domingo, 15 de noviembre de 2020

El Archivo DCLXXIX


Democracia a la Carta
Los artículos de Antonio Ortuño, mexicano, y Enric González, español, del diario "El País" de España, hay que citarlos y martillarlos, pues tratan de la pandemia política que azota actualmente, paralela a la Covid-19.

Antonio comienza citando: "la democracia es el más defectuoso de los sistemas hasta que se le compara con los demás", una de las frases de Churchill más usada y siempre vigente, como ejemplo de su indomable espíritu de lucha que contribuyó a derrotar el dragón hitleriano que amenazaba con engullirse las democracias del mundo.


Menciona las trampas que para mí no solo son de la democracia, sino de esa "mala levadura" que oscurece la mente del ser humano cuando, con el espíritu de revancha y odio, quiere vengarse, sin importarle los alcances ni las consecuencias.

Habla de la experiencia de los mexicanos –yo diría latinoamericanos– que no hemos logrado crear un "Instituto Autónomo Electoral" que organice y vigile sus elecciones, lo que aprovechan los "iluminados" para permanecer en el poder, pero en realidad, dice Ortuño, "somos dichosos, pues hay donde ni siquiera se puede votar"

Antonio escribe que las "vulnerabilidades de la democracia permiten que se abran paso en ella muchos que solo están dispuestos a aceptar las reglas del juego si les favorecen" como el caso actual de Trump, que se "han autoerigido como líderes iluminados… poseedores del apoyo del pueblo antes incluso… que se pronuncie… en unas urnas" y que "no están dispuestos a reconocer otro resultado que no sea su triunfo".


Un rosario de incongruencias, dice Ortuño, "timado por una conspiración de la que no presenta pruebas y que se produjo solamente en los estados donde resulto superado por pequeños porcentajes"; y otra: "voto por correo hubo en todos los estados… si desconfiaba tanto del voto por correo… Trump no debió votar de esa manera"; y otra: "que ya ha presentado toda clase de demandas y recursos en los estados que le dieron el triunfo a Biden, olvidándose que hace 4 años, cuando ganó por márgenes incluso más estrechos en la votaciones de los sitios que hoy le dieron la espalda, no hubo demanda alguna ni el voto por correo fue cuestionado".

Al terminar nos menciona que el "berrinche está que arde, lo cual demuestra que las convicciones democráticas de Trump son nulas" y lo peor: "hay muchos Trump sueltos por ahí".

¡Cerca del Manicomio!

Enric González habla de que estamos a un paso del manicomio, al conversar con un buen número de Trumpistas en Miami, encontró "auténticas caricaturas: el racista, el neonazi, el energúmeno", con un entendimiento propio de lo que significan las palabras "Libertad o Justicia" y la mayoría, que parece gente sensata y normales, justifican su "apoyo a Trump por la excelente marcha de la economía durante su mandato o al menos hasta que la pandemia trastocó la cosas". También "admiten que el tipo miente, insulta y se comporta en general cómo un patán". "Ya en confianza, con el segundo café, suelen pasar al ataque ¿Qué ha hecho Trump para que le odien tanto? preguntan".


Continua, que "no les interesa los equilibrios constitucionales o el delicado mecanismo sobre el que se asienta una democracia representativa: eso es politiqueo" y "consideran que ningún presidente ha hecho tanto como Trump para ayudarles a vivir su vida, gozar de libertad y buscar la felicidad. De nuevo ¿qué es la libertad?".

"En España –dice González– por lo general, solemos contraponer los términos 'democracia' y 'dictadura'… en Estados Unidos, la 'democracia' se contrapone al 'totalitarismo', concepto este último que conduce a la idea de comunismo… el latinoamericano, por otra parte, no siente especial aversión a los dirigentes autoritarios, supongo que debido a la historia política del continente" y se pregunta "¿Somos tan distintos a ellos?"


"¿Habría Trumpistas en España, o en otros países europeos, si se dieran las circunstancias?" y se contesta "Sí, claro. No… del genuino Trump, sino de un dirigente con un perfil similar, adaptado a la idiosincrasia. Las instituciones se descubren muy frágiles cuando aparece alguien que apela a tus necesidades y prejuicios más básicos y, además, te regala la satisfacción de horrorizar a unos cuantos tipos que te caen mal.

¿Nos estamos volviendo locos? No crean que la mitad de los estadounidenses han enloquecido. Todas las sociedades están a un paso del manicomio. Si alguien nos invita a entrar con las palabras adecuadas, entramos.

Creo que todos tenemos un poco de locura, y que la locura buena fortalece nuestras sociedades. Lo que me preocupa es que hemos perfeccionado el yoquepierdismo y nos estamos convirtiendo en ciudadanos irresponsables.

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