domingo, 30 de noviembre de 2014

El Archivo CCCXLIV - Cuba, El Eembargo y Turismo (Parte III y Final)

Alejandro José Gallard Prío.

El Gobierno de Cuba, a estas alturas, está consciente que si con algo no pudo, fue con el turismo, por lo que han decidido navegar con él, a sabiendas que esa fuerza humana que conlleva amor, los terminara convenciendo, de que tienen que democratizarse, ya que el ser humano no entiende de cadenas, ni de restricciones, pero sí de regulaciones en libertad. Al llegar al aeropuerto de Miami, vi en las pantallas donde anuncian la llegada de vuelos, varios procedentes de La Habana, sí, varios, y sí, de "Habana, Cuba", algo que he deseado por décadas. Esto demuestra, que el embargo esta deshelándose.

No sé cuándo las líneas aéreas comenzaran a ofrecer vuelos directos, pero sí sé que el Smithsonian Institute, ofrece tours y que cuando se abre una rendija, la avalancha humana, no la detiene nada y entonces tendremos en acción unos de los destinos más competitivos del Caribe, ya que CUBA es una Isla privilegiada por el Creador.

Aun con todas sus aberraciones, los dirigentes de la Cuba de hoy, se han preparado para esa avalancha, han entrenado un personal profesional y tienen una infraestructura hotelera de primera clase. México, las islas del Caribe, Miami y otras ciudades veraniegas de USA, enfrentarán competencia.

Para concluir este tema, les ofrezco la crónica de uno de mis hijos, "Mi primer viaje a Cuba", que en forma sencilla y franca, nos relata lo que vio, escucho y sintió durante su reciente visita a la Isla:

"Llegue de noche y mi primera impresión fue la buena presentación física de los oficiales de Migración, quienes lucen uniformes, que parecen modelos, lo que contrasta con la propaganda de una cuba en bancarrota.

La demora en Migración fue larga y pude apreciar que se tardaban mucho tiempo con cada pasajero, en mi caso particular, al preguntarme sobre el propósito de mi visita, tuve que demostrarles con copia de mis correos electrónicos, que fui invitado a la Feria Internacional de La Habana. Los funcionarios son amables y profesionales en su trato.

Por la demora en Migración, pues en aduanas no tuve atraso, al salir no puede encontrar el transporte asignado, acudí a la agencia de viajes estatal del Aeropuerto, y resolvieron amablemente mi transporte al Hotel.

Compartí taxi con un joven turista Ruso, no hablaba ni español ni Ingles, se dirigía a un Hospedaje sobre la Avenida El Paseo, donde según me dijo el taxista, el personal habla ruso.

Me hospede en el Hotel Riviera, de los años 50, ubicado en el malecón, un poco descuidado, pero bajo renovación y con una excelente vista de la costa Atlántica.

Mi primera impresión del personal de los hoteles y restaurantes, es que nadie teme hablar con extranjeros, y en especial de su vida cotidiana en la Cuba de hoy, vida no muy positiva. Hablamos del consumo de carne, y una joven que trabajaba en el bar me dijo en vos alta, 'ya olvide el sabor de la carne de res' otro dijo, 'aquí es prohibido su consumo, por su precio'. Como en todas partes, pensé, con la plata, se puede comer de todo, pero los cubanos dicen, 'aquí todos comemos, aunque no sea de todo'.

Pase mis días en visitas a la Feria y largas caminatas que me dio la oportunidad de conversar con mucha gente, habiendo llegado a la conclusión, que sin amarguras, se sienten felices y presumen estar en mejores condiciones que muchos otros trabajadores del tercer mundo.

Mi experiencia en la feria fue muy positiva, los burócratas Cubanos son profesionales y me atendieron muy bien. En especial, la especialista en 'Política Comercial' de la 'Cámara de Comercio', Madeleine de la Lastra Marcelo. Ella tuvo la gentileza de acompañarme y presentarme a los miembros de las empresas, que podrían ser de interés para mi negocio. Mi mayor asombro fue, que aun estando con una lesión en la rodilla, camino por varios días.

El cubano se enorgullece de los avances en la ciencia y medicina cubana, y a la misma vez están muy conscientes de sus faltas y atrasos, algo que pocos ciudadanos de otros países reconocen.

En mi largas caminatas, pude apreciar una ciudad limpia, sin propaganda política o fotos de líderes, lo que se ve son imágenes abstractas de antiguos luchadores revolucionarios.

Los únicos rótulos de gran tamaño, son para mantener limpia la ciudad y en particular me gustó mucho: "El ruido también contamina".

Deguste de la cuchara cubana con buen servicio. Visite el restaurante DECAMERÓN en El Paseo y la Calle 2, con una decoración muy singular, 35 relojes de pared antiguos, de los cuales, solo dos estaban inoperantes. Comí muy bien, langosta a la cubana, sopa de calabaza, un par de cervezas y un expreso, todo por 30 dólares.


También experimente en un pequeño mercado artesanal: filete de pescado, arroz gris, plátano, y una ensalada, todo por 20 pesos cubanos o sea $0.80 dólar. Con ese monto ajustaría para comprar solo una Coca Cola en Centroamérica. En las calles donde camine me sentí muy bien al ver a los niños uniformados y limpios, no vi limosneros, ni perros callejeros.

Las noches de la Habana, son como cualquier ciudad con turismo, no faltan las mariposas de la calle. Los bares del cubano normal y corriente, me hizo sentir como estar en una España tropical, había de todo. Cuba está bien parada, solo le falta las alas de la libertad para volar.

Si fuera inversionista, no pensaría dos veces en invertir en esta Cuba del mañana, con un capital humano cordial y preparado para enfrentar el futuro".

Hasta el próximo ARCHIVO, ya inmerso en la inigualable PURISIMA, fiesta del pueblo, devoción a la Inmaculada Concepción de María, con la alegría que celebran los nicaragüenses, doquiera que se encuentren.

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