domingo, 26 de julio de 2020

El Archivo DCLXIII

La Globalización y Los Viajes
El que tengamos una fluida comunicación global ha ayudado a mantenernos en contacto e informados de los aconteceres familiares, también de los avances de la ciencia, las oportunidades bursátiles, y de lo bueno o malo del acontecer político-social, sobre todo ha mitigado la ausencia del contacto personal experimentado a través de los viajes, ya que la pandemia que azota al mundo lo primero que limita son los contactos, el acercamiento, o sea que nos limita el goce del ocio ¡Viajar!

Es normal recordar el pasado, las visitas a los abuelos, parientes o amigos, a conocer otras ciudades y, sobre todo, la primera salida del lar patrio al exterior, que en mi caso fue en 1941, una odisea digna de recordar antes que se formen lagunas en mi memoria.

Aún sin los incentivos que tenemos hoy a través de la TV, los celulares y tabletas, etc… el ser humano siempre ha tenido la inquietud de abrirse nuevos horizontes, viajar ha sido sueño de todos, así que teniendo un hermano que residía en San Francisco, California, se me ocurrió que podría continuar mi secundaria allá y, al mismo tiempo, aprender inglés.


Me puse en contacto con mi hermano, Heberto, y todo comenzó a tomar forma. El Consulado Americano me concedió una Visa Migratoria de Residente y descubrí que mis amigos, Manuel y Alfonso Wong- Valle, viajaban en esos días a la Universidad en Texas, lo que me permitía viajar acompañado, primero a Bluefields (costa Caribe de Nicaragua) volando por "Transportes Aéreos Centroamericanos" (TACA), en un Fokker de tres motores piloteado por el capitán Jimmy Ángel, quien descubrió la existencia del "Salto Ángel" en Venezuela, saliendo del aeropuerto de Managua, que llevaba el nombre de su lago Xolotlán.


En Bluefields nos hospedamos en casa de una simpática familia china, amigos de los Wong-Valle, quienes nos colmaron en atenciones y me enseñaron a degustar su comida, que ahora es tan popular en el menú mundial.

Un par de días después abordamos una pequeña lancha de motor, que nos llevó a "El Bluff", puerto donde abordamos el barco bananero de la "United Fruit Company" llamado "Baja California" con cómodos camarotes para seis pasajeros. Los tripulantes eran simpáticos, especialmente el joven capitán, lo que fue muy importante para el resto de la travesía, pues al entrar en el Golfo de México comenzó una torrencial lluvia, con fuertes vientos que, por tres días con sus noches, sacudió a la nave como si fuera una lancha de remos, sin nosotros saber, que estábamos atravesando la cola de un huracán.


El capitán y este su servidor, éramos los últimos que nos atrevimos llegar al comedor, pues llego un momento que las olas pasaban por encima y el ruido aterrador del viento nos mantenían refugiados en el camarote. Escuche a veteranos del mar rogar a Dios por ayuda, ellos sentían el naufragio a flor de piel, pero nosotros, novatos y mareados, desconocíamos el peligro que pasábamos.

Llegamos 3 días retrasados al puerto de Nueva Orleans, un 9 de septiembre de 1941, en el muelle nos recibió el honorable Cónsul General de Nicaragua, Don Luis Bravo, a petición del Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Guillermo Arguello-Vargas, vecino y padre de Adán, uno de mis compañeros de clase en el "Instituto Pedagógico La Salle" de Managua. Si hay algo siempre agradable en los viajes es que lo reciban en los puertos y/o aeropuertos, no hay que perder esa buena costumbre.


Don Luis nos tenía reservado un Hotel en la avenida St. Charles, cerca de Lee Circle, donde permanecimos unos días para recuperar fuerzas, comprar ropa apropiada al clima, pues lo demandaba, y prepararnos para el largo viaje en los "Greyhound" (línea de autobuses).

Aunque esto de viajar ha sido limitado por la pandemia, creo que encontraremos la forma de visitar destinos, amigos y seres queridos sin comprometer la salud, así como este inexperto quinceañero atravesó la parte Sur de E.U.A con un inglés que se limitaba a sentencias como "my name is" y "I am from Nicaragua", cumpliendo un sueño, pues soñar es vivir.

domingo, 19 de julio de 2020

El Archivo DCLXII


Honradez y Disciplina; un Lujo en Estos Tiempos
La pandemia, que nos tiene contra la pared, nos está enseñando valores, algunos muy valiosos que no debemos olvidar y deben ser tópico de conversación familiar aprovechando "el canal de comunicación" que la ciencia cibernética se ha asegurado de mantener abierto, sobretodo el internet y la televisión. En mi caso, el internet es abrumador, pues recibo cientos de mensajes políticos solicitando contribución. ¡Claro está que los ignoro! Es mucho ruido en estos días y las sumas me dejarían indigente.

También por internet he desmenuzando varios libros que consumen mi tiempo, algunos los descarto después de cinco minutos, otros las devoro hasta el final, sin importar el desvelo, pues como no hay para dónde ir, las horas para dormir, son versátiles. ¿Mencionaba televisión? Bueno, debí decir Netflix, uno de los canales de televisión a la carta por internet, el que veo, aunque hay varios, este lo siento inagotable. He visto más películas en estos cuatro meses que en los últimos 20 años.


El domingo pasado vi una que me impacto, se llama: "Juego de Honor". El tema de la película es algo que en realidad nos hace mucha falta en el mundo actual: Honradez y Disciplina. Es la historia de un entrenador de basquetbol de la escuela secundaria de Richmond, donde el 50% del alumnado no se gradúa y, de ese 50%, el 30% va a prisión. Richmond se encuentra entre dos ciudades económicamente afluentes, la de Berkeley –sede de la Universidad de California– y Oakland Hills. Desgraciadamente, se convirtió en un barrio marginado afroamericano por la falta de empleo, ya que dejaron de fabricar los "Liberty Ships" de los astilleros Kaiser –uno de los cuales fue bautizado con el nombre Rubén Darío– clausurado al terminar la Segunda Guerra Mundial.

En esa Secundaria, se graduó Ken Carter, protagonista de la película, un deportista talentoso del baloncesto, en los "Richmond High School Oilers" del 73 al 77, estableciendo récords escolares de todos los tiempos, en anotaciones y en asistencias, los cuales permanecieron aun cuando asumió el cargo de entrenador, 20 años después de graduarse.

Es importante conocer un poco la vida de Ken Carter en el pequeño pueblo de Fernwood, Mississippi, donde creció en una familia de siete hermanas y un hermano, todo el tiempo con ambos padres en el hogar, dentro de una comunidad muy unida. Las raíces de su pequeño pueblo se quedaron en él cuando la familia se mudó a la atribulada ciudad de Richmond.

La película –un drama con acción deportiva– nos presenta a un Ken, interpretado magistralmente por Samuel L. Jackson, que, a sabiendas de que su alma mater se había deteriorado y los miembros del equipo eran groseros, irrespetuosos y malos estudiantes, decidió aceptar el reto de cambiar las cosas, valiéndose de una forma audaz de disciplina.


En parte, su éxito se debió al interés que tuvo en sus jugadores fuera de la cancha, lo cual no aparece en la película. Los llevó a visitar a empresas de alta tecnología en Silicón Valley, a 60 millas de Richmond, queriendo enseñarles que a pesar de todos los titulares que venían con el estrellato deportivo, la educación era una ruta más segura hacia el éxito. "Hay menos de 5,000 empleos en todos los deportes profesionales en los que puede ganarse la vida", señaló Carter. "Pero una compañía, Microsoft, tiene más de 10,000 millonarios en esa compañía". Carter también llevó a sus estudiantes, algunos de los cuales no sabían de que había bosques en California, en un viaje a una de las reservas estatales de secuoyas gigantes.

Carter hizo que todos sus jugadores se comprometieran, firmando un contrato avalado por la madre o padre –en el caso que existiera-, en mantener un promedio de 2.3 puntos (0.3 más alto que el requerido por el estado), mantener registros perfectos de asistencia a clase, sentarse en la primera fila siempre, dirigirse a hombres y mujeres como "señor" y "señora", etc… El nuevo nivel de disciplina que Carter exigió hizo maravillas en la cancha, pero no sigamos, ya que, en verdad deseo que no se pierdan de ver y disfrutar la película, la cual nos dice que todo es posible, siempre y cuando, logremos educar y disciplinar a nuestra niñez dentro del entorno familiar.




Algunos sistemas en línea para conferencias y reuniones usando el Internet

· Zoom
· 8x8
· Google Meet
· itsi
· Webex de Cisco
· Skype
· Whatsapp (hasta 8 personas)

domingo, 12 de julio de 2020

El Archivo DCLXI

¡Obispos y Ciudadanos Siempre!
Aunque no se necesita ser Obispo para defender los derechos ciudadanos, el serlo conlleva un mensaje de Paz y Concordia, misión de todo hijo de Dios, unidos como hermanos predicando el amor al prójimo.

Como dijimos en El Archivo del domingo pasado: "El precio de la libertad es la eterna vigilancia". Vigilancia en defender y promover los inalienables derechos humanos, un deber ciudadano cuya misión es la búsqueda de la concordia y la paz.

Del 73 al 79 residí en San Salvador, El Salvador, donde funde y luego estuve a cargo del "Buró de Convenciones y Visitantes", como contaba en mi archivo de octubre del 2018. En ese entonces, era arzobispo Monseñor Romero, ahora Santo y mártir del Salvador y Centroamérica, con quien tuve el honor y la dicha de conversar.


Recuerdo en especial el triste día que los "escuadrones de la muerte" asesinaran a su confesor y amigo, el sacerdote Jesuita Rutilio Grande. Monseñor Romero era un hombre tranquilo y sosegado, pero ese día, al salir de donde realizaba sus oraciones, la capilla del arzobispado, lo note cambiado, y a partir de este evento había una decisión, se había convertido en el defensor de su pueblo sin voz.

Analizando de ahí en adelante, domingo tras domingo, los acontecimientos que sucedían a lo largo de la semana en el país, pidiendo que cesará la violencia y predicando sobre el Evangelio, el Amor y la Vida, motivó a los "que esconden la mano" ordenar su cobarde eliminación, acto ocurrido mientras celebraba la Santa Misa el 24 de marzo de 1980.



Con el padre Grande, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y las ocho víctimas, seis de ellas profesores Jesuitas, de la masacre en los patios de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas en San Salvador la madrugada del 16 de noviembre de 1989, el Salvador quedo salpicada por la sangre, que sumado a 10 años de guerra fratricida fue motivo del éxodo de millones de sus ciudadanos, para salvar sus vidas.

Esa misma razón es la que motivo recientemente al Papa Francisco a sacar físicamente de Nicaragua a Monseñor Silvio Báez, Obispo Auxiliar de la arquidiócesis de Managua, ya que como lo expresa en entrevista con Fabián Medina, del diario nicaragüense "La Prensa" publicada el domingo pasado: "el santo padre me pidió que saliera de Nicaragua para salvaguardar mi vida, porque había explícitas amenazas de muerte que estaban más que comprobadas. Que no quería otro obispo mártir en Centroamérica. Esta es la razón por la que yo dejo el país".


"El Papa nunca ha dicho que me calle, ni nunca me ha hecho una sola corrección sobre mi ministerio" expreso Monseñor, agregando "Yo veo a Nicaragua como en una frase muy potente del Evangelio: Jesús vio aquella muchedumbre, sintió compasión de ella, porque eran ovejas sin pastor".

El Obispo Báez cree que "ha llegado el momento no solo de cambiar un gobierno, sino de cambiar radicalmente la forma de ejercer el poder y la forma de practicar la política partidista, pero la población también tiene que aprender a ejercer sus derechos y sus deberes".

Dice que los dirigentes políticos deben "acercarse a la gente. Es decir, ensuciarse los zapatos. Hacerse presente en los barrios, en los mercados, en los caseríos, en el campo… la gente necesita que le escuchen. Tienen que olvidarse de discusiones estériles que en estos momentos lo único que causan es rechazo popular: casillas electorales, alianzas electorales, candidatos… Es que yo no veo una casilla actual que no tenga una historia turbia".


No ve "a esta dictadura concediendo elecciones libres, honestas y democráticas", pero indica que "hay que propiciar el camino, hacer las reformas electorales necesarias para salvar la democracia en Nicaragua y, sobre todo, para una salida constitucional y pacífica, que son las salidas duraderas".

Dice que "En estos momentos la gran disyuntiva es: o Nicaragua o la dictadura. No es un problema económico, social, político. Ni siquiera se trata de ganar las elecciones. Se trata de salvar a Nicaragua. Hay un pueblo secuestrado, desamparado e irrespetado. Lo peor que puede ocurrir es que nos acostumbremos a eso. Que aceptemos esa especie de normalidad que nos quieren imponer con la mentira y con las armas."

domingo, 5 de julio de 2020

El Archivo DCLX

Independencias que lloran, EUA y Venezuela
Estados Unidos de América (EUA) hizo público su documento de independencia el 4 de julio de 1776, desde entonces y gracias a que sus fundadores impregnaron en su Constitución principios democráticos, se permiten enmiendas que aseguran una Democracia viviente, acorde a los cambios y logros en los derechos cívicos, éticos y morales de la humanidad.

Una de las verdades que todo ser humano debe aceptar para encontrar la felicidad en la vida es que solo Dios es perfecto. La perfección es un proceso, es un aprendizaje que solo culmina con la muerte, he ahí la razón del porqué somos mortales, porque debemos esforzarnos desde nuestra niñez en aprender, de nuestros padres y educadores, la diferencia entre el bien y el mal, solo así logramos la felicidad.


La Unión Americana, como a veces se le llama, celebro ayer su Independencia, palabra que no solo aplica a las naciones, pues es un anhelo de todo ser humano, ser independiente, ser responsable de sus actos, ser dueño de su existencia.

"El precio de la libertad es la eterna vigilancia", frase de Thomas Jefferson que he valorado desde joven, aplica a la vida diaria de humanos y naciones, vigilancia basada en los conocimientos aprendidos en la escuela, cerebro de nuestra libertad.

No hay duda, la "vigilancia" es frágil, por eso la demanda es eterna, la existencia de un país, como la de los seres que lo conforman, depende de la disciplina y responsabilidad en respetar ese principio inalienable que nos recordara Don Benito Juárez: "el respeto al derecho ajeno es la Paz" al que deberíamos agregarle "y la felicidad".


Es preocupante la "incertidumbre" que empeora día a día en EUA, nación que ha sido el "faro" de la estabilidad, refugio de desposeídos y perseguidos del mundo, debido a la falta de una de esas democráticas enmiendas que elimine el vetusto e innecesario Colegio Electoral, que anula el voto popular que, en toda democracia, elige por mayoría a nivel nacional a un Presidente, que represente a todos sin distingos de raza, fe, sexo, filosofía política y condición económica, adquiriendo además el compromiso de defenderlos, guiarlos y apoyarlos en la persecución de su bienestar, velando por el cuido de su salud, su educación, sus derechos y su bienestar.

Actualmente EUA está pasando por una de sus peores crisis de salud, lo que ha derivado en desempleo y estancamiento económico. Hay un vacío del liderazgo de un Presidente responsable que, apartando sus intereses personales y partidarios, vele por el bienestar de la ciudadanía y dedique su tiempo a resolver estos problemas.


En noviembre EUA tendrá elecciones que, gracias a sus 244 años de tradición democrática, serán libres y justas para que el pueblo, con derecho al voto, escoja a un Presidente que enderece la nave, la que ha dado oportunidades y felicidad no solo a sus ciudadanos, sino a todo aquel que ha tocado a sus puertas en búsqueda de LIBERTAD y a gran parte de los seres humanos que han sufrido y sufren del abuso de gobernantes criminales, mafiosos y corruptos.

Venezuela querida, tristemente hoy no podre desearte feliz día de tu Independencia, pues sigues prisionera de un grupete de malos hijos que, en su grotesca ambición de poder y avaricia, te han convertido en el cementerio de los ideales libertarios, los de aquellos representantes de las siete provincias que decidieron instalar la Republica, donde los derechos ciudadanos reemplazaron los caprichos y abusos del Monarca que Napoleón había instalado como Rey de España, al que hoy día lo personifican los "narco comunistas" que han llevado al país a la postración absoluta, creando el éxodo de cientos de miles de sus ciudadanos para salvar sus vidas, pues Venezuela, cuyo subsuelo es un mar de petróleo, ya no produce ni gasolina, mucho menos empleos, medicinas y alimentos básicos. Saludamos al pueblo venezolano y esperamos que las democracias del mundo, les ayuden a salir del yugo de la opresión y la esclavitud en que se encuentran.