domingo, 3 de octubre de 2021

El Archivo DCCXXV

¡Doña Política y Don Dinero!
Un matrimonio de conveniencia que a través de los siglos se ha mantenido unido, utilizando la ignorancia y la miseria de los pueblos, por lo que el ya conocido y valiente Papa Francisco les conmina a separarse. Si es dinero lo que buscas, no te cases con la política.

Es una yunta que aprovecha el poder para enriquecerse y así controlar y abusar de la humanidad, en vez de usar el poder para servir al conciudadano.

Un apóstol de la educación y el servicio, bastión de estabilidad, desarrollo, esperanza y paz, compartió con este servidor su preocupación sobre los efectos que la ambición de esta mezcla de intereses ha tenido en el porvenir de la juventud de ciertos países de Latinoamérica, destruyendo el idealismo, la mística y el sentido de Patria, negándoles hasta el derecho a una educación independiente y responsable, libre de la corrupta política populista.
Y todo sucede por la ambición de dinero, enriquecerse de cualquier forma, pues lo que importa –argumentan– es la economía.

Una economía que beneficia a los que controlan el dinero, pues los pueblos siguen en la pobreza, sin medios para mantenerse sanos y sin oportunidades de educación, lo que les obliga a abandonar sus lares nativos y arriesgar sus vidas en búsqueda de vida con esperanzas.

El gran enigma sobre el liderazgo democrático, el cual enorgullece a la Unión Americana, es la inexistencia de una política democrática en nuestra América, ya que su política exterior está basada en intereses comerciales y punto. Tenemos el ejemplo, de los llamados revolucionarios cubanos que, por 62 años y a solo 662 kilómetros de sus costas sureñas, se burlan de las sanciones y limitaciones, interviniendo abiertamente en países de América, como Argentina, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, entre otros y enviando tropas de apoyo a las dictaduras populistas de África.
La historia nos dice que Estados Unidos fueron factor decisivo en la Independencia de esa bella Isla, Cuba, sabemos que permitieron y apoyaron el derrocamiento del gobierno democrático de Carlos Prío Socarrás, por los sargentos del ejército cubano encabezados por Fulgencio Batista. También sabemos que apoyaron la rebelión de Fidel, a pesar de conocer su trayectoria de populista y con quien nunca pudieron negociar, aunque le reconocían como el Poder. Sabemos que apoyaron acciones bélicas, las cuales abandonaban a medio hacer. También sabemos que toda sanción o exclusión a la isla han sido en vano, pues allí están los alumnos de Fidel empecinados en seguir destruyendo uno de los países más prósperos de nuestras Américas.
Pudiese argumentar que la culpa del fracaso de la política exterior de USA, es su "Naivete", pero sus actos nos dicen que siempre ha intervenido por intereses económicos, lo vimos en Guatemala cuando para favorecer a la "United Fruit" descabezaron el naciente movimiento democrático, después de la dictadura de Ubico, y lo mismo en el caso de Cuba, donde proteger a la mafia de los casinos, fue más importante que derribar la corrupción Batistiana y apoyar el regreso a la democracia, ya que Estados Unidos no se han preocupado en promover en el exterior los principios democráticos que han rendido tanto beneficio en su propio país y mucho menos las penas que estos abusos demandan. Parece que no les interesa llevar a sus vecinos del sur su sistema democrático.
No es construyendo muros, ni expulsando a hermanos del continente de sus fronteras, como se va a solucionar la desigualdad de oportunidades en un Continente que ha demostrado ser la esperanza de nuestra planeta, sino aplicando una política constructiva de Buen Vecino, no solamente por intereses económicos, sino promoviendo sus principios de que "los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad".

Así evitaremos que en países, como Venezuela, víctima del "Socialismo del Siglo XXI", se dispare la pobreza extrema, donde según el diario "El País" de España, el 77% de su población vive con menos de 1 dólar con 20 centavos al día, aumentando la desigualdad, con ocho millones de personas sin empleo, desesperados por emigrar, sin nada que perder.

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