domingo, 8 de enero de 2023

El Archivo DCCXCII

¡Hay que Renovarse!
No nos queda otra. El problema es que son muchos los que necesitan renovarse, y siendo algo que requiere máxima voluntad, habrá que hacerlo como país, con un gobernante que tenga el coraje, y apoyo para realizarlo. Y Nicaragua, por su historia cívica, ofrece una alternativa muy peculiar; es la única nación de América que ha persistido en ser gobernada por clanes familiares, los que no han sido paternalistas, sino dominantes al máximo.

Este Semanario agradecerá a alguno de los miembros de la familia, que sabemos nos lee, o algún amigo o asesor, para que se los haga llegar, con el fin de que puedan analizarlo en "familia". Y no es una demanda a dimisión o abandono de sus compromisos para con el país que gobiernan, sino una renovación de valores.
Todos sabemos que para llevar a cabo una renovación, se necesita poner en práctica la convivencia ciudadana, labor que puede realizar el que tiene las riendas del poder, por lo tanto, lo primero es desechar rencores, perdonar ofensas y revestirse de una salomónica actitud de liberación, porque liberar es "liberarse", de prejuicios, fortalecer el espíritu, lo que es indispensable para lograr la tan necesitada renovación. Cero persecuciones políticas.

Aunque he sido un trotamundos desde mis 14 años, y ahora, a mis 97 y gozando de salud en el campo, siempre mantengo mi corazón y mi atención en el lar donde está enterrado mi ombligo –dicho popular– tratando de servir, sin ideas preconcebidas, manteniendo amistades que atesoro y me honran, por lo que creo saber que la convivencia es posible, a pesar de la "tozudez" de algunos con intereses personales.
Nicaragua, uno de los pueblos menos rencoroso y más amistoso de las Américas, tiene una naturaleza que ha soportado siglos de depredaciones y de abandono, y aun así mantiene grandes reservas de agua, recurso más valioso que sus minerales, los que también han sido inmisericordemente abusados. El nicaragüense, hereda una cultura pre colonial de pueblos que convergían a su territorio en búsqueda de otras culturas renovadoras, por eso es que el nicaragüense es por antonomasia, un luchador que triunfa doquiera que se establece, aunque siempre añore a su tierra.

Necesitamos conocernos, somos extraños entre nosotros, y al mismo tiempo amistosos, una paradoja, por lo que es necesario reencontrarnos, eso es en lo que la familia gobernante debe ejercer el liderato, para unirnos cediendo espacios e instando a deponer intereses personales por el bienestar de todos.
Se debe empezar sembrando esperanzas, uniendo a familias dispersas, respetando la palabra, la acción y la movilización de una ciudadanía, la que desea expresar sus derechos sociales, políticos y religiosas sin ataduras. Es indispensable institucionalizar el servicio público y apoyar la profesionalidad de sus fuerzas del orden público, sin interferencias de color partidario o familiar, su única alianza debe ser con el pueblo, el que forma parte de ellas.

En este mundo convulsionado no es común el respeto al derecho ajeno, abusamos de nuestros privilegios sin miramientos ni consideraciones, por lo que aquí proponemos es el respeto mutuo, no la imposición de voluntades personales.
Los gobernantes actuales son los llamados a liderar el proceso de renovación constitucional en búsqueda de la paz, invitando a ciudadanos independientes a organizar un proceso que garantice unas elecciones libres y honestas, eliminando la incertidumbre que embarga a la ciudadanía, que en sí son la fuente de poder en esta empresa pública, LA REPUBLICA.

No se trata de desbancar a nadie, sino de buscar una apertura de oportunidades para quienes, con patriotismo, estén dispuestos a sacrificar sus intereses personales en pro del desarrollo y bienestar de un pueblo que, por siglos, ha sido olvidado. Solo queda rogar que DIOS nos ilumine y bendiga, ya que una Nicaragua libre de corrupción y politiquería demagógica, beneficia a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario