domingo, 18 de septiembre de 2016

El Archivo CDXXXIX – Mahatma Gandhi, ¡El Maestro!

Mahatma, que literalmente significa "el magnánimo" o sea profeta y santo, fue un título que le otorgó el pueblo para la posteridad y que le glorifica como el maestro de la resistencia, de la persistencia, de la dignidad, que les enseño a decir, "No Cuenten Conmigo" y con ello, unió a su pueblo en una larga y sufrida cruzada de liberación y democratización de INDIA.

Un eterno ejemplo de alguien que entregó su vida a la causa de la libertad y el derecho a decidir, que todos tenemos derecho a decir, ¡No Cuenten Conmigo!

No proclamó ni llamó a la guerra, simplemente instó a su pueblo: ustedes pueden decidir si son ovejas o ciudadanos pues es su derecho, que si cuentan como seres que se respetan y que nadie puede contar con nuestra cooperación sin nuestra decisión.

Entró a la vida pública como simple luchador del principio legal de que todos tenemos el derecho inalienable de vivir en libertad, con derechos y obligaciones, con disciplina, con la verdad, llegando a la cúspide con la satisfacción de que todos podemos decir, ¡No Cuenten Conmigo!

Gandhi fue un pensador y líder del nacionalismo indio. Según biógrafos "Es la personalidad indígena más relevante de la historia india contemporánea". "Dejó un valioso legado de su actividad encaminada al bien de sus compatriotas… en el marco de una extraordinaria concepción filantrópica y humanitaria, que ha quedado en la obra titulada por él 'Historia de mis experiencias con la verdad' (que en su primera redacción data de unos veinte años antes de su muerte), una mole ingente y variada de artículos publicados en revistas y periódicos, numerosos discursos oficiales pronunciados en la India y en Inglaterra", que recomendamos leer.

Dicen también que "los ideales que guiaron toda su vida estaban basados en un espíritu de amor y caridad hacia la humanidad entera… en 1893 se traslada al África meridional y se dedicó a realizar la obra de redención y de elevación moral y social de muchos millares de indios allí residentes, instituyendo colonias agrícolas y hospitales, y sobre todo desde entonces, trató de eliminar las castas y religiones que dividían a su pueblo. En sus relaciones y en sus inevitables choques con las autoridades gubernativas de Sudáfrica inauguró un método de lucha, o mejor de resistencia que mantenía el respeto a la persona humana y evitaba la revuelta armada; y ya en África, en 1906, puso en práctica el 'satyagraha' (obstinación por la verdad), conocido en Occidente con el nombre de 'resistencia pasiva'".

Su bandera, al principio fue la simple "autonomía económica" a la que se llega mediante la "no colaboración" y después con la "desobediencia civil", pasa a ser en fin el símbolo de la "independencia nacional" (Svaraj) o sea él "No Cuenten Conmigo".

Nadie está obligado a ser parte de algo que no le gusta. Así de simple. En el mundo globalizado, que comenzó al llegar Cristóbal Colón a lo que hoy es América, hemos llegado a valorar la libertad del individuo, ser dueño de su destino, y es por eso que los movimientos de partidos y agrupaciones, que pretenden dominar con teorías esclavizantes la mente humana, ocupan los anaqueles de los museos históricos.

El populismo es el último de estos movimientos, que desgraciadamente aprovecha la falta de responsabilidad ciudadana del individuo para ayudar a su prójimo, para lograr adeptos, que se sienten solos, con hambre, sin oportunidades, sin que alguien les diga, Cuenta Conmigo, para que ellos puedan recobrar su dignidad y decir, "No Cuenten Conmigo".

Por lo anterior es que admiramos la constante predica de Papa Francisco de preocuparnos por el prójimo, que el domingo 4, reconociendo las virtudes de Madre Teresa de Calcuta, la coloca en los altares del mundo, alertándonos y recordándonos en forma permanente de que debemos ayudar, como ella, frágil mujer, pero madre valiente por sobre todo, a erradicar enfermedades, necesidades y pobreza, para que todo ser humano recobre su fuerza y dignidad y pueda decir a las corrientes del mal, a los agentes del demonio, a los aprovechados y vivianes, ¡No Cuenten Conmigo!

Sabemos que Papa Francisco y los miles que lo emulan no pueden hacerlo solos, por eso la semana pasada, al retornar a sus Misas en "Santa Marta", nos da la pauta al decirnos: "La paz en el mundo empieza en la familia, el barrio y el trabajo" y nos recuerda que la paz "depende también de cada uno de nosotros", enviando con ello un mensaje a sus Obispos y Presbíteros, a salir con valentía, a levantar el espíritu, a luchar por su bienestar en barrios, hogares y lugares de trabajo, que podemos y debemos decir con dignidad a los políticos corruptos, ¡No Cuenten Conmigo!.

El acto cívico de los pueblos de elegir a sus autoridades es un derecho y si este proceso es viciado, por x, y o z razón, es nuestra obligación protestar al estilo Gandhi, pasivamente pero haciéndoles saber que no pueden contar con nuestra presencia y mucho menos con nuestro voto.

Hasta el domingo 25, siempre desde New York, ciudad donde los pueblos del mundo, han decidido unirse en paz!


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