domingo, 18 de julio de 2021

El Archivo DCCXIV - Escribir, Una Manera de Orar

Escribir, Una Manera de Orar
Franz Kafka, quien escribió la frase, fue un escritor bohemio en lengua alemana. Su obra, según Wikipedia, es una de las más influyentes de la literatura universal, pionero en la fusión de elementos realistas con fantásticos. Sus principales temas eran: la culpa, la filosofía del absurdo, la burocracia y las transformaciones espirituales.

La obra de Kafka era expresiva y según Wystan Hugh Auden, el prolífico poeta anglo-americano que rimaba sobre política, amor y religión, Kafka "es tal vez el más grande, el maestro de la parábola pura".

Revisando escritos, leo en ellos un ruego, una oración o una petición al Creador, que el escritor o narrador traduce en frases y palabras, buscando de la felicidad, tanto familiar como comunitaria.

Lo leemos en Don Quijote, plegaria tras plegaria en búsqueda de la justicia, del bienestar y del amor al prójimo.

Por lo anterior es que el inalienable derecho a la expresión escrita es vital. Es una libertad que apoya a los sin voz, construyendo puentes que unen a los ciudadanos al derecho de convivir bajo la protección de leyes y regulaciones justas, que es en sí la base de la democracia, una forma de gobierno que ha logrado, en los países que la ejercen, minimizar las discrepancias a base de cultura, y no me refiero solamente a la que se aprenden en los sistemas educacionales tradicionales, sino aquella que los pueblos adquieren a través de la moral y ética familiar, ancestral.

Lo contrario es lo que identifica a los gobiernos dictatoriales, que basan su PODER en la opresión, de la cultura y de la educación; utilizan la "ignorancia" que, por ausencia de responsabilidad cívica, dejamos que se entronice en un alto porcentaje, cada vez más alarmante, en nuestros pueblos.

Como exprese la semana pasada, el periodista –aunque debería haber dicho "el comunicador"– merece el honor de ser el "baluarte" de la democracia, pues usando medios pacíficos, a pluma y voz, combate la ignorancia, la inequidad, la desinformación y los nefastos "yoquepierdismo" e "impunidad", que ha mantenido a la mayoría de nuestra Latinoamérica en el oscurantismo político y social.

El magnicidio en Haití, es una prueba que estamos lejos de encontrarle solución a nuestros problemas, ya que el "mundo libre", tras haber abonado con millones de almas el árbol de la libertad, se ha limitado a condenar el salvajismo y los asesinatos con pronunciamientos, cuando debería estar unificando una Legión pacifista para implantar el orden y la justicia en ese marginado territorio de América, víctima del abuso y del cáncer de la corrupción.

Hay que sembrar esperanzas, pero también luchar por libertad, de lo contrario no hay vida.

Ya es hora que despierte esa displicente burocracia internacional, duerme en acolchonados privilegios, atacan "holocaustos" con sanciones que ni siquiera desestabilizan a criminales gobiernos, quienes por experiencia saben que los intereses perversos se cubren unos a otros, olvidando a los pueblos.

Por eso, es importante, que los comunicadores sigan orando en sus escritos, como lo hacía ese joven judío abogado, Kafka, combatiendo las inequidades de la burocracia, ya que él concebía como la indiferencia a los populistas del principio del Siglo XX, estaba produciendo los Hitler, Mussolini y Tojo, que exterminaron a millones de seres.

Los barbaros de ayer asesinaron judíos, cristianos, musulmanes, gitanos y todo aquel que soñara o estorbase a su sed de Poder, así como ahora, los llamados "socialistas del Siglo XXI" apresan, torturan, y asesinan a quienes se atreven a disentir.

Ha llegado la hora, los cubanos nos lo están demostrando. Debemos apoyar a esos valientes que, exponiendo sus vidas, luchan por la libertad. Debemos hacerle saber a los pueblos oprimidos que no están solos, y así como los aliados detuvieron el "holocausto" de ayer, debemos hacer lo mismo hoy con quienes desafían burlescamente a las democracias del mundo.

Comunicadores del mundo, unamos nuestros pensamientos, sigamos orando con nuestras voces y escritos para llevar la paz, el bienestar y el amor a esos pueblos que sufren la bota salvaje de los opresores. Contribuyamos a la lucha por el respeto al derecho de vivir en libertad.

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