La "discrepancia", según el diccionario es una "falta de acuerdo entre dos o más personas" o "falta de aceptación de una situación, decisión u opinión".
Ustedes dirán: pero que de nuevo tiene que haya falta de acuerdo entre dos o más personas; y tienen razón, nada nuevo, pero si existe un problema, y serio, que esta "falta de acuerdo" no se respete, pues lo primero que destruye, es el derecho a discrepar, a nivel personal y por sobre todo comunitariamente, ya que sin ello, perdemos el incentivo a trabajar unidos por el bien común.
Esto último es lo que está sucediendo en los países donde no se respeta el derecho inalienable de la ciudadanía a discrepar, donde la voluntad de un "alguien", un "todopoderoso" prohíbe hasta el derecho a expresar discrepancia, que es la válvula de escape que tienen los pueblos en las democracias, para lograr cambios a políticas y/o legislaciones que les impide progresar. No es una rebeldía, como lo quieren hacer aparecer los "mandamás"; todo lo contrario, es una demostración de que aun en sus penurias, los pueblos no han perdido la esperanza de salir de la pobreza, reclamando sus derechos cívicamente, demostrando que existe ese espíritu de lucha que se necesita para progresar.
Sabemos que en gran parte de nuestro mundo iberoamericano, la "corrupción" no es solamente el robo descarado de los bienes públicos, sino que conlleva ese dañino "yoquepierdismo", esa acomodaticia forma de vida, que dice "estando yo bien" el otro que se las arregle. Razón de nuestra miseria económica y social, por lo que Nicaragua, ubicada en el centro geográfico de las Américas, está demostrando con su heroica gesta cívica, que "Si pequeña es la Patria, uno grande la sueña", como dijese su inmortal Darío.
Una discrepancia que pudo haber sido aprovechada por el "corrupto" gobierno de turno y sus aliados "yoquepierdistas" para dar vuelta de timón y colocar al país en un derrotero de progreso y conquistas sociales, donde la educación, la salud y la honestidad administrativa fuesen su norte; la falta de patriotismo y de visión la convirtieron en una tragedia, por no escuchar el clamor de un pueblo noble, optando, en forma demencial, el masacrar seres humanos sin motivo alguno, a sus mejore aliados: el estudiante y el pueblo trabajador, como si estuviesen en un "safari", siguiendo lineamientos de irresponsables, que no viven en un mundo real, ya que el mal nunca ha vencido, pero si ha destruido, especialmente a quienes lo ejercen.
La historia de nuestro planeta nos lo recuerda, pero no perdamos el tiempo en mencionar a los monstruos que causaron tanto sufrimiento, desgracia y dolor al ser humano, todo por el capricho de no respetar el derecho que tenemos a discrepar.
Los que tenemos la dicha de viajar a países donde saben que su riqueza radica en el sistema educacional y en su permanente preocupación por la salud ciudadana, nos avergüenza que aquellos pocos que han tenido la oportunidad de haber convivido en estos mundos se olvidan de lo aprendido a su regreso al lar nativo y, como hemos dicho en escritos anteriores, usan la excusa de que para vivir feliz y en paz, lo mejor es la ignorancia y la sumisión.
Por el contrario, la educación y la valentía es el faro que ilumina el futuro de los pueblos, es la garantía de su bienestar, es el acoplamiento de intereses para construir ese enjambre ciudadano que convive en barrios y ciudades, donde sus residentes, cuidan de su entorno con esmero ejemplar, donde se palpa la satisfacción de pertenencia comunitaria.
No hay duda que todo esto está basado en el AMOR, esa fuerza poderosa que debemos adoptar, ya que la verdadera felicidad es ver al prójimo feliz. Para lograr triunfar en la vida, hay que ser constante, es por ello que insistimos que solo con EDUCACIÓN y SALUD, lograremos derrotar el virus del mal y es por eso que apelamos nuevamente a nuestros lectores de apoyar esfuerzos ciudadanos, como los de la Organización "Pan y Amor" por medio de la cual pueden hacer felices a muchos jóvenes, promesas del futuro, por lo que les ruego nuevamente, amarles y enviar su contribución a: Asociación Pan y Amor, 750 Allendale Road, Key Biscayne, FL. 33149.
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