domingo, 23 de octubre de 2011

EL ARCHIVO CLXVIII – LOS FENOMENOS DE LA NATURALEZA

Alejandro José Gallard Prio.

Las lluvias en el trópico son siempre bienvenidas, pero cuando llueve sin cesar por una semana y mas, lo que en Centroamérica se conoce como “temporal”,  las lluvias se transforman en destrucción y muerte.  Esto es lo que ha pasado en un Istmo donde tienen suficientes problemas con la pobreza, la corrupción política, la falta de oportunidades, salud y educación, para ahora ser castigados con los impredecibles fenómenos de la naturaleza. 



Lo sorprendente es que en medio de todo estas incesantes lluvias, siguen llegando visitantes, unos en labores humanitarias, como los del “Proyecto Hope” que están construyendo casas en Mateare, Nicaragua y quienes vienen del Estado de Missouri, otros como representantes de organismos internacionales  de Europa, los países del Alba (Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba) y Europa para dar testimonio de que en verdad tendremos honestidad y pureza de las próximas elecciones del 6 de noviembre y otros, a tomar sol, pescar en nuestros esteros, ríos y lagos y/o contemplar nuestra armonía de verdes, lo que lo tienen garantizado, con excepción del reluciente sol,  que no brilla como es su costumbre, pero que sale de vez en cuando, a dar testimonio de que somos trópico.


En situaciones donde los climas inclementes azotan los destinos turísticos, la industria hotelera juega un rol muy importante en el bienestar del visitante, no solo brindando confort, sino que poniendo en práctica al máximo, esas sonrisas y atenciones que aminora cualquier “temporal”.



En el negocio del turismo, cuando se presentan situaciones adversas, los hoteles están en la vanguardia para ganar  amigos, ya que el turismo es un negocio de personas, no de mercadería, por lo tanto, es cuando los servicios y atenciones deben estar al máximo y nunca, pero nunca, aprovecharse de las ocasiones, más bien dar concesiones, precios especiales y en casos de que el pasajero no pueda salir, considerarle huésped especial de la casa.

Ese el turismo que necesitamos promover en nuestros países, donde el viajero encuentre amistad, protección y por sobre todo, un servicio donde la sonrisa sea un  “temporal” permanente de afecto.


Mateare, Nicaragua, un puerto turístico y centro pesquero de la abundante fauna acuática del Lago de Managua, producía, según sus nativos, tantos peces, que su producción era exportada a los países limítrofes (Honduras y El Salvador), lo cual cesó durante el desastroso huracán “Mitch”. Lo interesante es que según los que pescan diariamente, el Lago se ha vuelto a repoblar, por lo que es necesario que el Ministerio de Turismo, considere seriamente la construcción de la infraestructura necesaria para atraer la pesca deportiva, que es un turismo que puede promoverse a nivel centroamericano, ya que tiene la ventaja de contar con toda la oferta hotelera de la Capital (Managua), que está situada a escasos 23 kilómetros de excelente carretera.

Me es grato, mostrarles el bote pesquero y sus redes, construidos en Mateare por Don Teodoro Lumbi-Arellano, que a partir del Viernes 21 de este mes, hizo su primer incursión en el Lago, impulsado por un par de remos y los saludables y fuertes brazos de Don Jorge Zapata, mientras conseguimos el motor fuera de borda de 4 a 5 HP.


Hasta la próxima semana con EL ARCHIVO CLXIX.

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