domingo, 16 de febrero de 2020

El Archivo DCXXXIX

¡Limitemos la Incertidumbre!
Este viernes 14 de febrero los seres humanos de muchos países celebraron la valiente actitud de San Valentín, valiente porque todo acto que otorga alegría al ser humano, requiere de valentía, solo los cobardes, causan sufrimiento.

Pues bien, basado en que existe ese sentimiento humano como el amor al prójimo, que es casualmente lo que recuerda Valentín, médico romano convertido en sacerdote, quien casaba en secreto a parejas jóvenes, para evitar que fuesen reclutados como soldados del Imperio Romano. La historia nos relata que al emperador le interesó la obra de Valentín, pero fue disuadido por el gobernador de Roma y finalmente mandó a decapitarlo. Valentín sufrió incertidumbre y contestó con el "amor”, antídoto al "odio" que causa, entre otras cosas, incertidumbre.

No estoy apelando a que, de la noche a la mañana, nos convirtamos en amorosos santos, solo recalco que la felicidad del ser humano comienza en casa, queriéndonos, respetándonos y por sobre todo colaborando por el bien de los nuestros, del vecino y ahora, más que nunca, con el inmigrante.


En el curso de mi larga vida conocí a muchos "mandamases", más aún, he tenido la oportunidad de cercanía con un par de ellos, sabiendo así lo difícil, por no decir imposible, de convencerles que con su poder pueden convertir la "incertidumbre" en "tranquilidad y felicidad" para sus conciudadanos.

Una de las razones de esa dificultad (o casi imposibilidad) de convencerlos, es la pacotilla de "incondicionales" que los rodean día y noche, susurrándoles al oído, que sin ellos en el mando, la República deja de existir, ya que para ellos la nación, es una res pública de la cual ellos chupan hasta extinguirla y cambiarla por otra "res" que los mantenga.

Por experiencia sé que sí las sugerencias de utilizar el mando para liderar un proceso de cambio hacia el sistema democrático, proviene de un grupo de "amigos" que, apartando intereses políticos, han brindado calor de amistad al mandamás, este posiblemente decidiría jugársela y convertirse en líder de una democracia representativa, deponiendo sus intereses políticos y garantizando la oportunidad a su pueblo de elegir y protestar, asegurándose así la oportunidad de un retiro de la actividad pública, honroso y digno. ¿Es un sueño? ¡No! Es una fuerte pasividad, si logramos que el "mandamás" escudriñe la historia, donde encontrará que ese es el camino más seguro e inteligente hacia un futuro con garantía y felicidad en unión de su familia.


Nicaragua es donde es posible que esta opinión se convierta en realidad, aún con lo difícil que sería negociar la responsabilidad de los asesinatos de cientos de inocentes ciudadanos (incluidos niños), o sea eliminar la impunidad que a través de la historia ha llevado a los nicaragüenses a sufrir, dictadura tras dictadura. Justicia a los culpables debe ser parte de la negociación, pues no puede la ciudadanía seguir practicando la venganza basada en el odio, para aplicar el castigo que se merecen los asesinos de siempre, ya que Nicaragua tiene una legislación jurídica donde no existe la pena de muerte y las penas conllevan la oportunidad de arrepentimiento a través de la rehabilitación.

Asimismo, la poderosa pareja presidencial nicaragüense, tienen la responsabilidad primaria –hayan o no hayan dado la orden de disparar– ya que los asesinatos se dieron y siguen dándose durante su gobierno, por lo tanto, son ellos los llamados, primero, a demandar una exhaustiva, imparcial y honesta investigación judicial y segundo, terminar con la impunidad. Solo así, podrán tener la fuerza moral de ofrecerle al país, las reformas necesarias para convertirse en los garantes del proceso democrático, que es lo único que les podrá garantizar en unión de su extensa familia, la felicidad de haber contribuido a la estabilidad política, social y económica del país, donde la justicia sabrá evaluar su contribución, que sin duda, será el factor principal hacia la felicidad y la paz de sus coterráneos.

La "incertidumbre" desgasta y hace que el ser humano cometa errores ¡Eliminémosla! Ya es hora de tomar responsabilidades, y utilizando el Poder, dar el primer paso hacia el legado de San Valentín, aceptando nuestros errores y aciertos y sin excepción, reunidos en las plazas de nuestros pueblos, cantar el Himno popular, de ese insigne patriota y compositor nicaragüense, Carlos Mejía Godoy (http://bit.ly/nicaraguita):

Ay, Nicaragua, Nicaragüita
Recibe como prenda de amor
Este ramo de siemprevivas y jilinjoches
Que hoy florecen para vos

Ay, Nicaragua sos más dulcita,
Que la mielita de tamagas,
Pero ahora que ya sos libre,
Nicaragüita, yo te quiero mucho más

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