domingo, 24 de octubre de 2021

El Archivo DCCXXVIII

La Pandemia; Consecuencias
Si hay algo que la actual pandemia afecta, es la razón, pues nos encontró dispersos. La unión era una quimera, siempre andábamos en búsqueda de aventuras, de algo diferente, y como consecuencia, la humanidad estaba desintegrada.

Pero la pandemia ha despertado el compañerismo, nos provoca buscar refugio y apoyo en donde nos acepten, con o sin mascarillas, con o sin vacuna. Nos abre a escuchar opiniones de quienes dominan las ciencias o luchan por controlarla. Nos ha recordado lo importante del lavado de manos –algo útil de todos los tiempos– y ser cuidadosos.

Esta pandemia también ha puesto al desnudo varios de nuestros problemas, entre ellos, la falta de la pareja protectora –padre y madre–, especialmente la ausencia del padre. Niños solos, pues las madres trabajan y los abuelos están cansados, o sea, el virus de la "irresponsabilidad paternal".
Todo esto existía pre-pandemia, caravanas de seres en la búsqueda de una esperanza, incluyendo a niños y adolescentes, todos enfrentando los peligros de veredas inhóspitas, sin lugares seguros donde descansar, expuestos al abrasador sol tropical y a los aguaceros que convierten los caminos en polvaredas o ríos de lodo, cultivo de bacterias.

Solo poniéndonos en ese escenario, podríamos comenzar a entender la tragedia que azota a nuestros pueblos en un gran número de nuestros países, ahora empeorado con la Pandemia, lo que debería motivarnos a emprender, o a acrecentar, la lucha para convencer a nuestros gobiernos y empresarios de poner en práctica la equidad social, que establezca un ambiente de bienestar y progreso de nuestra fuerza laboral, protegiendo su salud, promoviendo educación de calidad y la preparación técnica, para que no tengan que abandonar sus hogares, asegurándoles oportunidades de trabajos con sueldos ecuánimes al costo de la vida y un poco más, como en los países democráticos, donde no se exportan, sino se importan trabajadores.
Debemos tomar en cuenta que nuestras exportaciones dependen de una mano de obra especializada, los años nos han enseñado que, para competir en el mercado mundial, con productos como el café, bananas, cacao, aguacates, papayas, flores, muebles, ropa, etc… necesitamos calidad, cosa que no se logra abandonando o abusando de nuestra mano de obra que cuenta con experiencia en el proceso. Y es ahí casualmente donde estamos fallando, seguimos ignorando la importancia del trabajador y mucho más de el del campo, no lo estimamos, sigue siendo el "mozo" o "peón" del improductivo ayer, trabajando en tierras que dependen de la buena de Dios para darnos una buena temporada de lluvias, teniendo una naturaleza que clama por un medio ambiente protegido, para que sus ríos fluyan en invierno y en verano, alimentado represas y embalses que se conviertan en fuentes de irrigación para hacerlas producir durante todo el año, ya que son tierras fértiles que la naturaleza nos regaló y que nosotros ignoramos o que explotamos torpemente.
Por esa torpeza, es que el Profesor Alfredo González Holmann, nos aclara la semana pasada en La Prensa Digital de Nicaragua, "sobre la importancia de la educación de la mente o sea una educación inclusiva y de calidad… para tener éxito y prosperar en la vida". Esto atañe a empresarios y trabajadores, González Holmann, Profesor de Mindfulness (o 'atención plena', práctica que mejora la capacidad de concentración y atención) nos dice que "Está demostrado científicamente que las personas con un alto coeficiente de Inteligencia emocional tienen más éxito y salud en la vida" y "El precio de la educación solo se paga una vez. El precio de la ignorancia se paga toda la vida".

¡Lo que nos trae a una verdad! Todo esto no es culpa de la Pandemia, es de nuestra negligencia, es por nuestro yoquepierdismo, es por la corrupción y el populismo de gobiernos irresponsables, un virus más destructivo y mortal que el Covid19.

¡Los gobiernos absolutos son obsoletos!

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