domingo, 6 de junio de 2021

El Archivo DCCVIII


¡Hablemos de Mañana!
La historia nos describe el ayer, y es necesario conocerla para planificar el mañana, y ese mañana que comienza hoy, ese mañana que la misma historia nos prepara para planificarlo y vivirlo, no podemos estancarlo por lo que hicimos o no hicimos ayer, ya que el futuro es mañana, es el continuo despertar de esa lucha por la vida, donde somos la vanguardia.

Dicen que están investigando la procedencia del Corona-Virus, lo cual será parte de su historia, así como de lo que no se hizo para controlarla, pero lo importante es ¿qué estamos haciendo para controlarla? Si no hacemos nada, nuestro mañana será de acechos e incertidumbres, ya que nos ha demostrado ser el caldero que produce trastornos e inestabilidad, la que estamos presenciando en varios países latinoamericanos, cómo Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú. No mencionamos aquellos que son de por sí un VIRUS y conocemos su origen, el "Socialismo del Siglo XXI", aberración de bestias que producen y exportan terror y terrorismo, los 3 "malos" de nuestras Américas; Cuba, Nicaragua y Venezuela, en orden cronológico.


No se trata solamente de ver el fenómeno desde el punto de vista de "derechos humanos", de ese derecho a rebelarse, que lamentablemente se ha prostituido, tornándose en destructivo, pues la ciudadanía tiene también el derecho a vivir con seguridad, para lo cual existe las fuerzas del orden, para neutralizar, detener a la fuerza del desorden.

Lo que sucedió en Chile y que actualmente está sucediendo en Colombia, es un ejemplo de cómo el derecho a disentir se convierte en un ataque a la estabilidad democrática, en una destrucción de los bienes públicos y privados, en un asedio a la movilidad, en un paro de la productividad.

Un país sin autoridad, sin protección ciudadana, es sinónimo de caos institucionalizado, lo cual es equivalente a "autodestrucción" que afecta a todas las capas sociales. Y lo más que sorprende es ¿cómo las organizaciones internacionales, creadas para estabilizar las naciones y proteger a sus ciudadanos, lo permiten?


Los seres humanos somos más vulnerables a "directrices incendiarias" que al sosiego y a la paz, lo cual es incomprensible, pero cierto. Por eso la educación desde la niñez es indispensable, pues de lo contrario crecemos sin conocer el "respeto al derecho ajeno", que nos pregonaba ese apóstol de la Paz, Juárez.

El meollo del mal en los países conflictivos, donde la pobreza de cuerpo y espíritu esclaviza a su población, es la falta de educación, y no hablo de falta de escuelas, sino de la ignorancia generalizada por la falla del sistema educativo, de maestros empíricos, del egoísmo de quienes utilizan la esclavitud como Poder.

Cuando nos desplazamos por el mundo, llamémosle civilizado, podemos apreciar el valor de la educación, de la responsabilidad de quienes lideran sus gobiernos, del valor a disentir, del respeto a las creencias, del derecho a la lucha por su bienestar, dentro de los principios que nos dicta la moral y la dignidad, todo lo cual se aprende desde la niñez.


Son hermosos los despertares en los países donde la Ley y sus regulaciones son parte del diario vivir, las luchas van acorde a su determinación y preparación para triunfar. No es un camino de rosas, hay espinas, que por lo general aprendemos evitar. Si, esa es la palabra clave: "aprender"; a vivir, a respetar y a compartir.

Joseph Biden, en su discurso, al recordar a los fallecidos defendiendo la libertad, nos urgió que "la empatía es el combustible de la democracia… Nuestra disposición a vernos no como enemigos, sino como vecinos, incluso cuando no estemos de acuerdo, para entender por lo que está pasando el otro".

Biden habló de los gobiernos con tendencias autocráticas en el mundo, al considerar que la libertad, la justicia y las oportunidades son más viables en una democracia. "Esta nación se construyó con base en una idea, la idea de la libertad, una oportunidad para todos" dijo, y eso es lo que necesitamos en nuestras Américas, oportunidades dentro de una democracia para todos.

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