El Archivo DCCLXIV

Un Guerrillero Electo Presidente

Se llama Gustavo Petro, electo en elecciones libres el domingo pasado, en la democrática COLOMBIA. Su adversario aceptó los resultados con hidalguía democrática, muy por el contrario a la actitud del perdedor en las últimas elecciones de Estados Unidos, quien todavía, después de un año, mantiene el llanto por un inventado fraude que solo está en su mente calenturienta y corrupta, así que no andamos tan mal con nuestra democracia, como dicen algunos.

A pesar que su elección ha causado incertidumbre, no acepto que un solo hombre de vuelta de escarpín a un país, o mejor dicho a una sociedad, que ha demostrado coraje ciudadano ante todas las vicisitudes de su historia. Que llegue a presidir el "Poder Ejecutivo" un ciudadano con "ideas diferentes", algunas de ellas drásticas para el modus vivendi político, no es motivo para desesperarse y mucho menos "tirar la toalla", especialmente cuando los numeritos, eso con lo que se gana o se pierde elecciones en los países democráticos, y Colombia es uno de esos, nos demuestren que Petro tenga todo y a todos a su mandar, pues de los 39 millones de ciudadanos habilitados a votar, recibió poco más de 11 millones, el 29%. Ahora, si Hernández con 10 millones y medio tomó el 27% y los que se abstuvieron fueron 18 millones (44%) nos demuestra que el 71% de los ciudadanos habilitados para sufragar no confían en el presidente electo.

Lo anterior no significa que ese alto porcentaje de ciudadanos rechace las reglas del juego democrático, ni que no se le dará, a ese ciudadano, la oportunidad de proponer sus ideas y sus cambios para mejorar el sistema social y económico de la nación, pero si dentro del marco de la existente constitución política, donde se definen las tareas, derechos y limitaciones de los 3 poderes del estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, que sumado a los poderes económicos del empresariado, las fuerzas laborales y el de los organismos del orden y la seguridad, son los llamados a dar la Pauta de Gobernabilidad.

Por el momento solo podemos analizar las elecciones, y lo que resalta es que el ganador tuvo una mejor estrategia en la recta final, y lo vemos en el mapa electoral. La vicepresidenta electa dedicó sus últimas dos semanas a visitar arduamente las áreas marginales de la Nación, con las que se identifican y donde ya habían triunfado en la primera vuelta, incentivando su voto, así como el de sus familiares, y amigos, que residen en los barrios marginales de las ciudades metropolitanas, votos que hicieron la diferencia.

Por un lado, Petro, a pesar de amenazas a su seguridad personal, según sus asesores, penetró, se acercó a las masas asegurando los votos que ya tenía. Por el otro lado su adversario, decidió afincarse por casi una semana en Miami, abandonado el campo en manos de su oponente, quien lo aprovechó libremente, parloteando medias verdades que el equipo de Hernandez no logró aclarar, lo que dio paso para que los indecisos se abstuvieran y que al final, ayudó elegir a Petro y su Vice, Márquez.

Ahora vendrá la realidad. Conocemos la trayectoria e inclinaciones ideológicas del ganador, pero también conocemos que está donde está porque aprendió que "Las Guerrillas son Obsoletas", hoy sus años en la fallida M-19 le sabrán recordar que su país tiene un "Espíritu de Lucha Democrática" ejemplar. También debe saber que por la fuerza destructiva no logrará sus objetivos, por lo que tendremos que esperar para saber hasta dónde está dispuesto a pactar compromisos, y así asegurarse un lugar en la historia, un legado de ser el que comenzó el cambio, pero no hacia el fracasado y corrupto Castro-Chavismo y su "Socialismo del Siglo XXI", sino un cambio dentro de la democracia que toda nación necesita para eliminar la corrupción y el yoquepierdismo. No se trata de izquierdas y derechas, sino de patriotismo, de asegurar el progreso y bienestar del pueblo colombiano.

La Colombia actual está formada por el trabajo de un pueblo de fe, emprendedor, aguerrido y responsable, y por eso estamos convencidos que seguirá en su lucha democrática con la protección de Dios.