domingo, 17 de septiembre de 2017

El Archivo DXI – ¡Los Pueblos Quieren Respirar!

Esa es la conclusión que parece haber sacado el más popular ser humano del mundo, católico o no, Papa Francisco, al regresar de su visita a Colombia, por supuesto que él dijo "el pueblo" pero nosotros lo tomamos en contexto y los pluralizamos, ya que los habitantes del planeta, ya sea por fenómenos telúricos o por actos irresponsables de algunos de sus gobernantes, pedimos a gritos que nos dejen respirar o sea que nos dejen vivir fraternalmente con amor y en paz.

Los fenómenos naturales que han venido aconteciendo en nuestro globo parece que está quejándose de los ataques que le hemos estado incesantemente perpetrando, sobre todo a su piel, nuestro medio ambiente, los sismos y huracanes, y toda la destrucción que estos conllevan no solo se han multiplicado, sino que han sido los más fuertes y dañinos que se han registrado en los últimos 100 años, dejando contaminación y destrucción nunca antes vista, que nos tardara años y muchísimo dinero en remediar, no digamos restaurar.

Lo alarmante es que estamos confundiendo todos estos hechos con presagios divinos, ignorando su verdadera causa, el criminal empecinamiento y engolosamiento de empresarios y políticos corruptos que están destruyendo su propio hábitat, sin importarles que ellos y su descendencia también sean parte de él, ya que se consideran "iluminados" por el destello del oro mal habido.

El ambientalista Rubén, el que siempre defendió y luchó por la dignidad de los pueblos de su América hispana, escribió proféticamente en su "Letanía a Nuestro Señor Don Quijote"

Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega, casto, puro, celeste, animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin pies y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

En esta estrofa estamos incluidos todos, está concentrado el daño que los ambiciosos hacen a nuestra naturaleza, a nuestros pueblos que, como dice Francisco, el papa latinoamericano, quieren RESPIRAR!

Y eso es lo que hicieron esos millones de colombianos, en unos días de alegría y fe, que los dejan llenos de esperanza, como nos dice desde Miami nuestro amigo y lector, Eduardo J. Chamorro, "significa tener la certeza de que todo saldrá bien porque has hecho todo lo que podías y tenías que hacer y confías en que Dios te ayudará a resolver la situación más allá de tus límites".

En esos días de alegría, católicos de Colombia y países vecinos llegaron a festejar su fe, muchos de ellos alzando a sus infantes en un mensaje de vida, que las cámaras captaban en todo su esplendor humanitario. Todo esto sucedía, mientras en las cercanías, un rosario de islas caribeñas y casi todo Florida y Estados vecinos, recibían la furia de la naturaleza, que destruía hogares y sembraba caos y sufrimiento en otros millones de residentes que parafraseando a Eduardo, se debe a causas creadas por el hombre, que luego repercuten… ya que nada escapa de la ley de causa y consecuencia… Dios no castiga, el hombre sufre las consecuencias de sus actos.

Actos que con buena voluntad pueden llevar bienestar a los pueblos, en vez de ahogamiento, que es lo que han venido sucediendo desde la supuesta liberación de los conquistadores, que en su aventura de encontrar un "Nuevo Mundo", al que venían con la bandera de Jesús, que murió en la Cruz predicando amor al prójimo, no respetaron a nuestros indígenas como seres humanos, orgullosos de sus milenarias culturas y creencias, que en vez de preservarlas uniéndola a la Cristiana, que ya había absorbido otras, las destruyeron.

Pero eso fue solo el comienzo del martirio de nuestros pueblos, ya que al liberarse del dominio ibérico, tomaron las riendas del poder, una mezcla de llamados criollos, que nunca los han dejado RESPIRAR y por ende progresar, dividiéndoles y manteniéndoles en la pobreza, con políticas y políticos corruptos e irresponsables.

Este es el mensaje de ese misionero que la tradición viste de blanco y que lucha por sus actos revestidos de humanidad, predicándonos, nunca es tarde, unámonos y trabajemos juntos, creyentes y no creyentes, a darles a nuestros pueblos el derecho a RESPIRAR, respetando con justicia y dignidad el logro a su bienestar.

Otro misionero iberoamericano, llamado San Pedro Claver, también logro liberar a los esclavos, sigamos su ejemplo, démosle RESPIRO a nuestros pueblos.

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