domingo, 27 de febrero de 2022

El Archivo DCCXLVII

¡Triste y Avergonzado!
Emulando a Hitler e ignorando todos los esfuerzos de los estadistas del mundo libre por la Paz, Putin el Bárbaro, ha enlutado hogares de Ucrania, así como los de su país, entristeciendo a la humanidad, que aún sufre los efectos de la mortal pandemia que hemos probado poder detener, o sea que él es un virus más letal.

Ni el recuerdo de los juicios de Núremberg, ni la Corte Internacional de la Haya y muchos menos las "sanciones" han logrado detener a este insaciable e incontrolable narcisista.
En vista de lo cual, decidimos dejar los medios internacionales y sus noticias de vergonzantes abusos cometidos en su invasión y aprovechar las excelentes carreteras de peaje que goza Colombia para despejarnos, alejarnos de las noticias de este demente, empecinado en crear conflictos armados, negándole a los pueblos el inalienable derecho a convivir en paz.

Aunque residimos en un pequeño valle donde los ríos y riachuelos que bajan de las montañas que nos circundan mantienen siempre verdes nuestros campos, y nos permiten cultivar árboles que producen cítricos y plantas de coloridas flores, siempre está la inquietud de conocer otros parajes, también ciudades que nacieron del esfuerzo de pioneros que desafiaron las imponentes cordilleras andinas.
A un par de horas de nuestra residencia comienza la zona conocida como "Eje Cafetero de Colombia", que abarca los departamentos de Tolima, Quindío, Caldas y Risaralda, aunque también se cultivan cacao, maíz y verduras, sembrados que pintan con corrales de ganado muy bien alimentado.

Existen varias versiones relacionadas con la llegada del café a Colombia, una de ellas menciona a monjes –sin mencionar su filiación– que lo importaron desde Etiopía, África, y se le atribuye a Francisco Romero, sacerdote de la época, el imponer a los feligreses durante la confesión la penitencia de sembrar café, lo que emularon otros presbíteros, dándole así un gran impulso a la propagación del cultivo del grano en el país. Con estas semillas se logró una posterior expansión, hasta convertirlo en el cultivo dominante en las faldas de las impenetrables montañas.
Pues a este paraje viajamos el pasado viernes pernoctando en la finca de familiares, a un par de horas de nuestra residencia, y al día siguiente nuestros anfitriones, Jairo Ospina Rodríguez y Vicky Jaramillo González, nos llevaron hacia los municipios de Pereira y Manizales, este último construido por los productores de café entre los macizos de la Cordillera Central, su calle principal sigue la cresta de la montaña y todas sus calles laterales bajan para encontrarse con otras que suben, una montaña rusa convertida en Ciudad rodeada de cafetales, ofrece paisajes encantadores. En las calles había muchos campesinos presentando un aire festivo y alegre. Nos sorprendieron los edificios de múltiples pisos y la pujanza de sus comercios, así como su imponente Catedral, la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, terminada en 1939 y la plaza monumental de toros, que ya lleva 64 temporadas taurinas, aunque se utiliza para otros eventos artísticos, en uno de ellos se presentó Cantinflas.
Y su Aeropuerto Internacional, para mí, una atrevida obra de ingeniería. De allí nos llevaron a la activa ciudad de Pereira, cuya principal plaza, ostenta la única estatua ecuestre de Bolívar cabalgando desnudo, obra creada en 1963 con motivo del centenario de la ciudad. Esta ciudad trae a mi memoria imágenes de familias nicaragüenses de ascendencia colombiana, como los Pereira y los Patiño Mondragón, es comercialmente dinámica y sede de muchas industrias de exportación que aprovechan el aeropuerto. Un ambiente acogedor también rodeado de cafetales.

Para almorzar, nuestros queridos primos recomendaron el "Mesón Español", donde degustamos una sabrosa Paella marinera, un exquisito Mero a la plancha y, de postre, la tradicional "Crema Catalana". La jornada del domingo nos llevó, a través del Túnel más largo de Latinoamérica, 8.65 km, que sumado a otros túneles recortan el trayecto en un par de horas por la larga carretera panamericana desde el puerto del Pacifico, Buenaventura, hasta Bogotá, excitante relato que dejamos para el próximo domingo.



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