domingo, 6 de septiembre de 2020

El Archivo DCLXIX

Espinoso Tema; el Aborto
Por haber sido testigo de las consecuencias del aborto ilegal, me atrevo a hacer la siguiente pregunta: ¿Qué estamos haciendo para prever la preñez criminal e irresponsable cuya consecuencia es el aborto?


Pues bien, primero permítanme relatar una experiencia. Hace muchos años era el codueño del club de llave "El 113", en Managua, Nicaragua, nuestra cocina era exquisita y estaba a cargo de un Chef entrenado en Perú, a quien decíamos Chepito, y por su recomendación contratamos una excelente cocinera nicaragüense como su ayudante.

Era una señora muy juiciosa y agradable, pero un día, sin aviso previo, dejó de llegar a trabajar, sus compañeras nos dijeron que estaba enferma por lo que Ernesto Rivas Solís, mi coadministrador, insistió fuéramos a visitarla, pues le habían dicho que estaba grave. Nuestra sorpresa fue saber que había recurrido a un aborto ilegal, del cual murió, ya que cuando nosotros acudimos y tratamos de salvarla era demasiado tarde.


Una historia muy triste, pero que sigue repitiéndose muy frecuentemente en este mundo en que criticamos los efectos, pero no combatimos su causa, pues el aborto, fuera del lugar apropiado, es un proceso peligroso y traumático, especialmente cuando se trata de un feto viable que, según la tecnología médica, no se permite hacerlo después de la semana 23 del embarazo.

De ahí mi pregunta; ¿Qué esfuerzos estamos haciendo por educar y explicar el proceso de la recreación, advirtiéndoles, además, que el sexo es el acto que produce seres humanos y que por lo tanto debemos controlarnos y protegernos?

Y no me vengan con el cuentecito de que la única forma es mantenerse célibe, ya que somos de carne y hueso, y desde que tenemos uso de razón el deseo o atracción sexual se manifiesta. Pocos son advertidos de su peligrosidad, aunque es algo que forma parte de nuestro desarrollo y que es imposible de evitar, pero sí de controlar, siempre y cuando lo expliquemos con naturalidad. No es nada misterioso, aunque nuestra actitud lo convierte en tabú. El acto sexual es un hecho real, al que debemos enfrentar con la ayuda de nuestros padres, naturales y espirituales (los ministros de las Iglesias) algunos de los cuales, apuestan por el celibato, que a veces lo logran y otras no.


Admitamos que el "aborto" no es una respuesta ideal o solución óptima, salvo cuando se trata de niñas víctima de violación y/o incesto, o que la futura madre corra peligro de muerte por su estado de gravidez u otras causas médicas; pero todo esto son excepciones, por eso es que insistimos que estamos fallando al combatir el hecho, ignorando las causas. Incluso, hay países y religiones que hasta condenan métodos de cómo evitar el embarazo.

La otra razón que me motivo a escribir sobre el tema es como ciertos ciudadanos en Estados Unidos condenan a los candidatos del partido demócrata a la Presidencia por no pronunciarse en contra del aborto, lo cual es falso, ya que su posición está basada en la Constitución, según dictamen de la Corte Suprema de Justicia en el caso Roe vs. Wade (https://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Roe_contra_Wade). Más aún, ambos son respetuosos del derecho de la mujer a exponerse dentro de la ley, al traumatismo de un "aborto", que en muchos casos es de por vida, algo que ningún hombre, sea quien sea, puede ni siquiera imaginar.


Durante 169 años, desde el primer código penal en 1837, el aborto estaba parcialmente despenalizado en Nicaragua. No era una carta en blanco, pero sí se permitía que una mujer embarazada optara a un procedimiento limitado a la valoración de una junta médica, pero en 2006 adoptó un código penal que prohibió completamente el aborto, sin excepción a embarazos de alto riesgo para la vida o la salud de la mujer, estableciéndose, así como uno de los tres estados independientes del mundo que instituyen una prohibición total del aborto. Los otros países son: República Dominicana y Malta.

Por el contrario, esta Canadá, que con la legislación reguladora más avanzada lograron reducir un 30% las interrupciones de embarazos en adolescentes y eliminaron la muerte materna.


La mujer, que es receptora y productora de vida, merece nuestro respeto y admiración, no desprecio y condena, es ella la de la decisión final, pues es ella la que da a luz, amamanta, cuida, educa y enfrenta las consecuencias, ya que, en la mayoría de los casos, el hombre está ausente.

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