El Archivo DCCCXXXIII

Es Necesario Reunirnos Más

Cada día me sorprende más las bondades, llamémosle así, del constante desarrollo de la ciencia cibernética, en verdad es alucinante ver lo que pueden hacer los que dominan esos aparatos, me refiero a los que han crecido conociendo y rebuscando sus vericuetos y servicios, pues los avanzados en edad, como yo, nonagenario, aunque nos esmeremos en estudiarlos, sólo alcanzamos utilizar algunos de los múltiples dispositivos, y pocas funciones de los que usamos.

Pero todo en exceso es malo, hay un problema, y muy grande; estos aparatos acaban con el contacto personal, esa oportunidad en que los seres humanos expresemos nuestras opiniones sobre diferentes aspectos de la vida diaria, tanto así que, aún reunidos, siempre hay alguien con el celular en la mano, conectado a otra realidad, otro espacio, o contestando alguna llamada. En pocas palabras; somos adeptos y dependientes del "vicio cibernético".

Todas las adopciones, sin excepción, perjudican, y este en particular, lo hace en forma acelerada, ya que está siendo utilizado por intereses bastardos para crear confusión en la mente de los usuarios, especialmente en la política, donde lamentablemente proliferan. Recientemente mentes corruptas apoyadas por los medios, actualmente en manos de grandes intereses que, abusando del inalienable derecho a la libertad de expresión, publican barrabasadas, creando confusión, y como es sabido, de ellas algo queda.

En realidad es un periodismo de barriada, ya que su propósito de reproducir noticias alarmantes, los populariza e incrementa sus ganancias, sin importarles el peligro en que ponen las creencias con las cuales ha crecido el ser humano, que no tiene la defensa de poder analizarlas en reunión de familia o amigos, pues trabaja sin descanso, o se enajena con ese extraordinario aparatito cibernético que en segundos le permite sumergirse en juegos, videos tontos o en conversaciones con el amigo o pariente que se encuentra a miles de kilómetros o leer las noticias de cualquiera de los continentes.

No podemos detener el avance de la ciencia cibernética, que pretende unirnos globalmente, nos permite conocer los aconteceres casi mientras suceden, pero tampoco podemos seguir ignorando que uno de sus males colaterales ha sido el ostracismo familiar, el alejamiento de las amistades, por lo tanto, es indispensable fortalecer esos vínculos, donde se analiza se escudriña y se discuten temas y aconteceres de la vida social y política, donde se desnudan las falsas campañas de promesas vacías de ética y moral, donde se ofrece el cielo con olor de azufre, pues en la vida donde no hay honestidad, hay infierno.

Como decimos en el título, es necesario tomar en serio esa simpática costumbre del ayer, invitar a los vecinos al cafecito de la tarde, incitar reuniones familiares. Hay que salir del ostracismo, que ha llegado hasta cerrar aquellos alegres y nostálgicos clubs sociales, ya no digamos los "Club de Obreros" o Artesanales, donde se reunían a jugar, socializar o simplemente comentar los aconteceres nacionales o internacionales.

Están peligrando los simposios, congresos, convenciones o exhibiciones, ya que todo es realizable a través de la pantalla virtual, es cierto casi todo, pues no llega a reemplazar la inquietante mente del ser humano, creadora de la ciencia cibernética, no para convertirnos en "robots" sino para facilitarnos el conocernos mejor, no distanciarnos, por lo que acerquémonos más, reunámonos más y gocemos del placer de disentir y analizar los "cuentos de hadas" de quienes nos faltan al respeto, desconociendo que el ser humano es la creación perfecta de Dios y por lo tanto es irremplazable.

Y hablando de acercarnos, les ruego honrarme con su comentario y sugerencia de tema o temas por analizar, con el fin de motivar a nuestros lectores a encontrar respuesta a los problemas de la vida diaria. Aquí cabe darle gracias a Leonel Arana, asiduo comentarista del acontecer internacional, la importante noticia del decreto de la Gobernadora Demócrata de Arizona, Kattie Hobbs, para salvar el acuífero del Estado. ¡Bravo!