domingo, 18 de abril de 2010

EL ARCHIVO LXXXVII – LA SOLUCIÓN ESTA EN NOSOTROS

EL ARCHIVO LXXXVII – LA SOLUCIÓN ESTA EN NOSOTROS

Alejandro José Gallard Prio

A veces es difícil decidirnos en un tema, ya que lo primero que se debe tomar en cuenta es el interés de los lectores y, si estos residen en diferentes partes de nuestro mundo iberoamericano, no podemos abrumarlos con lo que sucede en un país o región, pero gracias a nuestra globalización, hemos llegado a la conclusión de que lo único que cambia son los nombres de los actores, ya que los problemas suceden tanto en España, como Argentina, México,  Colombia, Nicaragua o Republica Dominicana.

Es un hecho que el mundo iberoamericano no ha logrado desarrollarse y según los analistas, todo se debe a nuestra actitud, somos derrotistas. Por supuesto que hay excepciones, Brasil y Chile nos los esta demostrando.

Sigo insistiendo que aparte de la actitud y vicios que hemos venido cultivando por siglos, como la corrupción, nuestro problema es que no tomamos en serio nuestras responsabilidades y si afinamos este concepto, vemos  que no hemos logrado desarrollar la mentalidad de cooperación comunitaria, o sea que al ver el macro espectáculo de nuestros problemas, despreciamos la posibilidad de arreglar lo que esta a nuestro alcance, o sea lo mas inmediato a nuestras residencias, para ser mas especifico, en nuestros barrios y comarcas.

Por lo anterior, es que cada día cobra más importancia las Parroquias o Comunidades de nuestras Iglesias. Tenemos que convertir nuestros templos en centros de desarrollo, donde no solo oremos por lo espiritual, sino que las oraciones las convirtamos en plan de acción para ayudar a que todos los que forman parte de esa Iglesia, tengan una mejor vida, una esperanza, donde para comenzar, todos los niños, sin importarnos la fe de sus padres, reciban una básica instrucción primaria y por sobre todo,  a respetar la ética  y moral ciudadana.

Estoy de acuerdo con ustedes que es una inmensa labor y que las necesidades son tantas, que nos sentimos abrumados antes de comenzar, pero no se trata de enfrentar las necesidades de todos los niños de una República, ni siquiera de una ciudad, solamente las de nuestro barrio y no lo estamos haciendo solos, lo estamos realizando comunitariamente, donde todos, absolutamente todos, estamos involucrados. La razón es muy sencilla, a todos nos afecta residir en un barrio abandonado, donde la miseria y la basura es lo que nos rodea.

Tampoco hay un plazo definido, ya que lo primero es crear la confianza de que todos somos útiles, seguido de la predica constante de parte de los párrocos, pastores y lideres comunitarios de que somos nosotros los llamados a labrar nuestro propio destino y que este es menos difícil, si lo hacemos con la misma actitud y fe con que oramos en nuestros templos.

Nuestro compadre y amigo, Hernán Aróstegui-Real, nos envió un correo que contiene un anexo que viene a tocar en forma directa lo antes expresado y en parte nos dice: “La educación y la cultura deben plasmar conciencias colectivas, estructuradas en los valores eternos de la sociedad: moralidad, espiritualidad y ética.

En síntesis: transformar la conciencia del latinoamericano. El proceso debe tener inicio en las comunidades - donde vive y convive el ciudadano. Comunidades, cuando organizadas  se tornan en micro-estados. Las transformaciones deseadas por la Nación para el Estado serán realizadas en esos micro-estados, los átomos del organismo nacional.”

EL TURISMO DE SOLIDARIDAD

Idea brillante de uno de nuestros lectores y que nos dice “La idea es realmente simple y ya la conocemos: En efecto, por muchos años y en forma más que amplia, en Nicaragua, como un ejemplo, hemos recibido la visita  y el apoyo solidario de miles de cooperantes que representando instituciones o en carácter personal, han dado su apoyo a centenares de miles de personas y a miles de proyectos de beneficio social.”

El ejemplo de Ben Linder es clarísimo. Ben, un idealista, un Ingeniero eléctrico, nativo de la ciudad de Portland, Estado de Oregón, USA, cuya trágica muerte no detuvo su obra que transformó toda una región (El Cuá, Jinotega) del norte de Nicaragua, nos dejo un legado al decirnos "Yo veo a los niños y deseo llevármelos  y esconderlos en un lugar seguro, hasta que termine la guerra y el hambre y El Cuá  esté lo suficiente fuerte para darles el cuido que se merecen. Pero  no puedo hacer eso y aun si lo pudiese, no ayudaría a los pueblos aledaños. Así  que, trataré de poner la electricidad y esperar por lo mejor." Ben Linder (http://www.casabenlinder.org)


Mural de Ben Linder divirtiendo a los niños en  El Cuá, pintado en una pared del Barrio Monseñor Lezcano en Managua, Nicaragua, 1990

Y continua el lector diciéndonos: “Se trata de hacer un trabajo intensivo para retomar esos contactos, que están ahí, que sueñan con nuestra región, y que en nuestras premuras, no les prestamos la debida atención.

Se trata de impulsar el mecanismo del turismo para volverlos a acercar a nosotros, de preparar una batería de proyectos que estimulen el interés de estas personas y que les motiven a darnos su apoyo.

Se trata de reunir a esta gente como un tesoro social, cultural y técnico, que apoye el proceso de reconstrucción  de nuestros países.”

Hasta la próxima semana en EL ARCHIVO LXXXVIII.

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