El Archivo DCCC

Revoluciones Piñateras y Diásporas.

Las diásporas, las piñatas y la falta de desarrollo son producto de las "roboluciones" que, a través de ya siglos, ha beneficiado a sus líderes, quienes al final no se llevan nada, pero si dejan empobrecidos a los pueblos y enrollado el desarrollo de la mayoría de nuestras Américas.

En los "Socialistas del Siglo XXI", que son ejemplo de frustración y fracasos, tanto su fundador, Chávez, como su maestro Fidel, no se llevaron nada, pero esto no produce escarmiento a sus seguidores, los que continúan en la misión destructiva de sus países, produciendo pobreza y éxodo, éxodo tan alarmante que de Venezuela, una de las víctimas, ya han salido 6.8 millones de migrantes y refugiados, más del 20% de su población.

Nuestros países al sur del Río Grande, bendecidos por el Creador en su exuberante naturaleza, esos que deberían ser ejemplo de convivencia para la sufrida humanidad mundial, son por el contrario productores de migrantes en búsqueda de estabilidad. Solamente del área centroamericana, hay más de 8 millones en Estados Unidos y Canadá, la razón: abusos e irresponsabilidad ciudadana, producto de la falta de educación cívica que la Administración Pública ha estado aplicando a través de los años, íntimamente ligado a la corrupción.

Todas las llamadas revoluciones de liberación han sido un fracaso, con excepción de la costarricense, cuyo líder, Figueres, lo primero que hizo fue desbandar la fuerza armada y así asegurar el proceso democrático. Los otros alzamientos armados se auto eligen dueños del poder omnímodo, ignorando la responsabilidad cívica adquirida en el curso de su lucha, a sabiendas que ese pueblo que oprimen, es el mismo que sacrifica su vida, en búsqueda de estabilidad y convivencia en paz.

Admito que me apresuré en felicitar a Ortega por su acertada decisión en liberar a 222 de sus adversarios políticos, lamentablemente no tomé en cuenta a los mercenarios que merodean el Poder, pues una vez llegados a Estados Unidos, país que los transporto y acogió, la "pareja" puso en marcha un descabellado plan post destierro, declarándolos ilegalmente apátridas y, seguidamente, apoderándose de sus bienes. Otra "piñata" que tan buenos réditos le da, igual que en el pasado.

Si la pareja meditara y escucharan consejos de luchadores experimentados, como su hermano Humberto, fundador y General (en retiro) del Ejercito, no hubiesen dado el paso de malograr la convivencia que habían dado con la liberación, y mucho menos el de condenar a 26 años de cárcel al Obispo Álvarez, quien tuvo el coraje de retarlos al no aceptar ir al exilio, invitándole, como les sugerí anteriormente, a regresar a su sede episcopal y juntos buscar la paz y el bienestar del pueblo nicaragüense.

Estos errores me llevan a pensar que hay intereses foráneos (Rusia, China, etc.) opuestos a la bienandanza de nuestro continente, intereses que seducen la mente de quienes luchan por limpiar nuestros países de dictadores corruptos y matones, motivándolos más bien a reemplazarlos, a convertirse en los nuevos ricos, hacendados de la finca, que para ellos son nuestras Repúblicas.

Es frustrante ver como dirigentes que se dicen progresistas, siguen empecinados en copiar el moribundo castro-comunismo de Cuba, que si no fuera por la ayuda económica que le brindan países como Venezuela, ya hubiese colapsado.

Es necesario que esos millones que integran las diásporas presionen al mundo democrático a contrarrestar esa corriente destructiva. Utilizando su fuerza política y económica, que sí la poseen, para instalar gobiernos democráticos, con responsabilidad social, que ofrezcan estabilidad, educación y salud, que brinden equilibrio y oportunidades al flujo migratorio, permitiendo el intercambio cultural y el convivir en libertad en nuestras Américas.

Como dice el prodigio musical venezolano, Gustavo Dudamel, el primer latino al frente de la Filarmónica de Nueva York, "que sus logros han reflejado el trabajo y el esfuerzo de muchísimos años y que los sueños se pueden lograr con disciplina y trabajo".