domingo, 25 de agosto de 2013

El Archivo CCLXXIII – ¿Unir Centroamérica?

Alejandro José Gallard-Prio.

Es el gran enigma que nos presenta la actitud de siete países que insisten en desechar la importancia de unir esfuerzos, teniendo en sus narices el ejemplo de la Unión Europa, formada por estados tan disimiles, que lo único en común es haberse convencido que unidos progresaban y desunidos nunca lograrían el progreso y bienestar que la unión les garantiza.

Tomemos cinco países que conocemos bastante bien: Alemania, España, Francia, Holanda e Italia; cada uno con su idioma, costumbres y gobierno, diferentes el uno del otro, manteniendo cada uno su identidad, su integridad, su dignidad y aun, sus mañas y defectos; todos son miembros de una asociación, que les permite ayudarse mutuamente, unos ayudan económicamente y otros con su fuerza laboral, pujanza industrial y, todos con un común distribuidor del "euro", el turismo, que crece año con año, debido a las facilidades de transporte entre los países a precios atractivos y sin burocracia fronteriza. España, por ejemplo, recibe cada día más turismo europeo.

Mencionamos en "El Archivo" anterior, el "acuerdo de Centroamérica con Europa", un acontecimiento histórico, como dijese el Ingeniero Nájera, funcionario de la "Secretaria de Integración Económica de Centro América", y la pregunta es, ¿vamos a aprovechar la experiencia de todos los organismos centroamericanos así como las de los europeos, para afianzar de una vez por todas, nuestra integración económica?

No estamos sugiriendo unión política, todos pueden mantener sus "Repúblicas", sus gobiernos y sus políticos, pero lo que no pueden hacer es ignorar una economía unida, con una producción exportable, racionalizada y planificada, con la posibilidad de construir autopistas de peaje y vías férreas que lleven sus productos al puerto más conveniente, ya sea el Pacifico o el Caribe.

Una UNION donde su fuerza laboral pueda trasladarse, sin cortapisas ni cuotas, a resolver los problemas de producción, agrícolas o industriales, de los países miembros.

Donde el turista, ya sea centroamericano, europeo, asiático o norteamericano (Canadá, USA), tenga la escogencia de visitar cualquiera de los siete países con solo mostrar su pasaporte, ya ingresado a cualquiera de los miembros, y los centroamericanos su cedula de Identidad, llenando con anterioridad una simple hoja con sus datos para las estadísticas de los países y de la región en general.

El Ingeniero Nájera, definió el Istmo como "un canal de comunicación entre las dos grandes placas continentales cuyo territorio, zoológica y biológicamente, es un puente por el cual pasan muchos problemas". Es una gran verdad y es por eso que vemos necesario que se intensifique la seguridad en las carreteras, donde los automóviles, autobuses y camiones sean esporádicamente revisados, por agentes del orden centroamericanos –un cuerpo de seguridad y de asistencia al viajero integrado por agentes de los siete países- debidamente entrenados para que estos "acercamientos" se realicen con diligencia y profesionalidad. Manos a la OBRA!


LA FIEBRE CANALERA!

Hay que aprovechar la promoción gratuita que la fiebre canalera está dándole a la Región. Sabemos que hay posibilidad de que se construya un par de esos proyectos, pero no incluyo en esta al de Nicaragua, ya que con solo ver el mapa de su territorio, nos damos cuenta que para construir un canal interoceánico para las súper naves del siglo XXI, habrá que destruir su riqueza ambiental, en especial su "Gran Lago" y esto no creo que haya nicaragüense, mal o bien nacido, que lo desee, sin tomar en cuenta de que su costo seria prohibitivo.

Muchos viven del sueño histórico de un canal, este servidor incluido, pero es de un canal para el tráfico de veleros, yates y pequeñas naves, que dragando y construyendo un par de esclusas en el Rio San Juan, puedan navegar plácidamente hasta el Gran Lago, dándole actividad portuaria a muchos poblados de sus costas, en especial a Granada, así como a los ríos que nos unen a los atractivos turísticos de Costa Rica. Eso era lo que estaba en la mente del pionero Carlos Napoleón Pellas Cannessa, quien instaló a sus hijos en San Juan del Norte como propietarios de las primeras naves en navegar el San Juan y el Mar Dulce Centroamericano, basado en la famosa "ruta Vanderbilt" que transportaba a los buscadores del oro californiano, desde New York y otros Estados de la Unión Americana. Agradecemos a Wilkileaks el poder leer el interesante relato del Capitán William Tecumseh Sherman, el famoso General de la Guerra Civil, quien hizo el viaje de New Orleans San Francisco, California por la ruta del Río San Juan, recién abierto a la navegación mundial.

"Me embarqué en los primeros días de marzo de 1853 y en siete días llegamos a Greytown (San Juan del Norte) donde nos reunimos con los pasajeros procedentes de New York, y seguimos, por el Río y Lago de Nicaragua hacia el Océano Pacífico".

"El río estaba bastante seco, y los vaporcitos canaleros, cuatro en total, se varaban con frecuencia, así es que los pasajeros se tenían que meter al agua para ayudarles a pasar los raudales. Éramos por todos cerca de 600 pasajeros. En cuatro días llegamos al Castillo, donde hay una verdadera catarata, allí pasamos a un trencito por un corto trecho, y arriba de esta catarata nos embarcamos de nuevo en un vapor más grande, el que nos llevó el resto del río y a través del bellísimo Lago de Nicaragua, tachonado de islas volcánicas. Desembarcamos en la bahía de La Virgen, y atravesamos en mulas el Istmo hasta San Juan del Sur, donde estaba anclado el vapor 'Lewis'".

Como en los tiempos del General Sherman, los centroamericanos, nos seguimos varando, con proyectos sin sentido ni brújula, en vez de preocuparnos por hacer proyectos realizables y rentables, como las líneas férreas, autopistas y puertos.

Hasta el próximo ARCHIVO CCLXXIV, el 1 de Septiembre del 2013.

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