domingo, 24 de junio de 2018

El Archivo DLI – John Quincy Adams, Ejemplo Americano


La educación de la juventud iberoamericana es una tarea primordial, especialmente ahora que estamos saliendo de uno de los periodos más nefastos de su historia, la inverosímil y destructiva política corrupta de los gobiernos populistas, Socialismo del Siglo XXI.

John Quincy Adams, un joven Bostoniano de finales del siglo XVIII y principios del XIX, de quien John Fitzgerald Kennedy dijese: "fue quien ha ocupado los más importantes cargos y participado en los más importantes eventos en la historia de nuestra nación", refiriéndose a Estados Unidos de América.

Desde su temprana edad viajo constantemente, acompañando a su padre diplomático de la naciente nación, hecho que aprovecho para convertirse en un lingüista que dominaba el inglés, el francés y el holandés. Estudio además italiano, español, alemán y ruso, aparte de leer y traducir latín y griego. Al comienzo de su vida se educó en casa, pero termino graduándose en Leyes con honores en la Universidad de Harvard, donde al final de los años regresó como Catedrático.

Su madre, Abigail Adams, decía que su John tenía un respetuoso sentido de las leyes, las libertades y los privilegios que siempre distinguieron a la libre, soberana e Independiente joven nación americana.


Ejerció en Boston y a la edad de 27 años (en 1794) fue nombrado "Ministro Residente de los Estados Unidos de América" ante el Reino Unido de Holanda por el Presidente George Washington.

En sus viajes atravesó el Atlántico innumerables veces y recorrió la Europa de aquellos tiempos usando toda clase de vehículos, incluso trineos, mulas y caballos. A los 14 años, viajo a Rusia como intérprete de Francis Dana, Ministro de Estados Unidos, quien no dominaba el francés, lengua que se usaba en la Corte del Imperio Ruso.

John Quincy Adams, regreso a su país para ocupar la "Secretaria de Estado" en la administración del Presidente James Monroe y en 1824, a los 57 años, el Congreso lo escogió como el sexto Presidente de la Nación, cargo del que no busco reelección, regresando por elección popular a la Cámara de Representantes (Diputados), donde se distinguió como aguerrido defensor de los esclavos que lucharon en la rebelión "Amistad" hasta su muerte en febrero de 1848 a los 81 años.


¿Por qué es tan importante el ejemplo de John Quincy Adams? Porque en la actualidad se están gestando en nuestras Américas, el futuro de nuestra juventud.

La juventud nicaragüense esta, actualmente, batallando por liberar a su país de la ignominiosa y criminal jauría, consecuencia de la ignorancia, la falta de educación y de cultura que existe, no solo en Nicaragua, sino en nuestra América. Esta juventud no tuvo los privilegios del joven Adams, quien nació en una elite, lo que la hace más admirable y su lucha más demandante. Sin embargo, esto no le quita méritos a nuestro ejemplar John Quincy quien tuvo que disciplinarse para adquirir los conocimientos que lo llevaron a ser un ser humano de valores y principios extraordinarios.

Por lo anterior es que la gesta de esta juventud, del 2018, conlleva inmensas responsabilidades y obligaciones, derrotar y desterrar los vicios que han mantenido a nuestros pueblos en la miseria, erradicar la impunidad, foco de la corrupción y asegurarse que nunca más, tengamos pobladores analfabetos e irresponsables.


La destrucción de vidas humanas que actualmente estamos presenciando en Nicaragua es perpetrada por criminales analfabetas, ya que los que han usurpado los gobiernos se han empecinado en destruir nuestro sistema educativo, así como la moral y la ética ciudadana, que convierte en vagos y criminales a una minoría que esos "indispensables" utilizan como fieras sedientas de sangre y a quienes, sin duda alguna, dejaran abandonados a la justicia, ya que no poseen los medios para fugarse del barco pirata que ha sido la razón del sufrimiento crónico de nuestros pueblos.

Apoyemos a esta ejemplar juventud nicaragüense, que como John Quincy, logro educarse y está combatiendo a quienes diabólicamente, destruyen el futuro de nuestras Américas y sus pueblos.

No queremos cruzar fronteras hacia el norte, sino atraer inversionistas, residentes y turistas a estas tierras benditas, porque esta generación tuvo la sabiduría de luchar cívicamente, con gallardía y dignidad. Una generación que sueña con mostrarle al mundo su patria, la nobleza de su gente y las bellezas naturales que nos regaló el Creador. ¡Que sepan que los nicaragüenses estamos hechos de vigor y de gloria!

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