domingo, 5 de enero de 2014

El Archivo CCXCIV - ¡El Calendario Se Hizo Para Soñar!

Alejandro José Gallard Prio.

Hay calendarios mayas, chinos, judíos, gregorianos, ortodoxos y muchos otros, pero todos conducen al mismo fin: El próximo año, cambiaremos tal o cual cosa, dejaremos o haremos, despertaremos del sueño, pero en realidad, todos seguimos soñando.

Las promesas se esfuman como la pólvora que se gasta en el mundo para celebrar la llegada del nuevo año, se convierten en humo y ruidos, algo menos que polvo, pues ya cuando el silencio es omnipresente, es posible que todavía queda en las calles, desiertas y sucias, la eterna y triste epidemia de los niños de la calle, de los abandonados, de los que buscan las sobras de los festejos para alimentar sus cuerpos enclenques de poca carne que rodea sus débiles huesos que nos dicen ¡Presente!

Este 1ero de enero, me impactó un artículo del diario español "El País" donde don Miguel Forcat Luque, financista Español, Agregado para Asuntos de Cooperación de la Unión Europea en Nicaragua, nos despierta con "Los niños de los semáforos de Managua".

Yo era uno de los que creía que este flagelo que azota al mundo en desarrollo, había sido parcialmente solucionado en Managua, pues la actual administración, nos dice en su constante publicidad de sus programas "hambre cero" que los niños son su prioridad, pero don Miguel, nos ha venido a despertar, ya que en verdad, este servidor, que reside en las afueras (municipalidad El Crucero), muy poco visita el Centro de Managua y cuando lo hace trata de evitar los semáforos, pero no por los "niños" sino porque son problemáticos.

Pero permítanme citar al escritor, Forcat Luque, para que despertemos, ya que el problema no se va a resolver con la renovación de la ayuda del exterior, sino con la actitud que tomemos los nicaragüenses y sus amigos, ya que somos nosotros los obligados a tomar acción, a fajarnos, como dicen tierra adentro, para ayudar en forma prioritaria a solucionar este flagelo, ya que con la participación de ciudadanos de buena voluntad, que poseen los medios y la educación para realizar un programa humanitario, alejado de intereses políticos, unidos, hagamos realidad ese "CERO HAMBRE" "CERO NINOS ABANDONADOS" "CERO NINOS ABUSADOS", que tantos pregonan los políticos y que como nos dice, don Miguel, está lejos de solucionarse en Managua.

Nos relata don Miguel en su artículo: "Desde septiembre de 2009 vivo en Nicaragua, donde trabajo para una institución internacional. En los semáforos de las calles de Managua es frecuente ver a niños pidiendo dinero. Durante mis primeros meses en Nicaragua acostumbraba a mantener unas cuantas monedas en mis bolsillos para ofrecerlas a estos chavales. Hasta que un día Manuel, un amigo nicaragüense, me advirtió de que, algunas veces, los padres de esos niños les confiscaban el dinero mendigado y lo gastaban en alcohol y otros vicios. Son niños que deben afrontar esta situación debido a la violencia, el abuso de drogas y alcohol, la muerte del padre o la madre, crisis familiares, guerras, desastres naturales o, simplemente, por el colapso socioeconómico. En Nicaragua sigue siendo una realidad cotidiana".

Y continua narrándonos sus experiencias: "Tras los comentarios de mi amigo Manuel decidí cambiar las monedas por unas galletas de chocolate rellenas de crema. Otro día, saliendo de la oficina, Michelle, una colega especializada en educación y derechos de la niñez, me comentó que, entregando galletas a niños a esa hora, estaba fomentando el absentismo escolar. Después de oír a Michelle solo entregaba galletas a los chicos por la tarde. Hasta que María, una conocida mía que trabaja en una ONG centrada en alimentación y seguridad alimentaria, me informó de que el valor alimenticio de esas galletas que regalaba era muy bajo. Así, las iniciales monedas de cinco córdobas que repartía se convirtieron finalmente en paquetes individuales de leche con barritas de cereales entregadas fuera de horario escolar".

Y para finalizar nos habla de su experiencia dentro del campo internacional de ayuda a los países pobres, al decir que "acabar con la ayuda al desarrollo es, simplemente, una aberración. Primero porque nosotros –se refiere a los europeos- somos, en parte, responsables de la pobreza de muchos de estos países. Segundo, porque la miseria de estos países se ha convertido ya en una realidad en nuestro territorio europeo. Prueba de ello es la situación a la que los países del sur de Europa deben afrontar derivada de los problemas de inmigración. Y tercero, por una simple cuestión ética: no podemos acabar con la ayuda al desarrollo, al menos hasta que deje de haber niños mendigando en los semáforos de Managua".

Una verdad que a gritos nos dice, nosotros también podemos ayudar. Sugiero que don Miguel Forcat Luque, en su carácter personal, integre un "Comité Organizador" con la ayuda de personas, como Monseñor doctor Silvio Fonseca Martínez, el doctor Ramiro Granera Padilla, doña Antonia María Gallard Prio, Licenciada Natalia Barillas Montiel, Dona Ángela Irigoyen Arguello, que han demostrado, entre otros, -basado en conocimientos personales- preocupación por que no haya niños mendingando en Nicaragua y que unidos, inviten a fundaciones y organizaciones como "Caballeros de Colon", "Rotarios", "Leones", "Caritas", a formar un ejército de voluntarios que, sin tregua, logre el propósito "sin niños mendigando en los semáforos de Managua", como un comienzo para asegurar a nuestra niñez, alimentación, educación y salud.

Hasta el próximo Archivo, el 12 de enero del 2014. Feliz, saludable y próspero año nuevo, con menos niños abandonados, desnutridos, ausentes de las escuelas, por nuestra indolencia y falta de amor al prójimo.


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