domingo, 2 de mayo de 2021

El Archivo DCCIII


Enmarañamiento Nicaragüense
O sea, tergiversación, lío, complicación, desorden, enredo, confusión, embrollo, en fin, ¡Caos! en el Centro de Las Américas, afectando y desestabilizando el desarrollo y bienestar de sus vecinos, al norte y al sur.

El gran problema es que su pueblo, vigoroso y valiente, pero agobiado y cansado de luchar, ha perdido las esperanzas en que sus líderes, apartando intereses personales y de grupetes, unan sus fuerzas y comiencen la limpieza al enmarañamiento político y social en que se encuentra el país.

Aunque la historia nos demuestra que en realidad es un pueblo que varias veces a ofrecido vidas y bienes por librarse de las mafias y de autócratas que han mantenido al país en un agotamiento permanente, creemos que solo una consolidación de las fuerzas democráticas, a nivel mundial, pueden extirpar la maldad y la opresión; una acción global por la libertad y la paz de los pueblos oprimidos.


Hay algunos que estiman que libertad, paz y bienestar se logran con componendas, pero la historia lo niega, ya que los sacrificios y la dignidad son irreemplazables.

Aunque solo se menciona al triángulo Centroamericano como causa de las trágicas migraciones al Norte, escudriñando encontraremos que la raíz de este desbarajuste social y económico está en el embrollo que han sembrado los criminales desgobiernos de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Muchos países lograron estabilizar sus democracias extirpando el cáncer "Falta de Libertades" y con la contribución heroica de la vida de sus hijos. En el caso de estos tres focos de la maldad, solo se han usado medidas paliativas que no han logrado su propósito, por lo tanto, es indispensable aplicar métodos sin miramientos ni contemplaciones, para erradicarlos.


No podemos "Mantener en la Jaula" –parafraseando el título del libro del mexicano Roger Bartra, que nos recomendase nuestro coterráneo Guillermo Barreto– a nuestros pueblos de Centroamérica, esos que "derraman un torrente de lágrimas" –que mencionase Federico García Lorca al describir el "optimismo"– por los acomodos que han encontrado los "organismos internacionales", manteniendo una burocracia que menosprecia y utiliza el sufrimiento de pueblos para su propio bienestar.

Tampoco podemos seguir permitiendo el contagio de la confusión que significan esos tres países, que además son señalados como "puentes" incontrolables del narcotráfico hacia el Norte de América.

Hemos leído muchas sugerencias sobre cómo regular la migración que cruza el corredor Centroamérica-México, las que ignoran la raíz del mal. La raíz del mal son los malos gobiernos y la falta de empatía y visión de la elite económica. En Nicaragua, es el régimen corrupto y caótico, que no solo daña la estabilidad democrática del país vecino, Costa Rica, con un incontrolable éxodo migratorio, sino que también al resto de países vecinos.


Es inexplicable por qué los responsables de los controles de inmigrantes de la frontera sur de Estados Unidos desestiman el efecto negativo de un régimen tan desordenado como el de Nicaragua; el que no solo destruye "esperanzas" en su país, sino que afecta el desarrollo y progreso de sus vecinos y que produce ese éxodo incontrolable y desordenado, entre los cuales, sin duda alguna, hay muchos como el niño nicaragüense de 10 años, Wilton Gutiérrez, abandonado en un paraje semidesértico de Río Grande, Texas y su madre secuestrada en México. Felizmente han sido liberados y reunidos, convirtiendo su imagen en un símbolo de la crisis migratoria que afronta el gobierno de Biden.

La Vicepresidente Kamala Harris, responsable del ordenamiento de la migración en la frontera Sur, cuya misión es "esperanza a los centroamericanos para quedarse en casa", debería tomar en consideración las consecuencias del autoritario régimen de Nicaragua, que además es base operativa de países como Cuba, Venezuela, Rusia, Irán y otros enemigos del mundo libre.


Al terminar su "Estado de la Unión" el Presidente Biden exclamó "No hay nada, nada, que esté por fuera de nuestra capacidad, no hay nada que no podamos hacer si lo hacemos juntos", por lo que es hora de tomar la antorcha de la libertad y liberar a los pueblos oprimidos de nuestras Américas.

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