domingo, 29 de septiembre de 2019

El Archivo DCXVIII

¡Juventud, Divino Tesoro!
El genio de Rubén Darío nos legó la frase que se ha convertido en la única esperanza para los pueblos: "¡Juventud, Divino Tesoro!" pues ha sido la juventud, ese inagotable tesoro que ha dicho: ¡Presente! a nivel mundial, pensando en su futuro, y conscientes de que la situación actual es de vida o muerte. Es realmente sorprendente ver a millones de adolescentes motivados por el deseo de vivir, y como se manifiestan, con el propósito de incentivar a las generaciones anteriores, a responsabilizarse, a comprometerse en la lucha por salvar nuestro planeta.

Así mismo es la lucha en nuestra Nicaragua, donde la generación a cargo de decisiones no logra rescatar y encauzar la democracia, con la diferencia de los mártires, que han sido los jóvenes, lo cual no debe continuar.


El caso de Nicaragua, en particular, es muy complejo. Los gobernantes han perdido la brújula y se creen súper populares, por lo que ninguna sanción diplomática internacional les va hacer ceder el poder, a menos que esas sanciones les ofrezcan la oportunidad de confrontar nuevamente su popularidad en elecciones regulares o sea al término de su periodo, en el 2021.

Por lo tanto, la meta debería ser garantizar unas elecciones justas y honestas a cambio de que cese la confrontación y toda la ciudadanía recobre sus derechos constitucionales y así poder garantizar no perder una sola vida más. No se trata de un arreglo, sino de una salida a una crisis que afecta a moros y cristianos, una solución que conviene a todos.


Las demostraciones son válidas, son la esencia de la democracia, es un derecho inalienable que demuestra civilidad y cultura. Y un gobierno inteligente no solo debe permitirlas, sino incentivarlas, pues le conviene a su imagen y les da la oportunidad de enderezar la barca del poder, concediendo ajustes que mejoren la estabilidad ciudadana. El confrontar a la ciudadanía de un país con la fuerza bruta, no es gobernar, es un signo de debilidad, lo cual, además es muy costoso y difícil de controlar.

Para respirar o mejor dicho tomar el aliento que todos en Nicaragua necesitamos, no se requiere de pactos, si no de sentido común, ya que cuando un gobierno pierde su prestigio, tiene que recobrarlo y para ello debe sembrar confianza, cediéndole al soberano (al pueblo), que son contribuyentes, léase bien "contribuyentes", sus derechos. La ciudadanía no es súbdita, ni dependen de dádivas y favores, pues son dueños del derecho inalienable a su vida y bienestar.


Existe lo contrario, eso que está destruyendo al país y no hay duda que el gobierno también lo sabe, pues lo sufre en carne propia, por lo que llegó la hora de que todos cedamos y sin perder dignidad, ni valentía ciudadana, nos enfrentemos cívicamente en unas elecciones justas, libres y honestas, debidamente supervisadas por organismos internacionales y así consolidar el sistema democrático, que ha probado su efectividad garantizando progreso y desarrollo.

Por lo tanto, ya que el gobierno tiene en su mesa una reforma al sistema electoral, que afortunadamente tiene el aval Internacional, debe promoverla e incentivarla, acompañándola con una total liberación de los presos políticos, retiro de las fuerzas irregulares de acoso ciudadano y como parte de esa reforma, garantizar sin cortapisa alguna, las actividades políticas ciudadanas, que de hecho es un derecho constitucional no sujeto a permisos policiales o de cualquier tipo, y no haciendo desaparecer los medios periodísticos que denuncian sus errores, como ocurrió nuevamente este viernes 27 cunado fuerzan a salir de circulación a dos de los tres últimos medios escritos, "El Nuevo Diario" y "Metro".


Solo así, podremos orgullosamente proteger a esa Juventud, Divino Tesoro, que no es responsable de los abusos, errores y yoquepierdismo que marco el nefasto y destructivo pasado.

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