domingo, 20 de marzo de 2016

El Archivo CDXIII – Los pueblos!

Cuando viajes, recomiendo visitar pueblos pequeños, donde la vida cotidiana es sencilla, donde se llega a conocer las ancestrales costumbres, entre las cuales se destaca, la amabilidad que distingue a sus residentes, convirtiéndoles en excelentes anfitriones.

No todos los pueblos o pequeñas ciudades, tienen las facilidades que demanda el viajero moderno, pero con un poco de esfuerzo de la comunidad y funcionarios municipales, se podrían convertir en destinos acogedores, limpios y sanos, en especial los restaurantes con inmaculadas cocinas, pisos limpios y servicios sanitarios modernos.

El mundo ofrece destinos fabulosos, nuestro estimado amigo Antonio Pedro Tejera-Reyes, nos describe esta semana uno de ellos, Viena, que de acuerdo a su vasta experiencia es uno de los más atractivos y completos para los viajeros de alto poder adquisitivo.

Pero nuestra sugerencia es que Latinoamérica haga su propio nicho dentro del mundo de viajes, ya que la mayoría del turista es de clase media y joven y aunque eventualmente en el curso de su vida, visitara las grandes ciudades, su espíritu viajero y sus posibilidades económicas, no se lo permite por ahora, por eso creo que nuestros países, deben especializarse en turismo comunitario, donde el visitante se acerque a los nacionales, donde pueda sentir el calor humano y sentirse apreciado, donde su presupuesto tenga valor, donde pueda conocer cómo vive, trabaja y lucha una población con diferente cultura, costumbres y por supuesto compartir experiencias con los residentes de nuestras villas y pueblos e incluso en muchas de nuestras relativamente pequeñas ciudades.

Nicaragua cuenta con una experiencia, en áreas alrededor de las ciudades de Granada y Masaya se encuentran pequeños poblados conocidos como los Pueblos Blancos; Nindirí, San Juan de Oriente, San Marcos, Niquinohomo, Masatepe, Catarina, Diriá y Diriomo todos con raíces y tradiciones precolombinas. Se les conoce así porque la mayoría de las casas están pintadas en blanco, pues utilizan de pintura una mescla de carburo o cal, sal y agua, dando al pueblo esa apariencia. Cada ciudad celebra sus propias fiestas tradiciones y poseen artesanías que incluyen hamacas, muebles, cerámicas, tallas en piedra, productos de cuero o bambú, plantas ornamentales, dulces (cajetas) y más. Algunos gozan de maravillosas vistas. Aunque una iniciativa desarrollada varios años atrás ha perdido empuje por discontinuidad en los proyectos de las entidades correspondientes, los Pueblos Blancos continúan como un destino seguro para los turistas, internos y externos.

Recomiendo, basado en mi experiencia de más de cinco décadas, con el fin de que los Ministerios de Turismo pudieran gozar de continuidad profesional, deberían separarse de la política partidista, si es que en verdad quieren entrar en el fabuloso negocio del turismo, ya que toma mucho tiempo crear credibilidad a nivel internacional. De la misma manera, este Buró u Oficina gubernamental, debe desplazarse a una zona autónoma, tal como una zona franca, ajena a la política nacional y cambios de gobierno, para poder entrenar profesionalmente a su personal y contratar asesoría, capacitación y expertos a través de la Organización Mundial del Turismo, que ya ha demostrado ser un Organismo confiable.

No hay duda que Europa ha logrado mucha experiencia, ya que el Turismo es parte importante de su economía y no solo de los atractivos de sus grandes ciudades, ya que también ofrece, y es famoso el atractivo de sus pequeñas villas, experiencia que puede trasladarse a nuestra América, donde también tenemos atractivos rincones, algunos de los cuales poseen historias pre coloniales y coloniales.

El Maestro Tejera, que reside entre Venezuela y las Islas Canarias, cita en su artículo, lo siguiente: "El cuidado de las "señas de identidad" de los pueblos y el arreglo de su territorio para la recepción turística, son las muestras del conocimiento y la sensibilidad de sus habitantes" (CIESTCA), lo cual viene muy a tono con nuestra sugerencia, ya la frase menciona lo vital, el "cuidado" de nuestros pueblos, donde el costo de los servicios y bienes, se acopla con el presupuesto de las familias no pudientes, que hacen el esfuerzo de viajar, gozar sus vacaciones abriendo nuevos horizontes, lo que podríamos llamar, "la universidad de la vida". Antonio Pedro seria el indicado, con su experiencia docente, para diseñar unas tres escuelas a nivel Continental, que preparen el personal necesario para esta empresa multinacional, llamada "los pueblos de América".

Todos los países Latinoamericanos, ofrecen preciosos poblados y estoy seguro que sus residentes colaborarían, bajo de un plan que los habilite para recibir el turismo internacional y dentro de un sistema de constante evaluación, que les asesore y clasifique sus hostales y restaurantes.

No se trata de infraestructuras costosas, pero si de un descomunal esfuerzo por mantener los pueblos limpios, con un servicio óptimo de agua potable, alcantarillado y cloacas, así como un acceso pavimentado o adoquinado de las carreteras troncales.

Hasta la próxima semana, que en nuestra América Hispana, es la Semana Santa, una mezcla de religiosidad y gozo del ocio, aunque en muchas de nuestras ciudades, siguiendo la tradición de la Madre Patria (especialmente Sevilla) mantienen impresionantes rituales de procesiones, con devoción y alegría espiritual, que es un atractivo turístico.


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