domingo, 25 de octubre de 2020

El Archivo DCLXXVI


¡Unirse es la Clave para Triunfar!
Esta vez voy a escribir, como en los viejos tiempos, que con solo ver una de las viejas máquinas, me sentía tentado a escuchar el tecleado y disparar lo que inquietaba a mi mente y entregar, aunque fuese un par de cuartillas al editor, con la esperanza que le gustara y publicase.

Hoy, no hay Remington, Olivetti, Underwood, Corona, ni siquiera la moderna y eléctrica IBM, en las cuales aprendimos a teclear, y con las cuales trabajé y gané buen dinero, produciendo recibos de carga para el Southern Pacific (empresa ferroviaria) en San Francisco, California, en mis horas libres de estudio secundario y universitario.

Pero hay iPads, laptops, etc... en las cuales no solo se escribe, sino que se consulta los temas mientras escribimos. Lo de borrar y revisar, es parte del proceso y, sobre todo, no es contaminante, pues con una pasadita de alcohol, mantenemos al Covid19, bajo control.


Lo anterior es ajeno al título, pero en si tiene mucha relevancia, ya que ayer dependíamos de imprimir lo escrito en los diarios, que era leído por minorías, hasta que vino la radio y en ciertos programas leían y/o comentaban lo más destacado de los periódicos, o sea que comenzamos a ver la importancia de trabajar unidos. Desgraciadamente, hasta allí llega el testarudo ser humano a ver la importancia de la unidad.

En los demás quehaceres y luchas de la vida, lo que destaca, es el egoísmo, el personalismo, y en esto, somos peores que los seres llamados animales, no todos, puesto que hay entre ellos, muchos astutos que hasta asustan.

El ser humano es tan cabeza dura que, en muchas ocasiones, prefiere perder que unir esfuerzos y ganar, lo cual lo vemos mucho en los negocios y particularmente en la política.

El caso de Bolivia es solo uno más de los que proliferan en nuestras Américas, no importa lo que se les advierta, para ellos, solo hay un dogma, YO o YO.


Lo viví en Nicaragua, donde dos inteligentes profesionales (Eduardo Montealegre Rivas y José Rizo Castellón), candidatos en las elecciones del 2006, nunca llegaron a entender que solo unidos triunfarían; y en esa palabra "triunfarían" radicaba el problema, ya que lo que añoraban era triunfar, pues eso de "triunfarían" significa dar, compartir y de eso, no estamos acostumbrados, ni es parte de nuestra idiosincrasia.

Ajustándome a la verdad, no es solo culpa de los "candidatos", los verdaderos culpables son sus llamados "consejeros" que se ven perdedores de los favores del "trono", ya que ellos están en el juego, no por idealismo o patriotismo, sino por beneficio personal y al ponerse de acuerdo los "candidatos" estos por razones obvias, siempre quedarían en el juego, pero ellos, con raras excepciones, desaparecen del escenario.

Lo triste, es cuando líderes de grupos, cuyos miembros son ciudadanos que han sufrido abusos del poder, pero que no poseen la experiencia ni la fuerza económica para combatirlo, exigen un liderazgo al que no están preparados, obstaculizando la indispensable unión de valores, de los cuales, ellos son parte, pero no el todo.


Venezuela y Nicaragua son ejemplos de cómo gobernantes mediocres, analfabetas y corruptos, mantienen la zozobra y la pobreza, conscientes de que sus adversarios son mercaderes del poder, quienes no conocen la valentía ciudadana, que requiere de dignidad, sacrificios, honestidad, el saber darse para el beneficio de la comunidad.

Esto no quiere decir que todos los que sufren los vejámenes de estos dictadores mediocres, son idiotas, oportunistas y/o egoístas, es que no han aprendido a darse, a dar apoyo al ciudadano hermano, a trabajar en equipo, con una meta, TRIUNFAR. Triunfar, es asegurarse que los hijos y nietos logren convivir en el sistema que garantiza igualdad de oportunidades, con educación y salud y, sobre todo, respeto a sus derechos y obligaciones, que son los principios de una democracia y no de una pantomima democrática, que es lo reinante en nuestras Américas.


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