domingo, 15 de agosto de 2021

El Archivo DCCXVIII

Visitando Alaska
Desde el lunes 9 mi esposa, Maria Cristina, y yo estamos en Anchorage, Alaska, el estado más grande de Estados Unidos de América y uno de los que no comparte límites con otros estados. Decidimos viajar en agosto, pues el resto de los meses se pone muy frio. Salimos del Aeropuerto de Seattle en Alaska Airline, un vuelo agradable que duro 3 horas con 20 minutos y al llegar estaba lloviendo y nebuloso.

Anchorage es una ciudad moderna y limpia, donde todo queda dentro de un radio de 15 a 20 minutos. Esa misma noche, logramos programar un "tour" hacia el famoso Acuario de Alaska (Alaska SeaLife Center) para el día siguiente.

Ya aclimatados, aunque bien arropados pues seguía lloviendo, salimos a las 10:00 a.m. hacia el puerto de Seward, localizado en la Bahia "Resurection", dentro del "Kenai Fjords National Park", donde se encuentra el Acuario, que es así mismo un Centro que estudia y protege el ecosistema acuático de Alaska. El viaje tomo unas dos horas y media por una carretera que bordea las montañas, muy pobladas de pinos, y la costa del mar de Alaska, Seward es una ciudad puerto localizada a 137 millas (220 Km) al oeste de Anchorage.

Durante el trayecto logramos ver el esplendoroso sol que baña las rocosas montañas, todavía con rastros de nieve y cubiertas con diferentes tonos de verde, el trayecto bordea agua, donde hay lugares con abundantes y variados peces, una de las riquezas de Alaska.

Aun con el poco tiempo y espacio que hemos tenido para analizar los atractivos de Alaska, ya podemos decir que este es un destino que requiere de energía, agilidad y paciencia, muy apropiado para aquellos que gustan de las aventuras y de la pesca.

El Acuario es muy instructivo en cuanto a sus exhibiciones en vivo, una de las más impresionantes es la de tres "leones de mar" (focas gigantes) de tres diferentes edades, el mayor que tiene 7 años, pesa, según la información, dos mil y pico de libras, o sea una tonelada, pero es sumamente ágil, nos deja ver sus fuerzas. Tuvimos la suerte de llegar mientras las alimentaban y eran baldes de peces, uno tras otro. El costo de alimentar los cientos de especies, mantenerlas sanas, cuidarlas, así como los estanques que requieren de una permanente limpieza, como la de todo el complejo, cuesta mucho dinero, por lo que el Centro recibe cuantiosas donaciones de la empresa privada asentada en Alaska y tanto el Gobierno Estatal como el Federal aporta a su presupuesto, ya que es un Centro de Estudio de la vida marítima de los mares de Alaska, una de sus riquezas, como el petróleo y el turismo de aventuras.

Hablando de restaurantes, hay que felicitar a sus propietarios, pues los que he visitado en Estados Unidos, se han sabido acomodar a las demandas de la pandemia y en pláticas me han dicho que están recuperando su clientela.

El jueves 12, salimos de Anchorage en automóvil para el mismo puerto de Seward donde tomamos un tour marino de 3 horas y media. Si ustedes vienen, les recomendamos tomar el tour de 6 horas o más, pues el corto es simplemente un paseo marítimo, pues no se logra ver nada interesante.

Para finalizar mi relato de este domingo, les enumero las sorpresas al andar por las carreteras, que son muy buenas. Primero hay una proliferación de casas móviles que impresionan, utilizadas para camping, esto se debe a que en todas las carreteras de Alaska hay campamentos que aprovechan para pescar en los innumerables lagos, riachuelos, ríos y brazos de mar o simplemente explorar las numerosas veredas de montañas.

Segundo, no vimos ninguna parcela de cultivo agrícola, me dicen que hay, pero pocos, pues todo les llega del Continente. Tampoco vimos ganado, ni siquiera un caballo, pero si hay coyotes, varias especies de alces, venados, osos negro y café, cabras de monte, castores, linces, en fin, unas 29 especies de mamíferos, un zoológico gigante en el más extenso parque nacional de los 50 Estados de la Unión Americana.



Condenamos la invasión, toma parcial y destrucción de bienes del diario nicaragüense "La Prensa", el último zarpazo de los Ortega/Murillo. América no merece ni debe tolerar dictaduras. Ya es tiempo de extirparlas.

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