domingo, 30 de junio de 2024

El Archivo DCCCLXIX

Locos y Tragedias
El problema de los gobernantes que aún están cuerdos, es no admitir que el mundo ha enloquecido, pero ellos ni se inmutan, razón por la que hay cifras alarmantes de países con conflictos armados, los que se muestran en el informe del "Instituto de Economías y Paz", donde, de una forma u otra, concluimos que hay "locos" a cargo de algunos gobiernos.

Aunque esto de catalogar a un gobernante como "loco" pareciese una irresponsabilidad, la realidad es que la locura tiene muchos matices, que encontramos y extraemos del libro "Locuras y Amores", de Elena Ochoa: "Actualmente son muchos los profesionales de la salud que concluyen que la psicosis por sí misma nunca es productiva: sólo la mente de un hombre puede ser creativa, jamás lo será una enfermedad mental".
Iván Darío Carmona Aránzazu, profesor y doctor en filosofía colombiano, escribió en conmemoración de los 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes (2015):

"Es paradójico cómo la vida suele entenderse de manera menos equivocada desde la ficción, la realidad en sí y por sí se convierte en una trampa donde la razón que la justifica termina por dibujar sus propios barrotes. Tal vez lo que sucede es que la razón no tiene tan completamente asegurada una razón, de la misma manera que la locura no está ausente de razón y de sentido; es evidente que siempre hallaremos una razón en la locura y una locura en cada razón".

Y continua "Exacerbar la razón o la locura nos pondrá siempre en el ojo del huracán, nos hará visibles ante los demás, nos personaliza, es decir, descubrirá en cada uno de nosotros a un personaje, sucesos en aventura; los mismos que una vez salidos de cauce se vuelven ficción, aunque jamás abandonen su parentesco con la realidad que les posibilitó su génesis".
Fernando Navas T. publicó el 2017, en "El Tiempo", de Bogotá, Colombia, sobre el comportamiento de ciertos protagonistas que ponían en riesgo la paz, ya que necesariamente despiertan entre el público una ignorante curiosidad, pues todos los intrigados no alcanzan a comprender la personalidad alienada de estos individuos, cuyos rasgos característicos desbordan las conductas normales de los seres humanos.

Por estar padeciendo de estas excéntricas formas de ser, es que los citamos, ya que esto atrae al pueblo, deslumbrado por una individualidad obsesiva que raya en un narcisismo sin límite.

La política, resumiendo su significado sintéticamente, es la actividad del hombre enderezada a capitalizar el poder para subordinar y obtener la obediencia de los súbditos, y así realizar proyectos o satisfacer el ego.
La historia bogotana reseña un personaje ejemplar en esos aspectos: Gabriel Antonio Goyeneche, un soñador que proponía construir un muro entre las fronteras con Venezuela; rescatar el Canal de Panamá declarando la guerra al imperio, pavimentar el Rio Magdalena y otras acciones necesarias para reivindicar la soberanía. Los estudiantes de esa época lo escuchaban con asombro.

Han pasado más de cuatro décadas y los políticos siguen teniendo una personalidad esquizoide. Sus delirios los apartan de la realidad y si alcanzan un triunfo, generalmente lo consiguen gracias a su soberbia, como las hetairas, entre el pueblo.

Personalidades autoritarias se destacan por la asfixia de su yo ansioso de la inmortalidad, razón por la que, para satisfacer sus necesidades de poder –trastorno libidinoso– no se detenían o detienen ante nada.
De ahí que en su inconsciente la meta esperada es ocupar un lugar destacado en el mosaico de la historia. Para lograr esa complacencia suelen rodearse de aduladores mediocres. Esa es su inmortalidad y trascendencia y por esa circunstancia es que se configuró, en la organización del poder político, a quienes por mezquindad adoran a los "autócratas", lo complacen a cambio de que los retribuya.

Algunos se hacen "los locos" y se aprovechan de la corrupción. Hay concubinato entre el autócrata y el acomplejado para satisfacer su ego, aunque Interiormente se odien, sinopsis de la (Anatomía de la destructividad humana, Erich Fromm). El problema es que adonde hay LOCOS, hay "locuras" que destruyen vidas.

Con los parámetros anteriores podemos enumerar "Locos", pero mucho cuidado, algunos son "Letales".

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