El Archivo DCCCXXXVII

Necesitamos Democracia

Los medios informativos nicaragüenses, "La Prensa" entre ellos, aunque cerrada e incautada por el agresivo estilo político de la pareja gobernante, que utiliza medios de capataces de finca, les ignoran y siguen informando y comentando digitalmente, confirmando que en los modernos tiempos de la ciberespacio la libertad de expresión se ha fortalecido, convirtiéndose en un pregón democrático ensordecedor, como dice el editorialista de "La prensa" (laprensani.com) en su edición del sábado, 4 de noviembre, pues no importa si las tendencias son de izquierda, derecha o centro, lo que importa es que sean DEMOCRÁTICAS.

"La Prensa" comenta sobre las recién pasadas elecciones regionales y municipales colombianas (octubre 29), donde se soltaron, democráticamente, las amarras de los dos partidos que dominaban y eligieron una amalgama de ideologías políticas, procurando el bienestar social y económico.

La clase media colombiana despertó y el empresariado decidió entrar a lo que llamo, el más importante acto cívico de la democracia, las elecciones, logrando llevarse las Alcaldías de su Capital y las ciudades y departamentos más importantes, con patriotas como Carlos Galán (Bogotá), Federico Gutiérrez (Medellín), Alejandro Char (Barranquilla), Alejandro Eder (Cali) y Dumek Turbay (Cartagena), quienes están invitando a las fuerzas vivas y, en especial, a sus rivales a involucrarse en lo que se podría catalogar como una renovación de valores municipales y regionales en la lucha por su seguridad y progreso.

En estas contiendas cívicas, cabe reconocer la presencia activa y vital de la mujer colombiana, que refuerza ese empuje democrático con su espíritu maternal, con el cual nos enseña que, sólo dando, se logra combatir el egoísmo y la desigualdad.

En la misma edición de "La Prensa", a la que debemos suscribirnos, escribe semanalmente uno de los sacerdotes católicos que todavía ejercen en Nicaragua, el Padre Oscar Chavarría, con mensajes basados en la doctrina de Jesús, que sintetiza en el título de "Vivir es Convivir", así de simple.

Chavarría se basa en que todo ser humano, sin excepción, busca la convivencia, ya que Vivir es Convivir con otros que son tan personas humanas, como nosotros, y en la medida que la convivencia sea mejor, también será mejor la vida. Quien no sabe convivir, no sabe vivir. No repara en recordarnos que para que esta convivencia sea sana y feliz, se necesita tener ciertos valores básicos, como son: Respeto a la sociedad. La aceptación del otro como otro, con su propia individualidad, sin pretender manejarlo para que sea como yo, reconociéndole su derecho de ser él mismo y de ser diferente.

Nos recuerda a Jesús, "Quien quiera ser el mayor entre ustedes, que se haga el servidor de todos" y a Santa Teresa de Calcuta, "el que no vive para servir, no sirve para vivir". Si no sirve, no sirve.

Nos dice que "la justicia es portadora de la paz" y "la paz es el fruto de la justicia". Nos motiva con que el mandamiento nuevo es "el amor y el perdón", no el "ojo por ojo y diente por diente", base de lo que nos dijo Jesús: "Amen a sus enemigos… para que sean hijos de su Padre celestial".

Nos habla de la capacidad de aguante, porque el amor, como dice San Pablo, "es paciente" y al referirse al diálogo cita a Santiago, hay que "ser prontos para oír y tardos para hablar".

En verdad, una "convivencia" sin estos valores esenciales, es "imposible" que sea causa de felicidad y de paz, y hoy se nos hace muy difícil la convivencia porque están ausentes esos valores que la sostienen, como dice Chavarría, quien, en mi opinión, al repicar las campanas de convivencia, que es uno de los valores de la democracia, todos deberíamos subir al campanario y ayudarle a repicar las campanas del amor, de la paz y de la libertad.