Así como nuestras economías crecieron cuando se logró la carretera panamericana en los años 40, hoy, el tren panamericano es indispensable para que los países de Centro y Sur América ingresen al Siglo XXI. No podemos seguir postergando este vacío dentro del sistema de transporte.
Viajé de Seattle, estado de Washington a San José, California, en el tren "Coast Starlight" de AMTRAK, que recorre la costa Oeste y diariamente la ruta de Seattle a Los Ángeles, con ramales a ciudades del interior, San Diego, San Isidro, frontera con México y Vancouver, en la frontera canadiense.
Seattle es un puerto importante del intercambio comercial de Estados Unidos con Asia y es la puerta principal (HUB) de los cruceros turísticos para Alaska. Es una meca turística que han sabido mantener con atractivos sencillos, protegiendo la arquitectura original de sus edificios. Tiene un clima sabroso y espíritu amistoso de servicio que se percibe por toda la ciudad, todo esto la hace un destino exitoso. Entre sus atracciones populares, esta "Pike Market" con más de 100 años ofreciendo flores, dulces, verduras, mariscos, carnes, bocadillos y restaurantes, que mantienen en armonía un ambiente agradable. Entre los restaurantes, recomiendo el "Maximillien" francés y "Lowells" con menú del noroeste y vista a la bahía.
El domingo temprano (9:15) ya estaba en la estación (King Street) construida en 1906, pero totalmente restaurada, aunque demasiado blanco, yo le daría unos toques de color. Aquí comienza la razón de viajar por tren, especialmente los de edad avanzada como este servidor, no hay filas para abordar, y todavía prestan servicios los "redcaps" quienes llevan tus maletas y te transportan en carritos especiales hasta la puerta de tu vagón. Eso sí, propina entre 5 y 10 dólares, dependiendo del servicio, con o sin sonrisa.
Los trenes salen puntualmente, a las 9:35 comenzó a rodar. Este tren tiene tres vagones de servicio, el más popular es "Parlour" con sillones giratorios en el nivel alto, (los vagones de este tren tienen dos pisos), está el vagón "Coffee", donde siempre hay bebidas y meriendas, y el vagón comedor, para el cual se requiere reservaciones, coordinadas por los encargados del servicio (Porters).
Comparando con mis viajes anteriores, la comida de los trenes actuales, por lo menos en los dos últimos que he utilizado, se ha perdido calidad y ambiente, lo cual confirme platicando con experimentados compañeros de viaje. En el mundo, hay turistas que les encanta viajar por tren, así como en cruceros, por supuesto son exigentes, ya que el viajar por tierra o por mar, es muy diferente al avión, cuyo propósito es llegar al destino lo más rápido posible.
En los Estados Unidos no hay trenes veloces, por no ir muy rápido, te permite gozar de los cambiantes paisajes, la excepción es el ACELA, de fabricación española, que recorre el corredor del Noreste, pero aunque el tren está hecho para altas velocidades, aquí no las logra por las vías férreas inadecuadas, problema en todas las rutas que tendrán que resolver, y pronto. El "Coast Starlight" escasamente llega a las 70 millas y oscila mucho, por lo que caminar de tu vagón a los de servicio, es una odisea.
Los "roomette" están cómodos para dos personas, uno de los pasajeros tiene que subir en una escalerita retráctil a su cama que está en el nivel superior, y para ir a los cuartos servicio sanitario y ducha tienes que caminar unos metros, aunque también disponen de cuartos más cómodos, con camas al mismo nivel y servicios sanitarios propios. Tengo que destacar la limpieza, especialmente en los servicios sanitarios y pasillos.
El viajar sin cama o cuarto privado es mucho más barato. El costo de los llamados "Sleeping Cars" (Carros para dormir) aumenta un 70% el valor. Los pasajeros viajan en cómodos asientos, pero ya un viaje de más de 12 horas es cansado sin cama. La sección económica, tiene también un vagón especial donde comprar comidas rápidas y bebidas. El tren es más popular en Europa, ya que al ser más rápidos ofrecen viajes largos en pocas horas, reduciendo los costos y el cansancio.
El tren para en varias ciudades de Washington y Oregon, a eso de las 2:00 p.m. comienza a cruzar montañas, al llegar la noche sigue escalando hasta amanecer en Sacramento, la Capital del estado de California, donde permanece por unos 20 minutos, ya con la luz del sol, sigues gozando de los fértiles campos agrícolas californianos, especialmente los vinícola.
El tren no ingresa a San Francisco, llegar hasta Emeryville, donde los pasajeros toman un ramal que los lleva a esa bella ciudad. Nuestro tren continua hacia Oakland, bordeando el lado este de la bahía, que la cruza hacia San José, donde este servidor, después de un sabroso desayuno de Tostadas Francesas al Amtrak, mis preferidas, bajé a las 9:55 a.m.
El tren continuó hasta Los Ángeles, donde después de 36 horas arriba a las 9:00 p.m. Se podrían reducir a 20 horas o menos, arreglando las vías férreas y operando trenes de alta velocidad. Los primeros pasos en esta dirección los está dando con el proyecto XpressWest, que cubrirá 370Km de la ruta Los Ángeles a Las Vegas, con velocidad de 150 millas por hora (240Km/h).
En San José, una ciudad que crece a pasos agigantados, capital del famoso "Silicon Valley" me recibio mi hermano Fernando Abel, con quien he visitado durante la semana lindos poblados, que desgraciamente están sufriendo una de las sequias más severas del Siglo.
Hasta el próximo ARCHIVO del domingo 27 desde mi querido New Orleans, sede del Dixieland Jazz, exquisitos restaurantes y del famoso carnaval (Mardi Grass).
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