domingo, 7 de octubre de 2018

El Archivo DLXVI ─ ¡Ya Falta Poco Mi Niña, Resiste!


¡Un País, un Problema de Salud Mental! así encabeza Francisco Javier Sancho Mas, su artículo de opinión en "La Prensa" sobre el caso de Nicaragua, un joven escritor que nos dice que "el caso de Nicaragua es especialmente grave puesto que en el país no se ha vivido un proceso de reconciliación y reparación real e independiente del ámbito político y partidario".

No íbamos a comentar esta semana sobre el caos nicaragüense, pero el domingo pasado, nos llegó un video tan repulsivo, tan repugnante, que decidimos seguir tecleando sobre el tema, con la esperanza de que alguien, entre nuestros miles de lectores, de esos que tiene buenos contactos (ya que todo en la vida es de contactos) logre convencer a uno de los organismos internacionales a intervenir con un Ejército de Paz, no hablamos de guerra, esa ya le tenemos, sucia y vergonzosa, llegando al extremo de utilizar docenas de "policías" cobardes para reprimir a una ciudadana de 77 años, Doña Coquito, que para ayudarse en su precaria vida, vendía y, finalmente, regalaba agua a los indomables ciudadanos que manifestaban en sendas marchas sus esperanzas de una Nueva Nicaragua.


El espectacular y cobarde arresto demuestra, como dice Sancho al final de su artículo y que usamos de título: "Ya falta poco mi niña; resiste". Una expresión, muy nicaragüense y que ahora simboliza la lucha ciudadana en un rincón del planeta, una rebelión cívica que no han podido dominar asesinos contratados y dotados de armas mortíferas desde el comienzo de las protestas.

Esta es la lucha de una generación que decidió dar por terminada la era del abuso y de la complacencia, e inspirados con el Espíritu de Dios, protector de los pueblos, reclamar la instauración del derecho, de las obligaciones y de la responsabilidad ciudadana, aun a sabiendas de que son el blanco de enfermos mentales armados y protegidos por la Policía Nacional, que contemplaba como sus conciudadanos eran asesinados.

Nos preocupa lo expresado por Sancho, pues en verdad, en Nicaragua existe un problema de Salud Mental muy serio, y la mejor prueba de ello es la reacción de las "fuerzas armadas irregulares" ante unas normales expresiones de protesta cívica de sus conciudadanos, haciendo gala de un "sadismo" anormal e innecesario para controlar un grupo de jóvenes totalmente desarmados.


Demencia es la pérdida o debilitamiento de las facultades mentales, es una enfermedad que se caracteriza por alteraciones de la razón y trastornos en la conducta. Esta definición es simple y se adapta a lo sucedido en Nicaragua, donde la pérdida o debilitamiento de las facultades mentales, se ha venido notando en el comportamiento de los líderes políticos a través de los años. El solo permitir que probados delincuentes siguieran actuando en la política, era suficiente para encender la luz de alarma de cualquier ciudadano consiente, pero parece que la "demencia" afecta la memoria, la orientación, el cálculo, el juicio y el comportamiento social.

En Nicaragua parece haberse perdido la concienciación de ciudadanos responsables que podrían haber controlado el progreso de esta enfermedad, se han quedado como espectadores del descontrol de los que suponen guardar y proteger el orden público, que mantienen el caos con persecución, allanamiento de hogares, injustos aprisionamientos, y torturas inhumanas hasta de sus mismos compañeros, por negarse a ser cómplices de su desbarajuste mental.


Muchos medios nacionales e internacionales han publicado detalles de esta incontenible barbarie y aun así, no se ha logrado motivar a quienes tienen la fuerza económica, política y moral, para neutralizar a los "dementes" y proteger a un pueblo que ha demostrado su sanidad mental, al rechazar con noble valentía, que las fuerzas demoniacas del mal, destruyan sus esperanzas de vivir en paz.

Nicaragua merece la protección del mundo sano, del mundo que ha sufrido y que en su momento recibió ayuda para liberarse de los "enfermos mentales", como está sucediendo en este territorio de América, donde quieren convertirlos en esclavos.


El 4 de octubre, día de San Francisco, recibimos un Manifiesto de "Unidad Nacional Azul y Blanco", donde movimientos, organizaciones, fuerzas sociales, políticas y económicas, expresan su unión para seguir combatiendo la opresión que ha mantenido sobre el pueblo nicaragüense, el desgobierno actual.

Les felicitamos al iniciar esta etapa de paz y amor por la conquista de la libertad, la justicia y la democracia.

Sigamos luchando por la libertad de expresión, apoyemos a nuestros medios de comunicación escrita, radial y televisiva. Suscribámonos a "La Prensa" digital. Nuestra Diáspora tiene la capacidad económica para demostrar que ama a Nicaragua y de permitir que la escrita en papel llegue e informe a la ciudadanía que no le es asequible digitalmente.

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