domingo, 23 de febrero de 2020

El Archivo DCXL

¡El Mal Triunfa si los Buenos no Hacen Nada!
Parafraseando la cita de Edmund Burke, encontramos la principal razón del "yoquepierdismo" que aqueja a Latinoamérica. Existen ciudadanos buenos en nuestras Américas, el problema consiste en que no son responsables y como lo hemos dicho muchas veces, desconocen o ignoran el espíritu cooperativista y con ello, pierden su fuerza, que indudablemente es mayoritaria. Por eso es que no podemos entender como unos "estúpidos iletrados" llegan, en primer lugar a dirigir partidos políticos y con la astucia del malvado, logran el apoyo de los que se creen vivos o sea los "yoquepierdistas", ya que así creen seguir desarrollando sus imperios económicos.

Entendámonos bien, me refiero a su imperio económico personal, no el de la nación. Exitosos millonarios en países paupérrimos, donde no existe una clase media estable y el 70 por ciento de la población subsiste, gracias a la generosidad del mundo occidental desarrollado y de algunos con espíritu humanitario, que les permite verse en el espejo por las mañanas.


A todo nivel, pero más aún el político, el "latino" es "selfish", una palabra inglesa que en español significa egoísmo, esta última se deriva del latín, formada de "ego", yo, el ser individual, y el sufijo "ismo", de tendencia, práctica, en fin, indica la actitud de quien solo manifiesta interés por lo propio, interés en sí mismo.

El egoísmo, como tal, es una actitud que dificulta la relación con el prójimo, pues la persona egoísta trata y hace sentir a los demás como si no existieran, o como si sus preocupaciones o ideas no importaran. De allí que también se lo compare con el individualismo.

En este sentido, el egoísmo es un antivalor, opuesto a motivaciones tan importantes para la convivencia humana como la solidaridad, la gratitud o el altruismo, pero menciono la palabra inglesa "selfish" por ser su definición más concisa, diciéndonos "que es una persona, acción o motivo que pierde interés en el prójimo, pensando solamente en su propio beneficio o placer".


Este es nuestro mal, contra el cual, no hacemos nada. Vemos con indolencia los abusos y esto no es un mal que se restringe a las clases privilegiadas, es un mal general, pues adolecemos del espíritu de cooperación que es necesario para que los pueblos triunfen o sea para decirlo claramente de educación, que significa cultura cívica.

Es en las escuelas primarias, donde al niño se le debe inculcar la importancia de colaborar con el compañero de clase, la primera comunidad que enfrentamos, la escolar, lo que demanda, desde nuestra temprana edad, respeto al derecho ajeno, que es el propio, ya que respetando, nos respetamos. El problema es que la familia no le presta la debida importancia a las escuelas primarias, que por ser el primer encuentro del ser humano con el mundo real, una continuidad del entorno familiar, es de suma importancia.

Por lo anterior es que Latinoamérica en general debe priorizar una revisión al sistema educacional primario, necesitamos un acercamiento familia/escuela, necesitamos enfatizar en la importancia de la cultura cooperativista, debemos comenzar desde la infancia a concientizar a nuestra niñez en la importancia de los valores cívicos, de que la unión hace la fuerza y que el espíritu comunitario será su espada de lucha en su porvenir.


De nuevo, esto no es un sueño y si lo fuera, deberíamos hacerlo realidad, como lo estoy viendo a diario en los pueblos de Colombia, que palmo a palmo y hombro con hombro, ha venido combatiendo sus males, a base de educación. Menciono Colombia, por ser mi baluarte o centro de operaciones en los últimos meses y donde tengo la oportunidad de conversar con el ciudadano promedio sobre su diario vivir, sorprendiéndome de encontrar durante las pláticas una acendrada cultura comunitaria que es la base para el despegue hacia el desarrollo de nuestras Américas al Sur del Rio Grande.

Y ya que estamos en el tema de cultura comunitaria, nos permitimos tomar como propio el Comunicado del "Movimiento Mundial Dariano", presidido por el Profesor Hector Darío Pastora, donde le recuerdan a Ciudad Darío, Nicaragua, de proclamar los 25 de febrero, Día de Ciudad Darío, ya que fue hace cien años que en esa fecha se hizo el cambio de Metapa "un pueblecito, o más bien aldea, de la provincia, o como allá se dice, departamento, de la Nueva Segovia", como escribió el mismo Rubén, Poeta de las Américas, a Ciudad Darío. ¿Sera posible que los malos se opongan a proclamar un día para honrar su propia ciudad? ¡Solo si los buenos, la mayoría, no hacen nada!

No hay comentarios:

Publicar un comentario