Problemas en el paraíso, fantasmas en los hoteles y un dramático escenario volcánico es la introducción del artículo que Chris Leadbeater, desde Manchester, Inglaterra, escribe pintando la situación de Nicaragua. Aunado a fragmentos del testimonio de un hermano salvadoreño, Federico Hernández Aguilar, publicado en el diario El Mundo, lo retomamos para describir, para comprender, por qué el turismo en Nicaragua acompaña a los cientos de inocentes muertos.
Solo nos quedan el recuerdo de los esfuerzos del pasado y el gran enigma: ¿cuánto tiempo le tomará a ese ejército de paz que trabaja en servir y amar al prójimo (Turismo), para reingresar al ayer prometedor que estaba convirtiéndola en una joya turística?
Dice Chris que Nicaragua había logrado ser referencia de personalidades a nivel mundial y que desde el 18 de abril, sin que nadie lo esperase, desapareció la engañosa tranquilidad, que ha venido descendiendo en una viciosa crisis política, provocada por fuerzas paramilitares que abusan en su reacción a protestas cívicas pacíficas, incrementándose día a día y creando una tensión invivible que ha llegado hasta la desaparición de más de 600 seres humanos, cuyo número alega el gobierno ser inflados, pero sean 10, 100 o 500, elimina la confianza que necesita el espíritu vacacional y por lo tanto destruye la industria turística.
Mas adelante nos relata sobre hoteles "chic", como el "Mukul" en la playa Guacalito de la Isla, a unas 80 millas al sur de Managua, un oasis 5 estrellas que atrajo personalidades como Beyoncé y Scarlett Johansson, pero que desgraciadamente ha cerrado operaciones, al igual que el otro "chic" resort en las colinas cercanas de esa faja paradisiaca que ofrece Nicaragua, entre su Gran Lago y las costas del Pacífico, llamado "Nekupe", donde los amantes del deporte, la flora y fauna tropical, pueden convivir en un ambiente y servicios exclusivos del gran mundo del confort y el placer y digo pueden, por qué el cierre es temporal y los propietarios que construyeron ese paraíso, lo mantendrán y reabrirán, como dice el diario londinense, The Guardian, en noviembre o diciembre de este año, lo cual es un buen augurio. Uno de sus excelentes Chefs, Richard Zapata, está desocupado, quizás algunos de nuestros lectores, nos pueden ayudar a colocarlo, ya que su arte lo merece.
Las atracciones que existen en Nicaragua, motivaron al diario "The Guardian" a incluirla en su Sección de Viajes, como uno de los "20 destinos para el 2018", codeándose con Hong Kong, Botswana y Corea del Sur, destacando seguros resorts de lujos, ciudades coloniales, humeantes volcanes, islas, lagos, montañas, con "glamour", que en las actuales circunstancias, pertenece a boletines de propaganda de otras épocas, ya que el cierre de Nicaragua como destino turístico, lo confirman, en términos inequívocos la Oficina de Viajes al Exterior Británico (FCO), así como otras similares en el mundo del turismo.
Amnistía Internacional –dice el artículo– informa que "durante abril y mayo el gobierno de Nicaragua adoptó una estrategia de agresión violenta," agregando que la actual crisis, "no es un corto temblor, pero el comienzo de una larga y oscura era", aunque luego nos alienta diciendo: "Turismo en Nicaragua es una historia exitosa y un modelo de desarrollo económico. Confiamos que recuperará su crecimiento como destino que beneficiará tanto a los turistas como al pueblo nicaragüense."
Con una vena poética, citando acertados versos de Rubén Darío, el salvadoreño describe en el diario "El Mundo" su visita a Nicaragua, que nos deja sin habla, por lo que lo mejor es dárselo a ustedes como un anexo en este Archivo, ya que como él dice "Ninguna tarde ha vuelto a ser igual en Managua después del 18 de abril. Se ríe por no llorar. A ratos se llora a rienda suelta, y a veces se contienen las lágrimas con los puños apretados y rechinando los dientes. El miedo en el aire, el coraje en las venas"
"Y el espanto seguro de estar mañana muerto… "
"Este verso de catorce sílabas está incluido en uno de los poemas más célebres de Rubén Darío, 'Lo fatal'. Y es la sensación de fatalidad, precisamente, lo que impregna el ambiente de la Managua que visitó".
"Fatalidad. El que lleva mis maletas lo demuestra en su sonrisa débil. El que me lleva al hotel lo exhibe en su conversación nerviosa. La chica de la recepción trata de simular normalidad. Vuelvo a recordar el poema de Darío: 'Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto… '".
Cerrando con esta frase: "El sol, cada mañana, sale para ellos; la noche llega, puntual, para darles la tregua que merecen. Es por ellos, y por su esperanza, que estas crónicas han sido escritas".
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