Hace muchos años (en la década de los 50), cuando intente colocar el destino llamado Nicaragua en el mercado turístico, en ese mundo llamado Turismo, conocí a un promotor extraordinario y pionero, Ricardo Castro Cañas, que lo hacía con Costa Rica, contando para ello con un buen presupuesto promocional, algo que Nicaragua nunca tuvo, por eso Costa Rica es que hoy lidera, junto con Panamá y Guatemala, el mercado turístico de Centroamérica.
Centroamérica se divide en dos grupos que geográfica e históricamente se complementan. Por el Norte Guatemala (con Belice), El Salvador y Honduras y por el Sur, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Cada grupo tiene dos "hubs" aéreos con vuelos directos de los países productores de turismo, llevando una gran ventaja el grupo Sur con Costa Rica y Panamá, que además ofrecen tarifas atractivas, adelantándose así a la competencia.
El problema que tienen estos grupos es similar, ya que no hemos logrado eliminar esos engorrosos trámites migratorios y aduaneros, creando lo que sería un impacto a nivel mundial, el crear la "Zona Libre Turística Centroamericana". El grupo Norte está avanzando, pero en el Sur el problema es cada día peor, ya que Costa Rica y Panamá se han convertido en países atractivos para los inmigrantes, especialmente los nicaragüenses, que dicho sea de paso, les son vitales para el desarrollo de su infraestructura turística y agropecuaria.
Para Costa Rica en especial los atractivos de Nicaragua han venido formando parte de su oferta turística y para Nicaragua, los vuelos directos que llegan a Costa Rica, son una fuente de turismo que cada día crece y que no deberían estropear con su sistema político.
La semana pasada, un voraz incendio forestal en la "Reserva Indio Maíz", parte de la "Reserva de Biosfera" declarada por la UNESCO dada la importancia de la diversidad tanto de flora como de fauna que ahí se encuentra, 450 especies de aves de 750 del país, más especies de árboles que Estados Unidos y Canadá juntos.
Situada cerca de la frontera de ambos países donde ríos, tanto nicaragüenses como costarricenses, desembocan en el Rio San Juan que corre en la margen sur de Nicaragua, por lo que era natural, que los bomberos costarricenses ofreciesen su cooperación para sofocarlo, ya que les afecta también a ellos, pero no sé qué "fantasma" se les apareció y rechazaron la ayuda, prefiriendo aceptar la ayuda de lugares lejanos, México y otros del Norte del Istmo.
Aquí cabe un Bravo para el Ejército Nacional de Nicaragua, que ha desplegado fuerzas terrestres, aéreas y fluviales para combatir y extinguir ese criminal y deliberado incendio de 5,500 hectáreas de bosque (55 Kilómetros cuadrados), que define el científico ambientalista nicaragüense, Dr. Jaime Incer Barquero, "como la catástrofe, más dramática ecológica que Nicaragua experimenta por la magnitud y por tratarse de una selva húmeda tropical, un sistema muy delicado y muy valioso. Además, porque es una categoría de Reserva de Biósfera de carácter internacional y Nicaragua estaba comprometida a respetar, mantener y conservarla, cosa que nunca hizo", según declaración que hiciese en el diario La Prensa de Nicaragua.
Si hay destinos que se complementan, son Costa Rica y Nicaragua, que además tienen muy buenas carreteras y excelentes aeropuertos internacionales, uno de los cuales está cerca de la frontera de Costa Rica (Liberia) con Nicaragua, que recibe vuelos directos de Estados Unidos, Canadá y Europa. Les hace falta eliminar o por lo menos, agilizar sus puestos fronterizos al estilo de la Unión Europea, que con solo mostrar su pasaporte o documento de identidad y contestar un par de preguntas, continua gozando sus vacaciones en cualquiera de los países de la Unión.
Costa Rica está asegurando la permanencia de sus inmigrantes, priorizando su valor para mantener su crecimiento, dotando a sus hijos y nietos de su excelente sistema educativo, cuidando de su salud y protegiéndoles con sus progresistas leyes sociales, pues de otra manera, estos no se sentirían que son parte integral de su nuevo hogar.
Para Nicaragua, Costa Rica no es solo un fuente cada vez mayor de turismo, sino que un buen porcentaje de los salarios que sus coterráneos devengan, son remesas en dólares, que no solo ayudan a eliminar la pobreza de los que se han quedado por razones de edad, sino que forman parte importante de los impuestos directos que alimentan el presupuesto nacional. Lo mismo sucede con los nicaragüenses que están emigrando a Panamá.
Pero se nos avecina un grave problema con las deportaciones de la destructiva política migratoria de Trump, ya que el Sector Norte no las podrá absorber y Nicaragua, en especial, será el gran perdedor, a menos que los destinos del triángulo norte, aceleren su promoción turística y eliminen las barras migratorias y aduaneras que nos detiene en llegar a ser, como he recomendado con vehemencia, la Zona Libre turística y de inversiones de Centroamérica.
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