Después de releer el artículo del profesor Julio Icaza-Gallard, un bien estudiado análisis de los principales y recientes acontecimientos políticos de Nicaragua, publicado en el diario "La Prensa" el 20 de diciembre, encontramos que bien podría aplicarse a la crisis que nuestras Américas sufren, en especial en países que persisten en mantener el eje "castro-chavista" a pesar del fracaso total de su malogrado "Socialismo del Siglo XXI" y el fallecimiento de sus creadores, que yacen en sus respectivas tumbas.
El artículo de Opinión del Dr. Icaza es un llamado, no solo al Gobierno "Ortega-Murillo" de Nicaragua, sino a todos los líderes "avestruces" que ignorando la realidad, se entierran en vida ante una crisis institucional que, como dice él "conlleva serios riesgos para la estabilidad económica y la paz social" no solo de esos países, sino que afecta la imagen de toda la región ante el mundo que cada día se acopla más a las políticas económicas globalizantes.
La "ilegitimidad" se ha incrustado en nuestras incipientes democracias, por la "impunidad" que ha sido su modus vivendi. Es un vicio que alimenta el sistema político fallido y que sigue destruyendo a sus pueblos, ya que en vez de haberse renovado, apartando a los corruptos de la responsabilidad de manosear la cosa pública, sigue utilizando el "trasnochado" padrinazgo, aunque sea para repartirse las migajas que aún quedan de un Estado que ellos han ayudado a destruir, manteniendo a nuestros pueblos entre la miseria económica y la pobreza, tanto educacional, como cívica.
Predicaba un empírico pero sabio filósofo centroamericano: "todo en la vida tiene su medida y el error es abusar de ella". Y llegó la hora, por eso el artículo del Profesor Icaza, reclama algo que se puede aplicar a estos países: "La ausencia de un proyecto serio de transformaciones" que los aparte de los abusos de "la ya conocida política populista y clientelar"… que ha afectado "la efectividad en la gestión gubernamental", efectividad que les impide "la capacidad de respuesta a los problemas inmediatos".
A la pregunta de ¿Cómo detener este círculo vicioso capaz de arrastrarnos al infierno? el mismo Ferrero da la respuesta: "El Poder no deviene legítimo y no se libera del miedo más que cuando consigue suscitar el consentimiento, activo o pasivo, pero sincero, de aquellos que le deben obediencia", lo cual es la esencia de la democracia.
Finaliza el Profesor Icaza llamando la atención a los "dos graves errores (que) deben evitarse frente a esta crisis. Uno es creer que el paso del tiempo, como en los duelos, lo cura todo, tratando de doblar la página, ver para otro lado y diferir el problema" norma que usan los gobiernos populistas. "Otro es creer que la crisis, integral y compleja, se puede resolver con simples ajustes al sistema electoral… o a través de una componenda o arreglo de cúpulas. Ambos errores encierran la típica respuesta pragmática e irresponsable, de tanteo y apuesta, que ha caracterizado a los empresarios privados aliados de Ortega… apuesta, en última instancia, a la capacidad de aguante de los ciudadanos y a la capacidad de represión violenta" por supuesto de parte de los 'iluminados'.
Siempre es útil por eso recordar el texto de la oración ecuménica que crearon en Argentina, siendo Arzobispo, Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco, para acompañar los encuentros entre los diferentes credos, que podríamos aplicarla a los encuentros de los diferentes grupos políticos: "Buen Dios, concédenos renovar nuestra mente y nuestro corazón dando testimonio de tu presencia a través de nuestras acciones. Que seamos todo lo que exigimos que los demás sean para nosotros. Que cuando me falten fuerzas, pueda encontrar el entusiasmo y la alegría siendo útil a mi familia, a mi comunidad, a mi pueblo y a mi país, y así se dignifique nuestra vida. Que tengamos presente que cambias la situación de un pueblo sólo cuando éste se cambia a sí mismo."
Hasta la próxima semana desde Miami con El Archivo CDLXXVI del 15 de enero y nuestro agradecimiento por permitirnos entrar a sus hogares.
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