domingo, 31 de marzo de 2019

El Archivo DXCII – ¡Necesitamos PAZ!


La crisis política de Nicaragua no tiene visos de arreglo, el espectáculo de una agresiva fuerza armada policial con toda la parafernalia de guerra en las principales vías de comunicación de la Capital y ciudades importantes, cumple su objetivo de asustar e infundir temor.

Es imposible pensar que haya tranquilidad y mucho menos seguridad ciudadana, sin que se respete el derecho del pueblo a ejercer sus actividades en libertad, menos aún el derecho a manifestarse pacíficamente, o sea sin respetar sus derechos cívicos.


El problema se acrecienta al no avizorar de parte del régimen voluntad de asumir responsabilidades, al cometer el error de atacar a ciudadanos desarmados que ejercen sus derechos a protestar, aniquilándolos con… la soberbia del PODER. Ayer mismo, después de firmar este viernes el gobierno en el diálogo que respetaría los derechos constitucionales, a manifestarse entre ellos, arremete contra la ciudadanía celebraba el hecho.

El Gobierno, que es el agresor, tiene que recapacitar y ceder, llamando a una Junta de Notables Apartidista que garantice el proceso hacia la Democracia y la paz, para lo cual deberá liberar de sus mazmorras a todos sus conciudadanos criminalizados de manera absurda; invitar y garantizar el retorno de sus hermanos obligados a auto exiliarse; desarmar de armas de guerra a la Policía, regresando a su misión protectora y, asegurar que reine en el país el ejercicio a la libertad de expresión (prensa, radio, televisión) y movilización.


Una vez logrado este ambiente de PAZ, el gobierno debe dimitir, no en derrota –como muchos especularían– sino como un paso histórico hacia la estabilidad y paz de la República, cediéndole a la mencionada junta la responsabilidad de concluir el periodo de Gobierno hasta la entrada de una nueva administración electa democráticamente, que se encargará de la larga lucha de recobrar la confianza ciudadana y reconstruir el país.

Sin PAZ el desmoronamiento de la República se acrecienta diariamente, afectando a la región, lo cual comprobamos a diario al ver una notable reducción de toda actividad económica, y ya no digamos de ese motor económico llamado TURISMO, que es muy asustadizo con las noticias internacionales, que exhiben a Nicaragua ante el mundo como un Estado en pie de Guerra. Solo el PODER puede detener de inmediato y revertir la situación con las medidas antes enumeradas.


Y ya que Turismo es tan importante en el desarrollo de Centroamérica, ningún gobierno debe escatimar esfuerzos para consolidar la paz, y aunque siempre he abogado por que estos sean promotores y coordinadores de las actividades turísticas, ahora debemos lograr que sea el sector empresarial del ramo, dejando únicamente al gobierno sus responsabilidades ministeriales como supervisión, ya que la burocracia estatal no ha dado los resultados deseados en la mayoría de los destinos y que más bien se ha coludido con la empresa privada corrupta, destruyendo su imagen, un gran paso que Estados Unidos dio hace más de 15 años.


Uno de los puertos internacionales de Nicaragua (San Juan del Sur) que se ha perfilado como uno de sus mayores atractivos turísticos, sufrió un preocupante bajón desde los acontecimientos de Abril del 2018, pero como tiene un buen porcentaje de pequeños empresarios extranjeros, estos aguantaron los meses aciagos y calladamente han venido recuperando el reingreso de visitantes, ya que el puerto ha tenido la suerte de que las fuerzas amenazantes del régimen, se han abstenido de hacer gala de agresividad, lo que los empresarios del puerto han aprovechado para sobrevivir, lo que demuestra que turismo es el mejor vehículo para el progreso y desarrollo y que solo crece donde hay paz y respeto a los derechos humanos.


¡Hagamos el esfuerzo! Ayudemos a Nicaragua y por ende a Centroamérica, usando inteligencia política, admitiendo que no todo el tiempo se puede ganar y muchos menos engañar a los pueblos, especialmente ahora que la tecnología de la informática está al alcance de muchos en un mundo tan unido informativamente.

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