domingo, 5 de febrero de 2017

El Archivo CDLXXIX – ¡Insalubridad vs Turismo!

En días pasados, el Dr. Orlando Icaza-Gallard, un veterano médico que ejerce y reside en Estados Unidos y cuyo "hobby" es viajar por el mundo, escribió un artículo sobre la situación de insalubridad en su país natal, Nicaragua, lo que nos hizo meditar sobre la importancia que se le está dando a este sensible tema en los países que compiten en el mundo por atraer a visitantes, ayudando a su desarrollo, ya que nadie quiere viajar para enfermarse.

Tan realista exposición del sobrino, nos incentivó a seguir martillando sobre la importancia de un ambiente sano, tanto como la responsabilidad de los profesionales y establecimientos de salud en los países de nuestras Américas, para asegurar la protección tanto de sus visitantes como de sus residentes. Es su principal tarjeta promocional hacia el mercado mundial de intercambio comercial, inversiones y turismo, lo que nos recuerda aquella destructiva frase con la que tuvo que luchar México: "La Revancha de Moctezuma", sinónimo de contraer bacterias que producen enfermedades intestinales peligrosas. Lanzaron una campaña educativa masiva de limpieza, con resultados muy positivos que le elevaron a ser uno de los destinos turísticos más exitosos del mundo.

Comienza el Dr. Icaza recordándonos el popular brindis "salud, dinero y amor", del cual deduce que, sin salud, el dinero y el amor son fútiles. Se pregunta "¿cómo podemos ser felices residiendo en un país insalubre, sin hacer esfuerzos para superarlo?".

Reflexiona el patólogo que para tener un ambiente sano, entre otros deberes sanitarios, hay que combatir los mosquitos, ya que son los vectores propagando malaria, dengue, chikungunya, zika, fiebre amarilla y otras enfermedades, y entre ellas se pueden contar leucemias y encefalitis. Las moscas, ratones, ratas, cucarachas y chinches significan parasitosis, enfermedades respiratorias, cardiacas, enfermedades gastrointestinales y de la piel, que sumado al polvo, especialmente en los meses secos, producen alergias, asma, hepatitis y enfermedades respiratorias.

Continua recordándonos, sobre el peligro de la contaminación de aguas y aire por el abuso de insecticidas, mala gasolina y otros químicos que nadie regula, pseudoestrógenos que causan cánceres, enfermedades de la colágena, que bajan nuestro sistema inmunitario, así como la contaminación fecal de ríos y mares, pues casi no existen inodoros públicos ni facilidades para los bañistas quienes tienen que defecar, orinar y botar la basura por todos lados. Cualquiera se corta un pie con vidrios ocultos por la arena.

Recomienda incrementar el cuido de las playas públicas, regulando la venta de bebidas alcohólicas, sobre todo para evitar las riñas que producen consecuencias nefastas, entre ellas ahogados y accidentes automovilísticos, regular también los productos alimenticios en tramos que adolecen de los más elementales requisitos sanitarios.

Enfatiza la necesidad de la educación vial y la falta de señales e infraestructura que causa muertes por accidentes que ya son una epidemia y que por supuesto pone en peligro a visitantes que no están acostumbrados a manejar en el desorden que existe en las vías públicas. Los semovientes que deambulan sin control alguno, incluso hay países con perros sin dueños que deambulan en las calles con el peligro de rabia.

Menciona los peligrosos hoyos que son característicos de nuestras descuidadas aceras donde fácilmente se quiebra cualquiera. Los innumerables baches en calles y carreteras que destruyen vehículos y afecta la economía doméstica.

Se refiere en forma indirecta al turismo de salud, el cual recomienda regular estrictamente, incluyendo farmacias, laboratorios, hospitales y profesionales de la salud, estos últimos a través de un Colegio Médico con reconocimiento internacional.

Nos recuerda que en Latinoamérica fallamos al no tener tradición de voluntarismo. Muy pocos donan su tiempo libre, en cuya promoción deberían cooperar las organizaciones religiosas y de servicio, ya que los gobiernos necesitan el ejemplo de la ciudadanía, pues la burocracia está dominada por la ineficiencia y la corrupción.

Finaliza sus comentarios sabiamente al decirnos que las moscas y bacterias no distinguen entre pobres y ricos, e indiscriminadamente propagan enfermedades fatales. Por eso todos, especialmente lo que tienen educación y cultura, que saben del peligro de convivir en un ambiente insalubre, están en la obligación de cooperar por convertir nuestras comunidades en paraísos, donde no tendremos inmensas riquezas, pero sí salud, que es la base de la felicidad y el amor.

¡Que ciegos y sordos somos –dice Orlando José– e irresponsables añade este servidor al secundarlo!

Hasta "El Archivo" del 12 de febrero del 2017, nuevamente en Centroamérica, con el ruego de sus comentarios y de reenviarlo a sus amistades!

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