Mucho se habla de que el pueblo manda, y es verdad. ¡Pero solo en el sistema democrático! No hay otro sistema político en que la voluntad del pueblo se respete, como en el democrático, ya sea parlamentario o presidencial, ya que la clave está en el DERECHO del pueblo a elegir a sus representantes y esto solo se hace a través de justas electorales libres, donde el pueblo sin subterfugios ni trucos, deposita su VOTO que es respetado y contabilizado honestamente por los organismos que dirigen, controlan y supervisan el proceso. ¡Todo lo demás es cuento de brujas!
Las elecciones que periódicamente se convocan en los países democráticos y las consultas, que los Gobiernos democráticos hacen a sus pueblos sobre proyectos de ley y tratados, son la brújula que la ciudadanía usa para decirle a su gobierno, por aquí queremos seguir, con lo cual se llega a mantener la paz social que todo país necesita para su progreso y bienestar.
Las elecciones en Estado Unidos culminaron el 8 de noviembre, quizás la más controversial de su historia, y nos ha demostrado que cualquier ciudadano tiene la posibilidad de ser electo Presidente, Gobernador, Senador o Diputado en una democracia. No es fácil, pero se puede, ya que si logra convencer a suficientes ciudadanos inconformes de que él representa un cambio, el resultado es lo sucedido en USA. La democracia está basada en el poder del pueblo a través del voto, decidir sin el temor que manos pachonas y organizaciones corruptas, prostituyan ese sagrado derecho, además tiene la oportunidad de enmendar su decisión en las próximas elecciones.
En los Estados Unidos, sucedió algo inusual, alguien que no se había presentado a elección para cargo público alguno, se introdujo en uno de los Partidos políticos mayoritarios, el republicano, con la credencial de ser un empresario conocido, arriesgado y fantasioso, que como dicen en el lenguaje comercial, se "tiraba las trancas" con una temeridad y agresividad que entusiasmo a un Partido que deseaba regresar al Poder a toda costa.
He allí el fenómeno de su éxito, sabían que tenía muchas grietas que "entrepreneurs" como el, acumulan en su trayectoria. Estaban conscientes de sus travesuras emocionales, de su agresividad de "chico bien", con dinero y un irrespeto total a lo que pudieran decir, pero también sabían que había un gran porcentaje de ciudadanos que pasaban apuros y estaban descontentos, por lo que necesitaban a todo un "showman" para atraerlos, ya que sus políticos no tenían ese atrevimiento.
Pero no todo el partido republicano le apoyo, la vieja guardia se puso al lado, pero como el Partido buscaba "desesperadamente" el Poder Ejecutivo y consolidar su control de las Cámaras Legislativas, se la jugaron, pues vieron en Trump agresividad y disposición, a como diera lugar, sin temor a denigrar a su contrincante, destruyendo su credibilidad, sin preocuparse de lo que pudieran decir de él, ya que él no era político, sino un empresario en una aventura en la cual tenía la oportunidad de convencer a esos millones de frustrados ciudadanos que los políticos habían ignorado…
Asesores políticos conocedores del sistema le trazaron una meta, que estaba en los 270 votos requeridos por el Colegio Electoral para ganar las elecciones, los cuales se podrían lograr fomentando el voto de los inconformes que estaban ubicados en los Condados rurales de Estados donde el partido tenia fieles seguidores, como por ejemplo, Pennsylvania, Florida y Ohio, ignorando la fuerza del voto popular de los Estados donde el bienestar ciudadano ha triunfado. ¡Lo demás es historia!
Nos dice el diario LA NACION de Argentina, que "ninguno de los candidatos priorizó a Latinoamérica en sus campañas" por lo que "la nueva administración deberá ocuparse de algunos temas tan complejos como urgentes. Entre ellos, la cada vez más seria crisis venezolana; la consolidación de la paz que procuran los colombianos; la continuidad del tránsito hacia la "normalización" de Cuba, y el fortalecimiento del Nafta y el Canta, atendiendo muy especialmente a México, cuyos ciudadanos fueron objeto de un innecesario maltrato de Trump".
Aprovechemos las muchas lecciones que el sistema democrático nos ofrece, así como aplaudamos la dignidad de los dirigentes del partido Demócrata, encabezados por la distinguida Señora, Doña Hillary Rodham Clinton, y el Presidente saliente, Caballero y Señor, Don Barack Hussein Obama II, quienes al aceptar la derrota electoral de su partido con la nobleza que distingue a las ciudadanos que practican y respetan la democracia, le ofrecieron apoyo al presidente electo para el éxito de su Gobierno, ofrecimientos que esperamos que el "enigmático" Donald John Trump acepte con responsabilidad ciudadana.
Sabemos que habrán descontentos, marchas de protesta, pero los Estados Unidos es un país con gran responsabilidad cívica y todos los que hicieron líneas para votar el 8, llegaron el 9 a sus oficinas, negocios e industrias a trabajar, pues es el trabajo, dentro del sistema democrático, lo que engrandece a una nación, ya que saben que vendrá otra oportunidad en la próxima elección y como dice uno de mis hijos "Esta es una lección al mundo para que comience a educar a sus pueblos, ya que la ignorancia va en contra de la democracia".
Hasta El Archivo del domingo 20, desde Managua, Nicaragua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario