factores, según diversos estudios y testimonios de personas migrantes jóvenes, los siguientes:
Deserción escolar, desempleo juvenil, inseguridad, violencia sexual; conflictos armados; persecución; desastres naturales, y desintegración familiar: Las mujeres migran para laborar como trabajadoras domésticas, mientras tanto, sus hijos quedan al cuidado de familiares (abuelas, tías o hermanas).
Esta situación demanda que los gobiernos busquen soluciones, ya que sus migrantes son vulnerables, los conducen por rutas migratorias no oficiales, donde no existen o son muy escasos los servicios de salud, alojamiento, alimentación y de emergencia, al llegar a la frontera son abandonados.
Sobre la migración de trabajadores adultos; aplaudimos la propuesta del expresidente George W. Bush, líder republicano, quien aboga por un "programa de trabajadores temporales", el que crearía una vía legal para que los trabajadores extranjeros entren a Estados Unidos de manera ordenada, por un periodo limitado de tiempo, ya que "un programa de trabajadores temporales contribuiría a nuestra seguridad al asegurarnos de saber quién está en nuestro país y por qué", y podrían mantener a sus familias en su país de origen.
En cuanto a los que ya están arraigados a la vida y costumbres de los estados donde residen, trabajan y pagan sus impuestos, lo recomendable sería documentarlos e iniciar el proceso de ciudadanía, haciendo realidad lo del "Sueño Americano".
