domingo, 27 de noviembre de 2016

El Archivo CDLXIX – ¡El Lazo Familiar es Poderoso!

Puesto que el lazo familiar es muy poderoso debemos promoverlo, ya que es uno de los factores del crecimiento de las economías de los países en desarrollo, además de ser algo emotivo, identificable y controlable.

Los lazos familiares son la razón del envío de remesas y, si los gobiernos de los países que producen inmigrantes promovieran estos acercamientos familiares, como lo vienen haciendo hace décadas México y El Salvador a través de sus Consulados y, que al llegar refrendan Migración y Aduanas aligerando los engorrosos trámites, el éxito del programa estaría asegurado.

El facilitar el ingreso al lar nativo de nuestros coterráneos, dispensándoles de tasas aduaneras, es una productiva inversión que sin mucho costo pueden realizar, pues incrementaría el turismo familiar que, sumado a las visitas con motivo de las diferentes fiestas religiosas que todos nuestros pueblos celebran anualmente, aumentaría el flujo general de turistas. El turismo de familia es algo muy especial y sentimental, ya que se trata de celebrar cumpleaños y aniversarios, lo cual une familias y amigos con esa emoción del recuerdo del ayer.

Lo he realizado personalmente y puedo asegurarles que el acercarnos a nuestras raíces es gratificante, ya que promueve el patriotismo que tanta falta nos hace. En este mundo migrante y globalizante, en el que muchos han tenido éxito profesional y financiero, hay algo que los inmigrantes no logramos conquistar fácilmente: la pertenencia comunitaria, la cual requiere muchos años y hasta generaciones y es por eso que visitar el lar de recuerdos juveniles, donde nos sentimos parte integral de ese ambiente que es familia y amigos, es que encontramos el valor de la pertenencia, que refuerza lo que somos doquiera que estemos.

Además, el turismo familiar o sentimental de quienes residen en el exterior promueve el turismo interno, pues por lo general las familias se dispersan en el territorio nacional y ese sentimiento de reencontrarse, los invita a trasladarse al lugar donde el amigo o familiar ha escogido para celebrar ese emotivo reencuentro. Desde el punto de vista turístico, estas visitas son importantes, pues incentivan a los nacionales a conocer su país y su infraestructura, promoviendo nuevas facilidades, dándole experiencia de servicio a los profesionales del ramo, entrenándoles así para atender al cada día más exigente turismo internacional.

El emigrar tiene múltiples facetas, pero en realidad el humano es migrante, ya sea dentro de su país, región o continente y aunque los motivos varían, el motivo principal es una mejor vida, progreso y seguridad. En nuestro planeta ha habido masivas migraciones, las cuales han creado naciones, como el caso de los Estados Unidos de América, Canadá, Brasil, Argentina, Chile, concentrándonos en nuestro continente, por eso es que no comprendemos ese movimiento anti-inmigrante en EEUU, de quienes son descendientes de inmigrantes.

Comparto con ustedes mi reciente visita a Nicaragua, un ejemplo de lo que es el deseo de celebrar efemérides con familiares e hijos de amigos de juventud, ya que de los de mi edad quedamos pocos. Viajé con mi hijo menor, Fernando Antonio, quien reside en Wallingford, Pennsylvania, un suburbio de Philadelphia. Tomamos el vuelo de American Airlines en Newark, New Jersey, ya que ese aeropuerto ofrecía la tarifa aérea más económica a Managua, desde esta región, entre Baltimore y New York. Es importante, para los que residen en los Estados Unidos, estudiar las tarifas desde los aeropuertos localizados a hora y media o dos desde su ciudad, ya que a veces hay ofertas muy buenas; en esta ocasión nuestra tarifa fue de 440 dólares en la sección económica, ida y vuelta, lo que nos incentivó a viajar por primera clase utilizando millas.

Por Internet habíamos estudiando las ofertas para alquilar un vehículo, logrando un SUV cómodo por 10 días a 700 dólares, incluyendo seguro y sin límite de kilómetros. Lo único caro es el combustible. Recomendamos contratar a un Conductor local, ya que Managua es la única ciudad capital de América, o del mundo, sin nomenclatura y, en cuanto a manejar en sus estrechas carreteras, es exponerse a un accidente o a una multa de los policías de tránsito, que se colocan solapadamente para sorprender a los conductores, ya que las señales son escasas y pequeñas.

Uno de los motivos del viaje fue celebrar mis 91 noviembres, para lo cual mis hijos (ya que Janio y Jacques viven en Nicaragua y Van Rex viajo de Seattle para el encuentro) escogieron el Bar y Restaurante "Olas Clandestinas", ubicado en el pueblo de pescadores y balneario con olas para "surfistas" llamado El Tránsito, León, Nicaragua, donde organizaron una agradable fiesta gastronómica de pinchos de mariscos y carnes, rociado de vinos, sangría, cervezas y agua de cocos frescos, con familiares y amigos; fue una tarde de mucha alegría que culminó con los típicos cohetes, morteros y bombas leonesas. En el kilometro 44.7 de la vieja carretera de Managua a León, se toma un camino de tierra en buen estado de13 kilómetros, que llega hasta la bella playa del mar Pacifico.

¡Hasta El Archivo del domingo 4 de diciembre!

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