domingo, 22 de enero de 2017

El Archivo CDLXXVII – ¡Nuestra Democracia, No Es Casino!

Nuestra Democracia, como dijese Lincoln, no "perecerá en esta tierra, por estar regida por un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", no es juego de azar, no se discute en Casinos y mucho menos se expone a influencias de enemigos, que han sido la antítesis de su existir.

Sobre nuestra Democracia, atendamos a Lincoln: "Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, jamás perezca sobre la Tierra". No es juego de azar, no se discute en Casinos y mucho menos se expone a influencias de enemigos, que han sido la antítesis de su existir.

Nuestras Américas, un joven continente, que se ha venido nutriendo de seres en búsqueda de libertad, libertad que a través de los siglos, se ha venido cimentando en un sistema de gobierno que conocemos como democracia republicana.

En América hemos tenido malas ovejas que han querido destruir nuestra democracia, sistemas ajenos a nuestra idiosincrasia que por sí solos desaparecen, pero ocasionalmente reaparecen, por tanto no podemos aceptar dirigentes de carcomidos sistemas autoritarios y esclavistas, que a través de sórdidas maniobras influyan al desgobierno y destrucción del refugio al que llegaron millones de sus desesperados ciudadanos escapando de su aberrante y criminal sistema. Muchos abandonando hasta su identidad y bienes ancestrales.

La solidez de los Estados Unidos de América se vio amenazada por enemigos de la democracia al comienzo de su vida republicana, una cruenta, destructiva y criminal guerra civil, que enlutó la naciente República y que aun asoma sus garras, ya que intereses bastardos no aceptan el principio en que se plasmó la Declaración de la Independencia, que textualmente dice: "We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness" (Mantenemos estas verdades como evidencia de que todos los hombres –léase seres humanos– son creados iguales, y fueron dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables, entre los cuales están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad).

Convencido de que esos patriotas leyeron a nuestro Cervantes (novelista, poeta y dramaturgo español, 1547-1616) que en su obra "Don Quijote de La Mancha" nos lega los "consejos a Sancho Panza", antes de irse a gobernar la Ínsula de Barataria, mensaje, que siempre vive y que debería iluminar a los gobernantes de nuestras repúblicas democráticas, por lo tanto, se lo recordamos a continuación:

"Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho, está ¡oh, hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte, y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.

Primeramente, ¡oh, hijo!, has de temer a Dios; porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.

Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte, como la rana que quiso igualarse con el buey; que si esto haces, vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la consideración de haber guardado puercos en tu tierra".

"Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos han subido a la suma dignidad pontificia o imperatoria; y de esta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran.

Mira, Sancho, si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores; porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.

Siendo esto así, como lo es, que si acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes, no lo deseches ni le afrentes, antes lo has de acoger, agasajar y regalar, que con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie le desprecie de lo que él hizo, y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada".

"Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida, con los ignorantes que presumen de agudos. Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico.

Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre. Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.

Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia."

"Sigamos cabalgando Sancho amigo", como decía el Hidalgo, convencidos de que nuestra América está hecha de luchas y glorias. ¡Hasta el domingo 30, desde aquí, Monte Tabor en Managua, Nicaragua, con El Archivo CDLXXVIII, les deseo Salud y Felicidades!



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