En Nicaragua persiste una atmósfera de incertidumbre, tan palpable que residentes de diversas ciudades fuera de la Capital Managua, donde las protestas cívicas fueran más extensas y frecuentes expresan que sienten una soledad y tristeza tan notoria que se escucha el zumbido de un zancudo, sin lograr localizarlo.
Para mí son los espíritus de tanto joven inmolado, que rehúsa irse sin antes ver que habrá justicia, que habrá cambios, que se irán los malos, los asesinos, los que no tenían por qué usar balas y ultimar, así de drásticamente real, tanto joven que soñaba un futuro de oportunidades para triunfar en la vida, nadie tenía derecho a arrebatárselo tan ignominiosamente. En su mayoría, solo ejercían labores de amigo, llevándoles agua y algo de comer a sus compañeros, estaban allí con el impulso de una juventud que solamente comenzaba.
Me avergüenzo del "yoquepierdismo" repugnante de los líderes empresariales, que parece no importarles que tanta juventud haya sido inmolada sin necesidad alguna. Para esta fecha, ya deberían haber publicado sendos mensajes de condena, pesar, condolencia y haber mantenido a media asta las banderas nacionales en sus edificios y oficinas, pero no solo ellos se han convertido en estatuas de sal, muchas organizaciones cívicas deberían haber actuado, protestando por la masacre de estos pasados y tristes días de abril.
Es necesario que representantes de las fuerzas vivas de la nación, formados en una Comisión que represente a la ciudadanía, exija al Gobierno, que es sin duda alguna el responsable de todo lo sucedido, una honesta y digna respuesta a sus errores.
Por su parte el gobierno ha hablado mucho de dialogo, lo cual es algo que, dada las circunstancias, no llena la incertidumbre que siente la ciudadanía, se debería estar organizando algo más contundente, "coincido con algunas personalidades, sectores sociales y con los miles de manifestantes del 23 de abril y del 28 de abril que plantearon la salida del poder del dictador Ortega y su consorte. 'Que se vayan' gritaron las decenas de miles de protestantes. El diálogo, en el actual contexto, debería de tener un único punto de agenda: la salida inmediata, pacífica y ordenada de la pareja presidencial" expresa Moisés Hassan, dilecto doctor en física y matemáticas, excomandante guerrillero y ex miembro de la "Junta de gobierno de Nicaragua" (1980) y disidente del FSLN desde hace tres décadas.
"¿Es Ortega un nuevo Somoza?" –pregunta el diario "El País"– "Lamentablemente en estas circunstancias es peor que Somoza" responde Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, CENIDH, quien en una conferencia expone que estamos en una situación bien bien difícil, una solución armada es inaceptable, impensable; una solución Jurídica es imposible. Nicaragua –explica– es víctima de un "perverso andamiaje perfecto", Asamblea Nacional, Corte Suprema de Justicia, Consejo Supremo Electoral, todo es parte de ese andamiaje. "No podemos pensar que el diálogo es la solución a todos los problemas, pero si será un coadyuvante".
Es correcto que la Conferencia Episcopal de la nación hayan aceptado ser los testigos de este diálogo y sus reuniones, pues es su fuerza moral y la fe que ellos representan lo que actualmente más necesitamos para que nuestra ciudadanía, comience a sentir que hay esperanza, que podemos, eliminando la impunidad, convivir en paz sin importar nuestras diversas ideologías políticas o de fe religiosa. Un mes han dado para ver resultados, no solo compromisos, tras el cual abandonarán el intento, comunicando al pueblo la esterilidad del diálogo.
¿Pero qué piensa el pueblo? "Tiene dos opciones: o muerto o vivo, dijo Rosa Díaz, sobre Ortega después de que el cadáver de su hijo de 29 años fue hallado en un hospital" después de una noche de brutal represión a las protestas en Managua, "Pero él tiene que salir del poder" publica el New York Times.
"Yo soy sandinista y lo he sido desde que era pequeño. Pero mataron a mi niño y nunca les daré mi voto de nuevo a esas personas" expresó Norlan Rodríguez al mismo diario, tío de Jesner Josué Rivas, quien murió también.
El Gobierno de Nicaragua es víctima de un cáncer, que ha hecho metástasis a cada órgano del estado, todo está invadido, es terminal. Debe forjarse de nuevo el estado desde la nada, partiendo de ese diálogo, y Nicaragua tiene de sobra buen material de dónde, para ser de nuevo república.
Nicaragua padece una historia de IMPUNIDAD que permite que se repitan casos de agresión a su pueblo, actos intolerables de corrupción, crímenes de lesa humanidad, todo lo cual tiene que parar, aplicando la JUSTICIA con severidad, juzgando a tanto criminal que anda suelto, jactándose de sus fechorías, como si fuésemos una jungla de animales y no un país que ha dado al mundo tantos ejemplos de dignidad y responsabilidad ciudadana, como los jóvenes del ayer y de hoy, que se han inmolado para legarnos un país digno y responsable, que hasta el día de hoy, escasamente los recuerda de pasada en los libros de historia.
Nicaragua fue soñada por Darío, su gloria literaria universal, al escribir su mensaje de amor que dice: "Nicaragua está hecha de vigor y de gloria...
No hay comentarios:
Publicar un comentario