domingo, 31 de octubre de 2021

El Archivo DCCXXIX

Meritoria Mea Culpa
Todos cometemos errores, pero no todos pedimos perdón, porque pedir perdón implica aceptación de haber errado, lo cual, en el ser humano, es poco común.

Hay otro factor muy humano también: nos atrae el Poder. Admiramos a los déspotas y esto no conlleva ideología y mucho menos valores morales. Habremos corruptos de cepa y el "mandamás" es nuestro modelo, nuestro alter ego, es la forma más expedita de mandar detrás del trono y de enriquecerse sin compromiso, por lo tanto, entramos en componendas, sin nunca llegar a ser miembros de la argolla de las dictaduras, pues navegamos disfrazados de empresarios.

Pero queramos o no, cuando hemos colaborado con los gobiernos, esto nos convierte en ciudadanos públicos y, por lo tanto, debemos admitir, que si bien no fuimos partícipe de abusos, somos copartícipes. Por lo tanto, debemos tener el coraje de por lo menos decir "Mea Culpa".

Aquí calza nuevamente la recomendación del Profesor González Holmann, del Instituto Nicaragüense de Mindfulness (Atención Plena), para evitar errores o admitir nuestros errores.

Por lo anterior es que la ciudadanía sigue esperando del laureado escritor nicaragüense, Sergio Ramírez Mercado, entre otros hombres públicos que han cometido errores políticos, el sencillo pero ejemplar "mea culpa", ya que habiendo sido Vicepresidente por muchos años del gobierno más desastroso que ha tenido Nicaragua, está en deuda con la juventud de Iberoamérica, en cuanto a la importancia de la democracia para el desarrollo de nuestra región.

El profesor e investigador mexicano, Jesús Tovar, nos dice que "una democracia incorpora básicamente tres requisitos procedimentales: Competencia Partidaria, Participación Electoral y Libertades Civiles. La carencia de algunas de estas características implica la descalificación de un régimen como democrático y en consecuencia ser clasificado como autoritario".
Por lo anterior cabe recordar el caso excepcional de Costa Rica, donde el agotamiento de la vía electoral brindó la oportunidad para que la oposición se uniera en una insurrección armada, la cual estuvo liderada por José Figueres Ferrer. La guerra civil iniciada a principios de 1948 duró tres meses y terminó con la instalación de una "Junta Fundadora" de la segunda república, presidida por Figueres (1948–1949). Esta junta promulgó una nueva constitución, la cual ratificó un Tribunal Supremo de Elecciones, de carácter autónomo; reforzó el poder del Congreso, habilitando para ejercer el derecho de interpelación y censura a los gabinetes; disminuyó las facultades del Ejecutivo, restringiendo el alcance de los decretos presidenciales y eliminando su derecho para suspender el orden constitucional; y finalmente, abolió el Ejército, constituyéndose como el único caso en el mundo en aplicar esta medida. La Junta Fundadora reconoció el triunfo de Otilio Ulate (1949–1953), a partir del cual se restituyó el régimen democrático en este país hasta la actualidad.
En Nicaragua hubo también agotamiento electoral, por lo que la ciudadanía en general y el empresariado, apoyaron la insurrección armada del Frente Sandinista de Liberación Nacional Sandinista (FSLN), derrocando al régimen dinástico de los Somoza, pero lamentablemente esa unión derivó en un régimen autoritario, lo cual reconoce ahora su Vicepresidente de entonces, Sergio Ramírez Mercado, declarando en la "Voz de América" que "una sociedad no puede funcionar sin la libertad de expresión" y denunciando que "la prensa de Nicaragua está intervenida militarmente".

Un reciente editorial de La Prensa Digital nicaragüense, aclara que "Sergio Ramírez viró hacia la democracia y se alejó de la política para dedicarse a la literatura, sin embargo, por su conversión democrática y sus críticas a la dictadura es un perseguido político devenido en robusto defensor de la libertad de expresión".
El editorial reconoce que "Por ese mérito y el de su magnífica obra literaria, Sergio Ramírez se ha hecho acreedor a merecidos reconocimientos", causando en su país, el 5 de agosto de 2021, el ridículo artículo 24 del decreto presidencial 17-2021, que pretende que todo "gobierno, estado extranjero, organismo o institución internacional que deseen otorgar premio, condecoración o reconocimiento a una persona natural o jurídica nicaragüense, deberá solicitar previamente el consentimiento del Gobierno de Nicaragua por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores". Por lo que El Archivo al saludarlo y desearle bienestar en su refugio en España, apela a esa autoridad moral y paz espiritual que anhela, para que ejemplarmente le diga a Nicaragua: ¡Mea Culpa!

¡Los gobiernos absolutos son obsoletos! ¡La Democracia no aprisiona, LIBERA Y DESARROLLA A LOS PUEBLOS!

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