domingo, 27 de marzo de 2022

El Archivo DCCLI

Hojas de un Árbol
Hacia dónde vamos, es la pregunta que todos nos hacemos y tal la incertidumbre, que ni siquiera nos atrevemos a expresarla o preguntársela al vecino, al familiar, al amigo.

Conversamos sobre lo que está sucediendo, sobre las masacres inhumanas que causan las bombas y misiles en las ciudades indefensas de la víctima del momento, Ucrania, admiramos el heroísmo de sus ciudadanos y sus líderes, condenamos la insensatez de Putin y de los que lo apoyan, en fin, hablamos de lo que está sucediendo… pero callamos sobre el futuro, un futuro incierto, que puede ser aterrador y tenebroso, ya que la reacción para detener a los que están causando la destrucción, muertes y éxodo, es tímida, es como querer detener a un matón, con reprimendas, ni siquiera con palos ni pedradas, pues como dicen, sucede en el patio ajeno.
Ejemplo de lo anterior: Los más de 60 años de opresión, de abusos y de exterminio de un pueblo vecino, CUBA, el patio ajeno, donde a vista y paciencia del líder del sistema democrático del mundo, oprimen a su pueblo, e incuban a quienes han estado causando desestabilización y desastres a la humanidad a nivel mundial.

No olvidemos lo que dijo Pau Casals, (que, gracias a Guillermo Barreto, nuestro lector, podemos citar): "Nosotros debemos pensar que somos una de las hojas de un árbol, y el árbol es toda la humanidad. No podemos vivir los unos sin los otros, sin el árbol". Los PUTIN de hoy están talando árboles, arbolitos, ramitas, desolando áreas que, aun no siendo nuestro patio, forman parte de ese bosque llamado humanidad.
Aquí cabe una pregunta que todos deberíamos hacernos ¿Hay diferencias en las atrocidades en contra de la humanidad? ¿Será que algunos somos menos humanos que otros? ¿O será que en realidad algunos somos egoístas, irresponsables y cobardes? En este último grupo caben aquellos que han sufrido la vorágine de la maldad humana en el pasado e ignoran el sufrimiento de los que hoy, víctimas de la misma maldad, por no ser del patio o no convenir a sus intereses bursátiles.

Aquí cabe reconocer los esfuerzos de los líderes del mundo libre para detener esa tala destructiva de seres humanos, quizás no con la fuerza que se requiere para detener a los ATILA, pero si con la convicción que se requiere para comenzar a formar ese "detente" que se necesita para proteger a la humanidad, que en la actualidad está como esos árboles indefensos, expuestos al "hacha", asesina y despiadada, de sus taladores, todos enemigos de la humanidad.
Los humanos tenemos la tendencia de cobijarnos en la espiritualidad de las creencias religiosas, olvidándonos que fueron creadas por seres humanos, incluso aquellas que divinizan a su fundador, ya que lo humanizan para que sus palabras sirvan de ejemplo a sus prédicas de que el "amor al prójimo" es el meollo de la felicidad del ser humano, lo que nos deja perplejos cuando el más alto prelado de los cristianos ortodoxos rusos, no utiliza su fuerza espiritual para predicar la Paz y el amor, sino que apoya el odio y la barbarie de uno de sus preferidos feligreses.

Gracias a Dios que hay líderes espirituales que predican la diferencia entre el mal y el bien, así como amar al prójimo, pues todos somos el árbol de la vida.

El futuro sin incertidumbres de la humanidad está en la unión de valores y voluntades de quienes respetan sus derechos y obligaciones, bien lo expresa Ana Belén Soage de "El País": los países deben aprovechar esta crisis para prevenir el regreso a un orden mundial anárquico, los países fuertes no deben invadir a sus vecinos más débiles con impunidad. Los países deben basar sus políticas en el respeto de los derechos humanos y deben cooperar entre ellos para cerrar los paraísos fiscales, implementar leyes contra el lavado de dinero y no vender armas a regímenes opresivos, solo entonces los discursos en defensa de la democracia serán creíbles para el mundo. Actualmente, a pesar de la retórica, el interés económico prima sobre los valores, empresas e instituciones occidentales rivalizan por vender sus servicios a regímenes como el de Vladímir Putin.
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