domingo, 1 de enero de 2023

El Archivo DCCXCI

El Laberinto Terrenal
Hoy día iniciamos dando el primer paso del 2023, que lamentablemente hereda el laberinto tan angustioso y devastador del 2022. Requerirá de muchos esfuerzos para lograr la paz tan necesitada a nivel mundial. Sin esa paz se mantendrá la incertidumbre que paraliza, social, económica y políticamente, a la humanidad, la que necesita un respiro para poder progresar y alcanzar el tan ansiado bienestar que nos ha evadido por años, aunque cabalísticamente el 2023, nos anuncia un 7 de la suerte (Lucky Seven).

Ucrania se destaca como víctima de la voracidad de lo que es un peligroso ejemplo de agresividad, y casualmente de un miembro del Consejo de Seguridad Permanente de las Naciones Unidas, Rusia. He allí, el meollo de esta salvaje agresión, pues aprovechándose de su privilegiado "status" (permanente con derecho al veto) de 5 naciones que, con el liderato de Estados Unidos y el Reino Unido, lograron derrotar al nefasto nazismo. El pertenecer a ese privilegiado grupo, indica que son ellos los responsables de proteger la estabilidad y la paz del mundo, paz que Rusia está profanando con su criminal agresión al pueblo ucraniano.
La mayoría de los cinco (Estados Unidos, Francia e Reino Unido) serían los llamados a juzgarlo ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, ya que China es su aliada y aun, si esto llegase a realizarse, hay que contar con el voto de todos los miembros de la Organización, algo muy difícil, ya que Rusia ha usado su aparato de alianzas directas e indirectas con países de Asia, Oriente Medio, África y nuestras Américas, donde su presencia es ya alarmante y preocupante.

Pero no solo en pequeños países está presente Rusia. Lo está también en el Reino Unido, Francia y Estados Unidos, especialmente en este último, donde ha logrado hasta interferir en su política interna y comprar a uno de sus "conman" (delincuente y estafador) que logro llegar a Presidente y quien públicamente admite sus relaciones financieras con oligarcas rusos, que muchas veces lo libraron de la bancarrota, así como de su amistad y admiración por el sátrapa Putin, que no solo está bombardeando indiscriminadamente ciudades y pueblos indefensos ucranianos, sino que además diezmando la juventud rusa, enviándola a una guerra criminal, cuyo único propósito es destrucción y sed de un enfermizo dominio, que lo cataloga como megalómano institucional, mal ejemplo para un mundo que necesita más bien institucionalizar el respeto a sus culturas, creencias, afiliaciones políticas y fronteras.
La influencia rusa en nuestras Américas data desde la época de Lenin y Stalin, que, sin aminorar su presencia, fueron acomodándose a las circunstancias desde sus bases, primero en México y luego en Cuba, donde instalaron con la ayuda de la imagen de "libertadores del corrupto régimen Batistiano", que apoyaba la mafia, extrañamente unida a una equivocada política exterior estadounidense, que no solo permitió que se asentara esa dictadura pro soviética de los Castro.

A través de más de 60 años Cuba ha logrado afincarse en Bolivia, Nicaragua y Venezuela, con gobiernos pro rusos, trabajado en la dominación del resto de países en el Caribe, Centro y Suramérica, forzando a millones de sus ciudadanos al éxodo y causando crisis migratorias en países receptores, como Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Ecuador y Panamá, entre otros, ayudado por México, como su as en la baraja, con su privilegiada posición geográfica decide, mediante sobornos y coimas si pasan o no, millones de sufridos seres desesperados, por llegar a países como Canadá y Estados Unidos, que, aun necesitándolos, les ponen obstáculos, que nunca le han puesto a ninguno de sus inmigrantes, incluso a los que les envían los Castro.
¿Qué hacer? Un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos, o sea, unir esfuerzos con los países del viejo continente y democratizar nuestras jóvenes Américas, sin miramientos de beneficios económicos, convirtiendo a nuestro Continente en la antorcha de la Libertad, la cual permitirá a todos desarrollar una economía que elimine los abusos de los ´mandamás´ y el perjudicable éxodo de sus ciudadanos.

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