domingo, 5 de abril de 2020

El Archivo DCXLVI

¡Ignorancia vs Educación!
¿Hacia dónde nos lleva la ignorancia? Pregunta que muchos nos hacemos con referencia al Covid-19, virus indomable e invencible por métodos convencionales, que ha puesto en jaque a la humanidad, especialmente a quienes lo ignoraron, o no quisieron aceptarlo como una realidad o peor aún, desconocían su invisible fuerza destructiva.


Mucho hablamos y predicamos sobre Educación, pero en verdad, salvo muy raras excepciones, lo usamos para salir del paso, que es algo que por doquiera nos acecha, pues la falta de educación es otra de nuestras pandemias, y lo peor es que ha estado por siglos y no la hemos podido contrarrestar.

Si nuestros pueblos tuviesen un mínimo de educación, de conocimiento de lo que es bueno y lo que es malo –sí, así de simple– no fuésemos víctimas de los populistas y corruptos, los que a través de la historia han mantenido la vieja tesis oligarca; "el pueblo puebla y ellos mandan", una tesis que se sustenta en las necesidades del ser humano para sobrevivir, necesidades que le impiden, salvo casos excepcionales, salir de la miseria. Si analizamos por qué una porción considerable de los países del mundo no logran desarrollarse, encontraremos el virus de la ignorancia.


En estos días de reposo absoluto debido a la cuarentena, la que al fin se está generalizando, salvo en Nicaragua (aunque se practica de manera voluntaria y por iniciativa empresarial, en contra de los lineamientos gubernamentales que incitan el aglutinamiento) y quizás alguno que otro país bajo las garras de criminales, hay tiempo para ver películas, leer y escuchar melodías y los consejos de quienes se preocupan por el bienestar de sus pueblos.

Pues una de estas noches fue de cine en casa: "El Niño que domo al viento", recomendable, está en Netfix y es la lucha de un niño por convencer a su padre que le diera la oportunidad de ayudarle a salir de la miseria, ya que él tuvo la suerte de ir a la escuela, al fin el padre cede y el estudioso niño construye un remedo de molino de viento para producir la energía necesaria y sacar agua del pozo, regar su árida parcela y con ello, salir de la miseria. Un ejemplo del valor de la educación y la voluntad de quien la sabe aprovechar.


También repasé "Cien Años de Soledad" de García Márquez, inspirada en los estragos que la ignorancia produjo en Colombia, hasta que la educación comenzó el proceso de transformación y le permitió, después de una sangrienta guerrilla fratricida (aparte de las anteriores que leemos en la novela de GABO), lograr el desarrollo que hoy defiende a sus más de 50 millones de ciudadanos preparados. En Colombia los trabajadores del campo gozan de un título bachiller, hay técnicos, artistas, profesionales y empresarios responsables, pero sobre todo, hay muchos maestros, bien remunerados y muy comprometidos a despejar la soledad de la ignorancia. Porque resido en Colombia puedo dar fe de los efectos de la educación, es loable su cultura, su responsabilidad ciudadana y por sobre todo, su civismo y honestidad. Y hay otros países de nuestras Américas donde la educación ha rendido fruto, que se refleja en el sistema de gobierno.

"Democracia" es sinónimo de erradicación de la ignorancia y la pobreza y "dictadura" lo es de sometimiento y desprecio a las responsabilidades y derechos cívicos.


Tanto el Codiv-19 como el Virus de la Ignorancia son malignos, derrotémoslos con "disciplina" y educación, comprometiéndonos a convertir a nuestros Maestros, en soldados de nuestra guerra contra la ignorancia, formemos ejércitos que enseñen y traigan esperanzas a nuestras vidas a base de conocimientos, con el propósito de desarrollar progreso y bienestar para nuestros pueblos.

¡Nadie nace aprendido! aprendemos en el camino ¡hagamos camino con la educación! Ha comenzado la Semana Santa para los cristianos, este año nos da la oportunidad de meditar su enseñanza, pues esa es la historia, una prédica constante de que la felicidad solo le logra con la verdad, la cual, nos libera de la ignorancia.

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