domingo, 28 de agosto de 2016

El Archivo CDXXXVI – I am an Amerrican!!

Muchas gracias Juan Flavio por lograr que "El Archivo" siga visitando a nuestros hermanos del mundo iberoamericano y por supuesto, estoy agradecido por todos esos mensajes que dan ánimo en este largo camino de recuperación.

Han sido días difíciles ya que sufrí un accidente –y es que así llamo a lo sucedido– una, aunque esperada, sorpresiva cuarta hemorragia del colon, consecuencia de unos "diverticulus" que sin previo aviso explotaron como un volcán en la pared intestinal, por lo que la única solución era localizar su posición y extirpar el segmento dañado, de lo cual estuvo a cargo del Dr. Julio García-Aguilar, Cirujano en jefe del Departamento Colon-Rectal y del equipo de especialistas en el "Memorial Sloan Kettering Cancer Center" de New York, a quien agradezco el haber encontrado espacio en su ocupada agenda, para intervenirme de emergencia.

Todo lo sucedido fue inesperado, ya que mis planes era gozar de los aires marinos del Atlántico por unas semanas en la casa de playa de mis hijos Alexia y Henry Fernández, recuperándome de la hemorragia que sufrí en Bellevue, Washington, mientras visitaba a mis hijos Van Rex, Sheila y nietos. Mi vida es ahora de visitas, soy un turista permanente.

Lo interesante de todos estos acontecimientos, en los cuales incluyo las visitas al Hospital de Stanford en Palo Alto y al Hospital de Recuperación en Castro Valley, California –a ver a mi ahora difunto hermano Fernando Abel– es haber descubierto lo que en verdad significa eso de "I am an Amerrikan" y trato de escribirlo con acento sajón, recordando la figura del famoso Henry Kissinger, que habiendo ocupado los más altas posiciones burocráticas de esta nación, nunca perdió su acento germánico.

Generalmente, son los inmigrantes de ascendencia europea, asiática y austral, los que al adquirir la ciudadanía estadounidense, se identifican con orgullo como "americans", que en realidad no es lo que nosotros, originarios de este continente pensamos, ya que para ellos no es porque su país adoptivo se llama Estados Unidos de América, sino porque todo lo que aquí han encontrado significa nueva vida, oportunidad de aplicar sus conocimientos en libertad, educar a sus hijos, soñar, orar en sus respectivas religiones y creencias, convivir entre seres humanos de todo el planeta en una armonía tan positiva, que es en sí una conquista de la humanidad. ¡Y eso es para mí ser AMERICANO!

Es fascinante ver a seres cuyo origen abarca los 5 continentes, haciendo uso de sus conocimientos para el bien común. Un cirujano español con asistentes de ascendencia mixta, entre los cuales conocimos a libaneses, argentinos, coreanos, chinos, así como enfermeras y enfermeros procedente de Trinidad, Jamaica, Nigeria, Filipinas, etc… Todos trabajando con disciplina de servicios admirable y en un ambiente cordial, donde lo vital es la salud del paciente. Eso es ser americano, no el color de la piel, ni el acento, ni la religión.

Es en estos días donde pude ser testigo de lo equivocado que están aquellos que predican xenofobia, odio de razas o de religiones, en un país que existe, progresa y vive, gracias a su diversidad, a la oportunidad que a través de sus 240 años de vida como una república, le concedió a quienes llamaron a sus puertas.

No son muros los que necesitamos, sino una política migratoria positiva para todos aquellos que desean trabajar y compartir oportunidades que este vasto territorio ofrece a la humanidad. Al mismo tiempo, como buenos vecinos, debemos ayudar a que nuestros hermanos mexicanos y centroamericanos mejoren su calidad de vida, protegidos por las conquistas de nuestros héroes, entre los cuales hay muchos que proceden de esas benditas tierras. No podemos permitir que populistas irresponsables, sigan corrompiendo las mentes de quiénes merecen un mejor futuro.

Necesitamos ayudar al desarrollo de nuestros vecinos, haciendo alianzas con empresarios responsables, para que se conviertan en protectores de su fuerza laboral, extirpando de la Administración Pública, la corrupción y el populismo enfermizo, así como realizar las reformas educativas que, como Jamaica y Trinidad entre otros, produce mano de obra especialidad para Europa y Estados Unidos.

Es la empresa privada la que debe buscar apoyo y alianza con su pares en los países desarrollados, para garantizar la salud y la educación de sus pueblos, ya que son ellos su mayor riqueza y por ende su fuente de progreso.

¡Ya es hora que unidos derrotemos a quienes por cientos de años han mantenido a nuestros pueblos iberoamericanos enfermos y analfabetos! Hasta la próxima semana desde Manhattan, donde se palpa y se siente esa lucha por triunfar y ser felices.



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