domingo, 26 de septiembre de 2021

El Archivo DCCXXIV

Crueldad: Falta de Sentimientos
La Crueldad es el placer de los ególatras, criminales que gozan con el sufrimiento ajeno, bestias humanas ajenas a todo sentimiento. La RAE define crueldad como "Inhumanidad".

Debido a que lo más recomendable, mientras exista peligro de contagio, es quedarnos en casa, tenemos suficiente tiempo para mantenernos al día de los acontecimientos mundiales, los que en su mayoría son preocupantes, pues persiste entre los gobernantes y líderes irresponsables, el empecinamiento por negarle a los pueblos, la esperanza de una mejor vida, lo cual es cruel y maligno.

Aunque la crueldad no es solo de quienes abusan del Poder, esclavizando a sus seguidores por migajas, capturando y torturando a sus adversarios, también lo es de quienes, pudiendo protestar, se quedan callados, acomodadamente, ante lo que bien podríamos llamar el "holocausto" del Siglo XXI.
Nos recuerda CONFIDENCIAL, publicación nicaragüense en el exilio, que desde 2018 ese país empezó a despojarse de cualquier pudor para terminar de convertirse en una dictadura que persigue, somete, encarcela y hasta mata a cualquier persona que se atreva a disentir.

Para la psiquiatría la crueldad es un disturbio psicológico, consiste en la obtención del placer a partir del sufrimiento de otros, o en la indiferencia hacia el dolor ajeno. La crueldad también está asocia al sadismo, que es la excitación por causar dolor a otro sujeto.

Lo verdaderamente triste, que está sucediendo en nuestras Américas y otras partes del mundo, es que, aparte de los comunicados que emiten los organismos internacionales, no se están tomando medidas para detener, de manera permanente, este flagelo que actualmente sufren los pueblos. El dolor ajeno no se siente, quizás por eso a través de los siglos no hemos podido detener la crueldad.
Pero no sigamos lamentándonos pues es lo que hemos venido haciendo, despertemos nuestros sentimientos, ya que, aunque el dolor ajeno no se sienta, repercute, atemoriza y nos detiene, nos convierte en cómplices.

Pongamos en marcha una lucha por nuestra dignidad, por recobrar nuestros sentimientos, con el fin de aniquilar la barbarie que diezma nuestras esperanzas. Es indispensable, parafraseando a Winston Churchill, que "no discutamos entre el pasado y el presente, pues así se pierde el futuro".

Un futuro sin claudicaciones, sin rencor, sin odio, pero con la verdad, derrotando el "yoquepierdismo", nefasta negligencia que nos ha hecho tanto mal. Debemos comprometernos a luchar sin tregua y sin temor, asumiendo la responsabilidad ciudadana que la democracia nos demanda y exige.
¿Acaso no han traicionado los viejos políticos todas las cosas maravillosas en las que creían cuando eran jóvenes? Por lo tanto, puede y debe haber sitio para un hombre joven. Para muchos jóvenes en los futuros gobiernos, ya que nuestros países los necesitan ahora más que nunca. Cometerán errores, sí, pero mientras sean valientes, sinceros y honestos, no harán el daño que los actuales políticos corruptos le están haciendo a la humanidad. Terminemos con la complacencia y con la impunidad.

"Tanto gobernantes como gobernados deben cumplir con la Ley", es un principio democrático que los estados, a través del respeto a los derechos humanos, han sabido valorar, por lo tanto, debemos mentalizar uno de los párrafos más importantes de la declaración de independencia de Estados Unidos de América: "Sostenemos como evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" y, aunque ellos han pasado por momentos crueles, sus luchas por la reivindicación de estos principios, ha permitido a sus ciudadanos el derecho inalienable de buscar su felicidad.

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